Los caminos del arte y la animación pueden llevar hacia lugares impensados para la creatividad y los talentos argentinos dentro de la industria audiovisual. Aunque el país cuenta con una larga y rica historia sobre la participación de artistas en producciones internacionales, en los últimos años -potenciado sobre todo tras la pandemia de COVID19- las posibilidades se multiplicaron. Es que gracias a las ventajas que ofrece la tecnología digital y el teletrabajo desde el escritorio de la casa, hay un boom de ilustradores y animadores, que se vuelcan a un campo muy fértil para el crecimiento profesional. En este contexto, el caso local de Antonio Acevedo, dibujante e historietista sanjuanino, forma parte de un cortometraje animado que estuvo a punto de ser nominado a los Premios Oscar 2025. Se trata de Mello’s Funk (El funk de Mello), un film animado co-desarrollado por el estudio Soopid Buddy y Le Cube Argentina que contó con 100 profesionales, entre los cuales se encuentra Antonio y que había calificado para un lugar en los premios de la Academia de Hollywood. Si bien, resultaron otros títulos para competir por la categoría Mejor Cortometraje Animado en el máximo galardón de la industria, este proyecto seguirá circulando por festivales de animación internacionales durante este año. Este corto animado de ciencia ficción fue dirigido por Eric Towner y Mike Roberts, con la colaboración del famoso músico electrónico y DJ Marshmello (creador de la banda sonora). Su realización estuvo a cargo de un ejército de artistas de Los Ángeles, España, México y en Argentina.

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Antonio se dedica a la ilustración en 2D digital, también hace historietas y trabaja como freelance para diferentes proyectos desde su casa.

Precisamente, Acevedo tuvo una cuota importante, ya que fue el responsable de hacer fondos de escenario. DIARIO DE CUYO dialogó con el creativo y contó la intimidad y su visión acerca del panorama de los ilustradores argentinos emergentes. ‘Trabajo de forma freelance y mi participación tuvo que ver con la elaboración de los escenarios. Este corto muestra a personajes, el más conocido es Marshmello, que no solo está en la música, también en el videojuego Fornite. Me vinculé a través del estudio Picante y Le Cube que tiene sedes en Buenos Aires y en España’, relató el artista. Gracias a que estuvo realizando labores anteriores para otros estudios en proyectos para Cartoon Network, Netflix y Nikelodeon por citar algunos de renombre, Antonio explicó el sistema de trabajo para este tipo de emprendimientos: ‘se trabaja en forma encadenada con diferentes grupos y equipos. Es una dinámica quizás mecánica, pero en tiempos muy cortos. Se nos da un bosquejo, se nos explica las mecánicas, movimientos de cámara, otros parámetros predeterminados y en ese marco desarrollamos las ilustraciones en 2D. Una vez que estén limpios y aprobados los bocetos, se pasan a color. Todos tenemos tareas y trabajos puntuales y específicos que hay que entregarlos a tiempo. Todo se hace de manera digital, pero a mano y no se permite IA, en este ámbito últimamente se está rechazando este tipo de herramienta’, detalló.

El sanjuanino busca espacios en la industria de la animación, vinculándose
con productoras y estudios nacionales e internacionales.

El sanjuanino tuvo en cuenta y con claridad de visión cómo moverse y articular en la industria. ‘En este tiempo, se está solicitando a muchos profesionales argentinos para estudios en el exterior. Actualmente en San Juan no hay un estudio importante establecido en animación e historietas, pero sí en Mendoza, Córdoba y Buenos Aires. La realidad es que muchos estamos vinculados a numerosos proyectos. Pero el ambiente es muy cuidado, los protocolos y calificaciones se diferencian mucho de lo que sucedía años atrás. Incluso, los artistas freelance también acceden a trabajos para agencias de publicad que trabajan para marcas como Adidas y Coca Cola, en asociación con productoras internacionales. Por ejemplo, Gastón Pacheco, es uno de los ilustradores mendocinos más experimentados que está en roles y lugares de decisión importantes. Sin dudas, Argentina tiene talentos muy grosos’, comentó el ilustrador. La escena profesional también es motorizada por una gran cantidad de eventos y festivales de animación que se dan en el país de manera anual y ese es un factor clave que Acevedo no deja de aprovechar. ‘Trato de viajar todo lo que se pueda, vincularme con otros colegas, mostrar trabajos y portfolios, hasta a veces debo ser caradura, pero es la manera de entrar en eventos como Bit Bang Club o Apa Lab que ayudan mucho a orientarte y que los proyectos propios tengan cauce. Hay asesoramientos, mentorías y consejos de cómo conseguir fondos’. Además, indicó que hay dos problemas complejos en el sector que hay que afrontar a la hora de emprender un proyecto de animación. ‘En Argentina resulta difícil conseguir fondos y el otro es el alto costo para producir. Por eso, hay estudios pequeños que se asocian con los grandes para acceder a recursos de forma directa. Como mínimo para empezar una serie de episodios, se necesitan unos 180 mil dólares, solo para arrancar’, señaló el ilustrador.

Mello’s Funk, es un corto de ciencia ficción con un estilo y estética parecida al animé.

 

Otro factor que fue clave para el impulso del sector, fue el festival Ventana Sur, la mayor plataforma de la industria argentina en animación de proyección internacional que organizaba el INCAA. No obstante, por el vaciamiento de presupuestos y políticas de ajuste del gobierno nacional, el festival no se realiza más en el país y se trasladó a Uruguay. ‘Es lamentable, eso nos ayudaba a avanzar mucho al presentar un tráiler, un teaser, un animatic o un storyboard. A pesar de ello, Argentina cuenta con importantes artistas y este tipo de producciones con vinculaciones de diversos estudios, vale mucho. Porque ya no todo está tan concentrado en grandes ciudades y podés trabajar desde la casa, colaborar con colegas es crucial. Explotar la creatividad es posible y la animación es un medio enorme para hacer muchas cosas y las puertas que se abren son infinitas’, concluyó Acevedo.