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Banco Nación se convierte en Sociedad Anónima, la mirada de un especialista salteño: ¿Qué cambios traerá para el país y los ciudadanos?

En una entrevista con El Tribuno, el economista Juan Pablo López López analiza cómo la conversión del Banco Nación en Sociedad Anónima podría redefinir la economía del país y la atención a los ciudadanos. Conoce los efectos de esta medida. 
Viernes, 21 de febrero de 2025 15:45
Banco Nación se convierte en Sociedad Anónima, la mirada de un especialista salteño: ¿Qué cambios traerá para el país y los ciudadanos? Banco Nación se convierte en Sociedad Anónima, la mirada de un especialista salteño: ¿Qué cambios traerá para el país y los ciudadanos?
Foto de archivo

En una medida que genera un amplio espectro de reacciones, el presidente Javier Milei firmó un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que transforma al Banco de la Nación Argentina (BNA) en una Sociedad Anónima (SA). Este cambio estructural, que ha sido anticipado por los directivos del Banco de la Nación Argentina, marca el fin de un proceso que comenzó hace algunos meses, cuando la entidad bancaria cerró su balance especial correspondiente al año 2024. Según el comunicado emitido por el banco, la conversión en sociedad anónima busca mejorar la eficiencia en el manejo de los recursos, particularmente en lo que respecta a la expansión del crédito, tanto para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) como para los ciudadanos en general.

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En una medida que genera un amplio espectro de reacciones, el presidente Javier Milei firmó un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que transforma al Banco de la Nación Argentina (BNA) en una Sociedad Anónima (SA). Este cambio estructural, que ha sido anticipado por los directivos del Banco de la Nación Argentina, marca el fin de un proceso que comenzó hace algunos meses, cuando la entidad bancaria cerró su balance especial correspondiente al año 2024. Según el comunicado emitido por el banco, la conversión en sociedad anónima busca mejorar la eficiencia en el manejo de los recursos, particularmente en lo que respecta a la expansión del crédito, tanto para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) como para los ciudadanos en general.

El impacto de esta medida, sin embargo, no se limita solo a los aspectos técnicos del sistema financiero, sino que también plantea preguntas sobre su repercusión en la política económica del país y, especialmente, en las condiciones sociales de los argentinos. En diálogo con El Tribuno, el economista salteño Juan Pablo López López, contador público y consejero del Concejo Profesional de Ciencias Económicas de Salta, ofreció su análisis sobre este trascendental cambio.

Cambios para mejorar la eficiencia y concesión de créditos

López explicó que la transformación del Banco Nación en una sociedad anónima implica un cambio en su naturaleza jurídica. "El Banco Nación deja de ser una entidad autárquica, que dependía directamente del Estado, para convertirse en una sociedad anónima. Este nuevo estatus le permitirá una mayor flexibilidad operativa", indicó el economista. Según López, el gobierno busca con esta medida aumentar la eficiencia en la gestión del banco, con énfasis en mejorar la concesión de créditos.

De acuerdo con lo expuesto por el Decreto 116/2025, este cambio tiene como objetivo "mejorar la eficiencia y eficacia en la administración del Banco Nación, y fortalecer la entrega de créditos a las PyMEs y a los ciudadanos argentinos". Sin embargo, López señala que este enfoque también está relacionado con una política más amplia del gobierno de buscar optimizar el gasto público, lo que podría estar vinculado a un proceso gradual de privatización del banco.

Según López este paso está enmarcado dentro de la agenda de privatización impulsada por el gobierno, que comenzó a perfilarse con el DNU 70 del 2023. Aunque el 99% de las acciones seguirán siendo propiedad del Estado, esta transformación es un primer paso hacia un modelo que podría facilitar la privatización del Banco Nación en el futuro", afirmó.

La privatización del Banco Nación

La intención de privatizar el Banco Nación no es nueva. A lo largo de la historia reciente de la Argentina, varios gobiernos han intentado privatizar esta histórica entidad financiera. Durante la presidencia de Carlos Menem, en la década de 1990, el gobierno buscó privatizar el banco, aunque no logró avanzar en la medida debido a presiones políticas. En 1996, el intento se repitió, sin éxito. Más tarde, en 2001, durante el gobierno de Fernando de la Rúa, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también solicitó la privatización del banco como una de las condiciones para acceder a un crédito stand-by. Aunque se inició un proceso en ese sentido, la crisis económica de 2001 y la posterior ruptura con el FMI detuvieron la iniciativa.

Ahora, el gobierno de Milei parece retomar la idea de privatizar el Banco Nación, esta vez a través de un proceso que comienza con la transformación en sociedad anónima. "Lo que estamos viendo ahora es un gesto claro hacia el FMI, mostrando que el gobierno está dispuesto a cumplir con las políticas que el organismo exige, especialmente en un contexto de crisis económica", analizó López.

Impacto social y riesgos para la cobertura pública

Una de las preocupaciones más relevantes que surgen de la transformación del Banco Nación es su impacto en la atención al público, especialmente en los sectores más vulnerables. Históricamente, el Banco Nación ha jugado un rol crucial en la inclusión financiera, ofreciendo servicios a una gran cantidad de ciudadanos en todo el país. A través de sus sucursales, que tienen presencia en casi todas las localidades argentinas, el banco ha sido un actor clave en la distribución de beneficios sociales, como los pagos de la ANSES, y en la financiación de pequeños emprendedores.

López advirtió que el nuevo modelo de sociedad anónima podría cambiar esta dinámica. "El ánimo de lucro será ahora parte de la lógica operativa del Banco Nación. Esto significa que el banco priorizará la rentabilidad sobre otros objetivos sociales", explicó.

Enfoque en la rentabilidad

En su opinión, la transformación implicaría una reorientación en la forma en que el banco ofrece sus servicios, con un enfoque más centrado en la rentabilidad de las sucursales. Es probable que, bajo este nuevo modelo, el Banco Nación cierre aquellas sucursales que no sean rentables, lo que podría afectar el acceso de muchos ciudadanos a servicios bancarios en zonas rurales o menos favorecidas económicamente.

"En los próximos años, podríamos ver un Banco Nación menos presente en los lugares donde su actividad no genere beneficios económicos. Esta es una tendencia que también estamos viendo en otras instituciones públicas, como la ANSES, que ha reducido la cantidad de oficinas en el interior del país", señaló López.

La mirada política y el escenario electoral

Además del impacto económico y social, López resaltó que la medida también tiene un fuerte componente político. "Este cambio tiene un claro tinte político. En un año electoral, el gobierno busca consolidar su perfil económico ante la opinión pública y el FMI. A través de esta reforma, busca enviar una señal de que está dispuesto a avanzar en las reformas que se le exigen", explicó.

El economista también destacó la crisis económica que atraviesa el país, con una creciente presión sobre el tipo de cambio y las reservas del Banco Central. Según López, la reforma podría tener como objetivo acelerar la obtención de fondos del FMI y abrir el camino hacia la flexibilización del control de cambios, conocido como el "cepo". "El gobierno necesita mostrar una imagen consolidada en lo económico para mantener su apoyo en un año electoral. Esta reforma del Banco Nación es un paso dentro de esa estrategia", finalizó.

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