Ser fanático de un equipo de fútbol como de otro deporte es sinónimo de pasión, pero una derrota puede causar efectos en la salud y el estado de ánimo. Qué dice la medicina y psicología al respecto.
La tensión que lleva un partido, y ni qué hablar el sinsabor de una derrota importante, puede elevar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que podría derivar en un mayor riesgo en problemas del corazón, e problemas cardíacos, de acuerdo a un informe de Current Problems in Cardiology.
Es por ello que aconsejan estar alerta a las reacciones físicas durante el transcurso de la disputa.
- Si el corazón se acelera, algo que suele ser frecuente, sugieren levantarse y caminar en el entretiempo para ayudar a calmarse.
- Aquellos que miran el partido por televisión junto a amigos o familiares, optar por opciones saludables como frutas y verduras en lugar de snacks altos en sodio.
De todos modos, vale la pena recalcar que siempre es importante consultar a un médico ante cualquier síntoma de salud física o mental, para que brinde el mejor diagnóstico más allá de los estrictamente vinculado a un resultado deportivo.
Cómo impacta que pierda tu equipo favorito, según la psicología
Brandon Mastromartino es un médico especialista en psicología de los fanáticos del deporte en la Universidad Estatal de San Diego, California, Estados Unidos, explica que mientras ganar genera una sensación de bienestar y refuerza la autoestima, perder puede provocar el efecto contrario.

Es aquellos que sufren a más no poder por un gol en contra, un penal errado, o las cargadas en la oficina o de amigos luego de una derrota, sienten un golpe emocional que tranquilamente se puede traducirse en estrés y desánimo.
¿Cómo reducir el impacto que parece no tener consuelo? El psicólogo pone el foco en factores de estrés ajenos al juego, como limitar el consumo de alcohol, controlar el tiempo en redes sociales y evitar apuestas.
También resalta el hecho de compartir la experiencia con otros seguidores, tal como lo refleja el sitio SeMédico.
“Ver el partido con amigos o escuchar un programa de llamadas después del juego puede ayudar a procesar la derrota”, advierte. Sucede que sentirse parte de una comunidad resulta de gran ayuda para reducir el impacto del golpe deportivo y fortalecer lazos, en este caso compartir penas con otros fanáticos.
Por otro lado, Víctor Manuel Rodríguez Molina, profesor del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, explica que el circuito de recompensa en los humanos se activa con experiencias placenteras.
Como fue dicho, al momento de una victoria sube y se viene a pique ante situaciones adversas, como una expulsión, un penal o una derrota, ya que el juego despierta una mezcla de emociones y la secreción de sustancias químicas como las endorfinas, que generan placer, añade.

Cualquier evento deportivo funciona como un “desfogue” emocional, donde el cerebro se “desconecta” y da paso al llamado “cerebro primitivo”, dominado por la amígdala en lugar de la corteza prefrontal, responsable del razonamiento y la toma de decisiones, especifica Rodríguez Molina.
La explicación médica y psicológica no hace más que dejar en evidencia cómo brotan emociones durante el partido, permitiendo que las personas griten, lloren o se enojen sin temor a ser juzgadas.
Y de más está decir que resulta habitual arrastrar a aquellos que estén cerca, de más está decir familiares que no les interesa en lo más mínimo el resultado del encuentro deportivo. Es sabido, se vivió en especial durante el último Mundial Qatar 2022 que ganó Argentina con Messi, el ambiente de un partido genera una conexión intensa entre los espectadores.

Pero más allá del momento, y teniendo en cuenta tanto las cuestiones de salud física y mental, bien vale destacar las palabras del psicólogo Mastromartino, quien recuerda que siempre habrá otra oportunidad.
Eso sí, en rigor de verdad, difícilmente un fanático pueda recordar sus palabras al momento de una derrota.
Encuesta: cómo afecta ganar o perder en el estado de ánimo
Una investigación realizada por la Universidad de Sussex (Reino Unido) hace unos años reveló que una derrota de nuestro club de fútbol pone el doble de tristes de lo que alegra una victoria.
Para el estudio analizaron cerca de 3 millones de respuestas de 32.000 personas.
Según los resultados publicados por el centro universitario y que difundió BBC News, la derrota deja 7,8% más apenados una hora después del pitazo final.
Por el contrario, un triunfo genera apenas 3,2% más felicidad durante el mismo lapso de tiempo.

"La mayoría de los hinchas te dicen que el fútbol los hace felices, pero este análisis de información cuenta una historia muy distinta", explicó George Mackerron, uno de los especialistas que participó del estudio.
Y agregó: "Lo cierto es que seguir a un equipo de manera continua, incluso cuando te puede causar mucho más sufrimiento que placer, se ve irracional desde una perspectiva económica tradicional", agregó.
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