El poder de la multidisciplina desde lo físico y mental

Hoy sabemos que la idea de abrazar más de una profesión, oficio o habilidad está estrechamente vinculada con la creatividad. La neurociencia ha demostrado que la interconexión entre diferentes áreas de conocimiento potencia la innovación, ya que el cerebro genera nuevas conexiones neuronales al integrar información diversa.

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Dibu Martínez: la flexibilidad como estrategia

La habilidad para mezclar conceptos y perspectivas de diferentes campos de estudio, permite un abordaje más completo y original de los problemas. Una suerte de pensamiento colateral, en clave de analogías y “metáforas” interdisciplinarias.

Las historias de genios como Leonardo da Vinci (1452-1519) artista, ingeniero, anatomista, inventor, músico y más; Benjamín Franklin (1706-1790), político, inventor, escritor, científico y diplomático; Nikola Tesla (1856-1943), ingeniero eléctrico, físico e inventor o Samuel Morse (1791-1872), pintor y creador del código Morse, permiten confirmar el aserto.

En tiempos más recientes, también encontramos ejemplos que demuestran cómo la interdisciplinariedad es un camino hacia la creatividad. Brian May, el guitarrista de Queen, es además astrofísico, mientras que Juan José Campanella, el director argentino de “El secreto de sus ojos”, estudió ingeniería antes de dedicarse al cine; César Milstein, premio Nobel de Medicina en 1984 era además un músico aficionado y Alberto Rojo, quien en la actualidad enseña física cuántica en Michigan, es un folklorista consumado.

La actriz y activista Kerry Washington, conocida por su papel en la serie “Scandal”, es graduada en Sociología por la Universidad de George Washington, lo que le ha permitido tratar cuestiones sociales y políticas con una mirada más profunda y empática.

Hasta allí las historias confirman la teoría, más en un terreno de grandes revelaciones, la neurociencia se ha encargado en las últimas décadas de estudiar cómo la actividad física también juega un rol crucial en este proceso.

Tradicionalmente, el dualismo cartesiano separaba la mente del cuerpo, otorgando a lo mental una relevancia exclusiva. Sin embargo, hoy sabemos que el ejercicio físico estimula la neurogénesis, es decir, la creación de nuevas neuronas.

La Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard afirma que a través del ejercicio físico se genera una mayor densidad de neuronas y se aumenta el grosor de la corteza cerebral, la cual está asociada a procesos de pensamiento consciente de alto nivel, incluyendo la emoción, el razonamiento, la evaluación y el lenguaje.

Además, el ejercicio mejora la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para cambiar tanto física como funcionalmente en respuesta a nuevas experiencias, aprendizaje, lesiones o enfermedades. Es sorprendente cómo algo aparentemente simple como hacer ejercicio puede tener efectos profundos en nuestra capacidad cognitiva y a la vez ser un calmante para la ansiedad, al liberar tensiones, cuestión esencial para mantener la mente clara y abierta a nuevas ideas.

Muchas de las personas que hacen ejercicio físico, aprovechan el momento para blanquear la mente o para encontrar en ese espacio la solución al problema que en ese momento se les presenta y que en la bruma cotidiana no alcanzan a resolver.

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Visión periférica: clave en el deporte, ignorada en la vida cotidiana

Demostración de lo expuesto es Mae Jemison una de las primeras mujeres afroamericanas astronautas de la NASA, quien antes de embarcarse en la carrera espacial fue médica y bailarina. Su experiencia en estas diversas áreas le permitió integrar una perspectiva única sobre la exploración, siendo una firme defensora de la importancia de las artes en la educación científica.

Por otro lado, la combinación de una carrera profesional y una vida deportiva también puede aparejar beneficios a largo plazo.

Casos como el de Juan Mata, futbolista campeón mundial con España en 2010 y licenciado en Ciencias del Deporte y Marketing; o Giorgio Chiellini, exfutbolista y licenciado en Economía, o nuestra Paula Pareto, exyudoca campeona olímpica y médica; o Juan Manuel Herbella exfutbolista, médico y escritor, nos demuestran que es posible conjugar el deporte con una formación académica sólida.

Además, la actividad física puede servir como un mecanismo de adaptación, para aquellos que buscan preservar su bienestar después de su retiro deportivo y evitar la caída emocional y profesional tras la conclusión de su carrera.

En resumen, la multidisciplinariedad no es solo una tendencia moderna, sino una estrategia inteligente para potenciar la creatividad, mejorar la resolución de problemas y mantener un bienestar integral.

Algo que Marie Curie primera científica en ganar los premios Nobel de Física y Química, seguramente presagió cuando al tiempo de realizar sus grandes descubrimientos atravesó toda Francia en bicicleta o que el reconocido escritor japonés Haruki Murakami tradujo en simples palabras al decir: “La mayoría de lo que sé sobre la escritura, lo he ido aprendiendo corriendo por la calle cada mañana«.

Es hora de promover un enfoque más holístico en la educación y el desarrollo profesional, uno que valore tanto el conocimiento intelectual como el físico, y que permita a las personas explorar y combinar sus pasiones y talentos para construir un futuro más creativo y saludable.

*Abogado. Prof. Nac. de Educación Física. Docente Universitario. angrimanmarcelo@gmail.com