En el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado de Argentina, dos montones de leyes que se simplificarán o eliminarán se encuentran sobre un escritorio de madera cerca de una biografía del empresario Elon Musk y una figura del presidente libertario Javier Milei con su icónica motosierra.

Este es el centro neurálgico del audaz experimento argentino que ya lleva un año de duración, para reducir las regulaciones y el tamaño del Gobierno, medidas que están sacudiendo la asediada economía y generando elogios del presidente estadounidense Donald Trump y de Musk.

El ya bien arraigado modelo de racionalización de Argentina -aunque diferente en aspectos importantes- ofrece lecciones para Estados Unidos, donde el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Musk está arrasando departamentos del Gobierno, recortando costos y despidiendo a trabajadores estatales de una manera nunca antes vista en Washington.

“Vamos a tener una economía más próspera cuanto más chico es el Estado”, dijo el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger en su oficina, donde dirige un pequeño equipo al que llama un “catalizador” para los recortes de gastos y la poda de la regulación.

Bajo Milei -quien atribuye a Sturzenegger la arquitectura de su enfoque de “motosierra”- Argentina ha reducido a la mitad el número de ministerios para llevarlo a ocho, degradando los ministerios de Educación, Cultura, Trabajo, Géneros y Diversidad y Desarrollo Social. El número de trabajadores del sector público cayó un 10% el año pasado: casi 40.000 puestos de trabajo.

También se están llevando a cabo un congelamiento de las contrataciones y nuevas pruebas de “idoneidad” para evaluar si se debe despedir a los funcionarios públicos. La tasa de aprobación fue del 96% en diciembre, lo que enfrió algunas preocupaciones de extralimitación.

Elogios de Musk

Musk se ha reunido regularmente con Milei en los últimos meses y elogió sus medidas de austeridad y recortes estatales para ayudar a Argentina a superar un profundo déficit fiscal -después de años de gasto excesivo- y al mismo tiempo reducir una inflación de tres dígitos.

Sin embargo, la pobreza sigue alta, aunque está bajando desde más del 50% el año pasado al tiempo que el país empieza a salir de la recesión.

“Esto es increíble”, publicó Musk el 25 de enero, enlazando a una conversación en video con Sturzenegger en la que se analizan los “profundos recortes” de Argentina al Gobierno y las regulaciones.

Argentina y Estados Unidos son, por supuesto, diferentes. El país austral está tratando de salir de una profunda recesión -la última crisis económica de muchas que se remontan a décadas atrás- con reservas internacionales agotadas, controles cambiarios dañinos y pesadas cargas de deuda. Sin embargo, la economía estadounidense se ha mantenido en general sobre una base sólida.

Milei tiene menos apoyo garantizado en el Congreso que Trump y no puede depender de su propio partido, ya que necesita aliados conservadores para impulsar sus reformas. Sturzenegger es un ministro de pleno derecho, mientras que el papel del DOGE de Musk es muy discutido por los demócratas.

Ambos gobiernos muestran un fuerte disgusto por el propio aparato que representan. “Queremos que el Estado no esté metido en el medio”, dijo Sturzenegger para agregar que Milei pudo haber ayudado a desarrollar los pensamientos de Musk.

Sostener el apoyo político

Musk ahora está tratando de recortar tres cuartas partes de los empleos del Gobierno federal, lo que generó críticas sobre cómo se puede utilizar el DOGE para atacar programas gubernamentales considerados fuera de sintonía con la agenda conservadora de “Estados Unidos primero” de Trump.

Mientras tanto, Milei ha apuntado a la burocracia en torno a los controles de alquileres, los vehículos eléctricos, los impuestos a las exportaciones agrícolas y los medicamentos genéricos, buscando fomentar una mayor competencia y precios moderados.

Socialmente conservador, ha recortado los fondos para organismos de diversidad y comedores comunitarios, aunque aumentó los pagos directos a los más pobres, lo que ayudó a moderar las protestas y la ira pública.

Las encuestas muestran que Milei está logrando mantener el apoyo público. En un sondeo de enero realizado por Atlas Intel, el 47% de los encuestados aprobaba al presidente, frente al 43% en julio y en línea con el mismo período del año pasado.

Milei sostiene que sus políticas pro-mercado han conducido directamente a una mayor inversión y confianza, aunque parte del crecimiento de Argentina es la recuperación de una recesión del año pasado y está impulsado principalmente por las exportaciones agrícolas y energéticas.

También ha buscado privatizar empresas estatales, aunque el Congreso se ha opuesto.

Sturzenegger dijo que el Gobierno, que cuenta hasta junio con una autorización del Congreso otorgada por un año para tomar medidas de emergencia para impulsar la desregulación por decreto, está acelerando las cosas.

Cuando el ministro fue visitado en su despacho tenía un reloj que marcaba una cuenta regresiva de “161 días”, el tiempo que le queda bajo las medidas de emergencia.

“Y ahora vamos, la deep “chainsaw”, es ir a cada área y preguntarle, “…¡Vos qué hacés?” Si estás en la lista de que dijimos que no, entonces esa área se tiene que cerrar. Cerrar”, concluyó.

 

Por Lucinda Elliott 
Reuters