SalvaLaCocina, un «busca» que logró fusionar familia, cocina casera e ingeniería
Carismático, auténtico, con ideas que sacan una sonrisa y de alguna manera te invitan a probar recetas. Salvador Mazzocchi tiene esa chispa y la comparte.
Hacer lo que a uno le gusta es alcanzar el cielo con las manos. Si a eso le sumamos la curiosidad y ganas de hacer feliz a la gente, no tiene precio. Esto es más o menos a lo que el ingeniero industrial Salvador Mazzocchi (@salvalacocina), influencer y generador de contenidos se dedica: hace sus elementos de cocina y prende el fuego para compartir recetas con familia y amigos.
“No soy chef, siempre lo aclaro. Toda mi vida trabajé en relación de dependencia, en empresas, en ingeniería. Igual siempre hubo algo en la cocina que me llamó la atención. Más allá de la familia, la abuela, había algo más… cuando uno prende un fuego genera algo alrededor muy lindo porque es una connotación positiva que es el juntarnos con amigos, en familia”, comenzó su charla Salva.
Tuvo una infancia complicada debido a una enfermedad que aquejó a su papá. Tenían una verdulería, sostén de la familia, que se fue perdiendo ya que nadie podía trabajarla.

“Cuando mi viejo se enferma, yo iba al secundario. Quería hacer algo para ayudar en mi casa. Agarré un tambor, de esos de aceite los de 200 litros, que corté con una amoladora. Me acuerdo que un amigo de mi papá me ayudó. Así fabriqué una parrilla. Cuando volví del colegio me puse a asar y vender choripanes en la vereda, en la puerta de la verdulería, en Flores”, recordó con cariño.
“Al principio, obvio, me daba vergüenza. Mis amigos se iban de vacaciones, al boliche y mi realidad económica no me permitía hacer lo mismo. Todo eso me marcó. Hoy estoy acá y no lo digo como una connotación negativa, pero que para mí no representaba algo copado. Viéndolo para atrás de eso feo salió algo lindo porque estaban los amigos, la familia y yo me quedé con eso. Y alguna vez pensé en exponer esto, multiplicarlo tantas veces como sea necesario para seguir generando experiencias lindas que suceden alrededor de un fuego”, expresó.

Entre dimes y diretes con su mamá, Salva quería poner una parrilla para seguir ayudando. Ella con amor y sabiduría, “no aflojó ni medio”. “Así que estudié Ingeniería, me fue muy bien. Me recibí, trabajé de eso, pero siempre en mi cabeza picó esto de los fuegos y algo tenía que hacer”, contó entre risas el influencer.
“Antes de pandemia me fui a vivir con Mariana, mi compañera de vida. Empecé SalvaLaCocina como un hobby. Durante los días de encierro me despejé subiendo tips de cómo fabricar elementos de cocina, parrillas, discos de arado, fue más por ese lado. Esto comenzó a estar acompañado de recetas y al principio me daba mucha vergüenza porque me seguían solo mi mamá, unos amigos y me cargaban. Todo fue de menos a más. De mi viejo me quedó lo del paso firme: si empezás con algo, no hay que aflojar”, dijo.

En redes, Salva, interactúa con sus seguidores en la medida de lo posible y si sus tiempos se lo permiten. “Trato de responder a todos. Uno me preguntó una vez cómo hice para lograr este fenómeno. Siempre respondo que hay que marcarse un horizonte, una meta, qué querés hacer con esto. Cuando yo arranqué estaba bien, pero tenía claro que quería hacer esto. Me armé una frecuencia y la constancia es fundamental”.
En cuanto a las recetas no hay tantos secretos. “Soy un busca de recetas y cosas. Siempre pienso en función de lo que la gente puede tener en la heladera de su casa o haciendo fácil la compra en el súper. Obvio que de vez en cuando subo recetas con trucha, cuando tengo oportunidad. Todo el día consumo redes de Argentina y otros países, a nivel de contenido, cómo presentarlo o cómo le pongo la impronta de lo actual, es el ejercicio que hago todos los días”.

“Parte del tiempo me pongo a pensar cómo hacer recetas. Tengo días y días que me paso pensando, mirando y hablando con amigos… lo mío es muy casero. El objetivo es que alguien me diga que le salió la receta o que le resultó fácil, que lo hizo paso a paso y resultó. Esas devoluciones me pone re contento. Y cocinar al aire libre tiene lo suyo, me encanta. Lo disfruto mucho”, agregó.
La balsa en Bariloche, una locura divertida
Salva es un enamorado del aire libre y en buena medida, de la cordillera. En enero de este año viajó unos días a Bariloche. En realidad era descanso familiar y concretar una de sus tantas ideas locas con amigos de la zona e hicieron una balsa en la que cocinó. “Fue la primera vez que hice esto, además me divertí mucho. Todo trabajo tiene su lado A y otro no tan A como te decía. Cada tanto le doy un toque personal al contenido que hago. Hace años hice la chorineta, una parrilla con un motor en moto que fue furor. Y a partir de eso un amigo empezó a decirme que tenía que hacer algo en el agua… esto fue como hace un año y medio atrás”.

La idea cuajó cuando les hizo el comentario a los chicos de cervecería Patagonia, con quienes tiene una muy buena relación. “’Salva hagamosló, pero vamos a hacerla bien’, me contestaron. Lo mío era muy rústico, hasta de ciruja te diría (risas), ellos me ayudaron a darle como un toque de glamour. Armamos un proyecto, le pusimos un nombre y fue una linda locura”, recordó.
Por qué SalvaLaCocina
“El nombre surge de un juego de palabras. Me ayudó mi señora a componerlo. Empecé haciendo las recetas con lo que había en casa. Mi nombre es Salvador y de alguna manera era eso, salvar la cocina que justo tocó en pandemia”.
“Soy partidario de que el sol sale para todos. De entre los generadores de contenidos soy uno de los más grandes, entonces quieras o no soy de decir juntémonos y hagamos algo. Me gusta, soy así en mi vida cotidiana.

Todo el día se genera contenido. “A mi señora por ahí no le gusta tanto, pero te tiene que gustar para darle sostenibilidad si querés que sea un trabajo o un hobby. Trato de profesionalizarlo más cada vez. Obvio que hay que intentar cortar un poco. Los fines de semana no grabo, solo subo contenido”, concluyó.
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