Sobrevivir a Milei en la trinchera

Javier Milei detesta más a los radicales que al peronismo. “Se equivocan los que creen que soy gorila” ha dicho y delega en su hermana Karina el plan para devorar al PRO o doblegar los espasmódicos intentos de independencia de Mauricio Macri, lo que suceda primero.

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Aunque no sea de su agrado y frente a los repentinos reclamos radicales en el Congreso, el Jefe de Estado aceptó compensar a los aliados, acordar con peronistas y mutilar la reforma política hasta ampliar su representatividad legislativa ya sin necesidad de gobernadores ni macristas.

También esas lides son atribución de la Secretaria General de la Presidencia junto a Lule Menem; Martín Menem; el Jefe de Gabinete Guillermo Francos, su vice Lisandro Catalán y Luis ‘Toto’ Caputo en Economía. Abrazados al superávit fiscal satisfacen a cuentagotas los pedidos del interior aunque atienden urgencias como la de El Bolsón con $5.000 millones.

Si la mayoría de los gobernadores apoyaron la suspensión de las primarias fue más por conveniencia electoral que por obras. Los oficialismos no quieren las PASO y arman las listas a dedo aunque en este turno se anticipa guerra entre peronistas kirchneristas y no kirchneristas.

Los del Norte Grande aportaron una porción fundamental de los votos para la nada pretenciosa reforma electoral. El peronismo puso un tercio de sus bancas a pesar del voto en contra de Máximo Kichner, con la excusa de que no fue clara la instrucción de la jefa del PJ. Y hoy no hay mayor poder que el de los pronósticos que atribuyen a Milei 70 puntos en el norte y 40 al sello de La Libertad Avanza sin importar los nombres en las listas.

Con arcas flacas y el temor permanente a Milei, los gobernadores radicales, peronistas y provinciales de Salta, Jujuy, Misiones, Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca fueron los más dispuestos a liberar manos para suspender las PASO. La estrategia implica un riesgo de división en el peronismo y la desaparición de otras fuerzas. Por eso desdoblar podría ser un atídoto y atrichnerarse en los territorios la manera de preservarse del enamoramiento que ejerce el mileismo. Le cabe a correntinos o santiagueños que renuevan gobernador pero también a los sellos de Rolando Figueroa, Alberto Weretilneck, Gustavo Sáenz o el santacruceño Claudio Vidal.

Lo dijo clarito a Río Negro un gobernador del PJ que consiguió auxilio en las oficinas del Consejo Federal de Inversiones. El desfile es permanente por el edificio de calle San Martín, donde también estuvo Weretilneck en busca de fondos para paliar los efectos del fuego. El mandatario, que hizo expreso pedido de no ser mencionado, apuntó que “se trata de sobrevivir” y reveló un límite: su respuesta negativa a la Casa Rosada por el proyecto de Ficha Limpia, que sacaría de la cancha electoral a Cristina Kirchner.

En este marco, un funcionario que fue de paseo al interior recibió una propuesta para llevar a Balcarce 50: “Ustedes quédense con las elecciones nacionales y nosotros con las locales” le dijeron en una provincia donde -a diferencia de Río Negro- se renueva la mitad del Legislativo.

Más complejo es el panorama para el bonaerense Axel Kicillof. A fines de enero hizo una prueba para calcular cuánto se tardaría en votar si los comicios fueran concurrentes –con dos urnas y dos boletas distintas- o desdoblados como le piden propios e intendentes. Cristina le hizo llegar una advertencia: si separa la elección puede transformarse en un plebiscito a favor o en contra del gobernador. Kicillof debe decidir este mes presionado por la inseguridad, como el asesinato de un joven a manos de la policía que lo obligó a suspender un gran acto en Mar del Plata. En paralelo sostiene gestos de supervivencia hacia colegas, como el envío de brigadistas a El Bolsón, que Weretilneck agradeció.