Jannik Sinner sigue demostrando que está en la cima del tenis mundial. Este sábado, el joven italiano se coronó campeón del Abierto de Australia 2025 al vencer al alemán Alexander Zverev en una final que tuvo todo: intensidad, emoción y una vez más, la demostración del dominio absoluto de Sinner. El marcador final fue 6-3, 7-6 (7-4), 6-3, tras 2 horas y 42 minutos de un tenis de altísimo nivel.
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Jannik Sinner sigue demostrando que está en la cima del tenis mundial. Este sábado, el joven italiano se coronó campeón del Abierto de Australia 2025 al vencer al alemán Alexander Zverev en una final que tuvo todo: intensidad, emoción y una vez más, la demostración del dominio absoluto de Sinner. El marcador final fue 6-3, 7-6 (7-4), 6-3, tras 2 horas y 42 minutos de un tenis de altísimo nivel.
Sinner comenzó la final de manera arrolladora, imponiendo su juego desde el primer minuto. Con un saque sólido y un gran control de los intercambios desde la línea de fondo, no le dio ni una sola oportunidad de quiebre a Zverev. Mientras tanto, el italiano aprovechó las escasas oportunidades que el alemán le dio y logró el primer quiebre del encuentro, que le permitió cerrar el primer set 6-3 de manera contundente.
En el segundo set, Zverev mostró una versión mucho más competitiva. A pesar de la presión, el alemán llevó el set a un tie-break, donde tuvo momentos de gran tenis. Sin embargo, Sinner, como ha sido su costumbre en los momentos decisivos, mostró una calma impresionante. En un punto clave del tie-break, con el marcador 4-4, la suerte estuvo de su lado: un tiro de Zverev tocó la red y cayó a su lado, favoreciendo al italiano. Desde allí, Sinner no dio lugar a sorpresas y cerró el tie-break 7-4, ganando el segundo set y poniéndose 2-0 en el marcador.
En la tercera manga, Zverev intentó resistir, pero Sinner estaba en su mejor nivel. Con una precisión casi quirúrgica, el italiano empezó a dominar aún más los intercambios. Zverev, visiblemente frustrado, no logró romper el saque de Sinner en ningún momento durante el encuentro. En el sexto game, Sinner aprovechó un momento de desesperación de su rival y logró el quiebre decisivo para luego servir para el partido. Con una gran demostración de tenis, cerró el set 6-3 y levantó su tercer trofeo de Grand Slam.
El mejor tenista del mundo, en pleno ascenso
Con esta victoria, Sinner se corona campeón por segunda vez consecutiva en el Abierto de Australia, después de haberse llevado el título en 2024. Además, el joven italiano sigue demostrando que está en el mejor momento de su carrera, habiendo sumado 21 victorias consecutivas, lo que lo convierte en una máquina de ganar. En este período de invencibilidad, Sinner también levantó el trofeo en el Masters 1000 de Shanghái, las ATP Finals y la Copa Davis.
Su tercer Grand Slam llega luego de haber ganado el US Open en 2024, y ahora se establece como el jugador a batir en el circuito masculino. Con su enorme capacidad técnica, una mentalidad fría en los momentos más importantes y un físico imponente, Sinner sigue demostrando que el futuro del tenis es suyo.
Zverev, a la espera de su primer Grand Slam
Por su parte, Alexander Zverev sigue sin poder conseguir su primer título de Grand Slam. A pesar de su gran tenis, el alemán sufrió su tercera derrota en una final de este tipo. Anteriormente, había perdido en el US Open 2020 ante Dominic Thiem y en Roland Garros 2024 frente a Novak Djokovic. A pesar de la amargura de la derrota, Zverev sigue siendo uno de los tenistas más peligrosos en el circuito y está decidido a pelear por su primer major en los próximos torneos.
El camino al título de Sinner
Para llegar a la final, Sinner tuvo que derrotar a grandes jugadores, demostrando su nivel de juego y su capacidad para enfrentarse a cualquier tipo de adversario. En su camino al título, dejó atrás a Nicolás Jarry, Tristan Schooltake, Marcos Giron, Holger Rune (13°), Alex de Miñaur (8°), Ben Shelton (21°) y finalmente a Alexander Zverev (2°) en la final.
Jannik Sinner ha comenzado el 2025 con una demostración impresionante de su clase y calidad en el tenis. A sus 23 años, el italiano está dominando el circuito ATP y parece estar destinado a ser una de las figuras más grandes de la historia del tenis. Tras este título, el joven número uno del mundo ya mira con ambición los próximos grandes desafíos y continúa su camino hacia la consolidación como uno de los más grandes de todos los tiempos.