La era de la miopía sexy
Hubo una época en la que usar anteojos en el aula era comprar todos los boletos para el bullying. Y garantía de ser un sujeto cobarde, torpe, débil. Pensemos en Clark Kent (el sujeto más poderoso del mundo elige ser un pusilánime con gafas) o en Woody Allen. El que afirma que todo tiempo pasado fue mejor es porque no usaba lentes.
Pero todo llega en la historia, y esta es la época de la venganza de los miopes. En Instagram se empieza a llamar “slutty glasses” (anteojos guarros) a aquellos lentes de armazón grande y grueso, redondo y de colores llamativos. Estamos ante un cambio de paradigma, señoras y señores: ser Anteojito es glamoroso.
La revista Esquire pone en el cielo a Daniel Craig por animarse a usarlos en el film Queer. El gesto de Andrew Garfield en la entrega de los Globo de Oro –desplegar sus anteojos para leer un texto– despierta suspiros, vahídos y desmayos. Pero sabemos que están haciendo trampa: ya eran lindos de antes. La nueva ecuación es esta: bello y con anteojos, dos veces bello.ß
Algo más...
Hay un camino desde el villano con anteojos (como el doctor Octopus, némesis de Spiderman) hasta el héroe con anteojos (Cíclope y Bestia, ambos de los X Men) que llega hasta nuestro Harry Potter, los Minions y Tristeza, del film Intensamente. Una genealogía de héroes que tienen un cristal entre ellos y el mundo.ß
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