
Hermoso recuerdo me trajo la página con el título de Recuerdos Fotográficos, sobre la visita de la famosa orquesta de Duke Ellington con la foto del concierto que protagonizó en el Club Estudiantes. Me tocó ir a recibirlo en el viejo aeropuerto y trasladarlo en mi automóvil, invitado por mi amigo, el difunto Dr. Max Torres y la Dra. Luisa Aráoz de Valderrábanos. Después de su arribo, fuimos los tres a cenar en un restorán clásico frente a Plaza Independencia. Está demás destacar lo agradable de su trato, su simpatía y lo ameno de su charla en perfecto castellano. Al día siguiente, antes del concierto, cuando la orquesta ya estaba en el Club, el Dr. Torres me dice afligido que faltaba el primer trompeta y que seguramente se había perdido o quedado en el hotel. Volví urgente al hotel donde se alojaba, y lo encontré lustrándose los zapatos en la vereda. Era evidente que tenía unos tragos encima. Sin embargo fue increíble la empatía que se estableció en el trayecto hasta el Club. Era una persona muy sencilla y agradable y pudimos entendernos porque hablaba en el clásico “portuñol”. Su nombre era Paul Gonzcalves (creo que se escribe así). Empezó el concierto sobre un escenario elevado. Yo andaba sacando alguna foto, con el grabador encendido y encondido, porque el periodista de “Time-Life” que acompañaba a la orquesta no dejaba que nadie grabara. Sorpresa me llevé cuando Duke Ellington anunció que el primer trompetista ejecutaría solo. Este adelantó su silla hasta el borde del escenario. Yo estaba abajo y delante, me miro y señalándome dijo por el micrófono, “esta pieza la dedico a mi Amigo”. Alcancé a grabar un casete con algunas interpretaciones, pero increíblemente jamás pude escucharlas, porque al día siguiente, un amigo que viajaba de luna de miel me pidió el casete pero nunca me lo devolvió. Para finalizar, debo decir que hace unos años, lamente profundamente la muerte del trompetista.
Humberto Hugo D’Andrea
hdandrea95@gmail.com