El 1° de diciembre pasado ocurrió lo que se sabía desde hacía dos o tres años atrás. Tal vez más: que el final de la carrera de Juan Martín del Potro era irreversible. El tandilense, un fuera de serie con el servicio, la derecha, que logró el US Open siendo un joven en pleno ascenso y la Copa Davis siendo un señor tenista, no podía más. Con el cuerpo y con el alma. Se retiró entre lágrimas frente a Novak Djokovic, la leyenda, ante unos 14.000 hinchas en un estadio argentino que despierta pasiones. Tiene “solo” 36 años.