En Mar del Plata, el hospital provincial Victorio Tetamanti celebró un logro médico extraordinario: salvar la vida de dos recién nacidos, Lian y Pilar, con complejas cardiopatías congénitas. Estas cirugías, realizadas a pocas horas de su nacimiento, son ejemplo del avance en medicina pediátrica y del compromiso de los equipos de salud pública en Argentina. Mira también en Infocielo, hoy.
Milagros en Mar del Plata: Historias de vida en el hospital Tetamanti
Las cardiopatías congénitas, una de las principales causas demortalidad infantil, afectan a 1 de cada 100 bebés. Estas malformaciones cardíacas surgen durante la gestación, cuando el corazón comienza a formarse a partir del día 15 del embarazo. En casos como los de Lian y Pilar, las intervenciones quirúrgicas son la única esperanza de vida.
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Pilar: Una lucha inesperada
Celeste, de 28 años, vivió uno de los momentos más difíciles de su vida cuando su hija Pilar, nacida en el hospital de Mar de Ajó, presentó un cuadro crítico. Dos días después del parto, Pilar se descompensó. “Estaba morada y nadie sabía qué tenía”, recuerda Celeste. La derivación urgente al Tetamanti fue la única opción para salvarla.
Ya en Mar del Plata, un diagnóstico rápido reveló una interrupción de la arteria aorta y un orificio entre las cavidades inferiores del corazón. La cirugía a corazón abierto, que duró seis horas, le devolvió la vida. “Cuando los médicos dijeron que todo salió bien, quedé en shock. Fueron las peores horas de mi vida”, comparte Celeste emocionada.
Hoy, Pilar permanece internada en pediatría con su mamá, recuperándose con fuerza. Celeste agradece la calidez del equipo médico, que les brindó apoyo en todo momento.
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Lian: Un diagnóstico prenatal que marcó la diferencia
El caso de Lian fue distinto. Gracias a una ecografía de rutina, Maia, de 19 años, fue informada de la cardiopatía de su bebé mientras aún estaba en gestación. El diagnóstico precoz permitió planificar el nacimiento en el Tetamanti y coordinar una cirugía inmediata.
Lian nació con una arteria pulmonar no desarrollada y un único ventrículo. A las pocas horas de vida, los médicos practicaron una anastomosis sistémico-pulmonar, una compleja intervención que salvó su vida. El jefe de cirugía, Carlos Vázquez, destacó la importancia del diagnóstico prenatal: “Reducimos riesgos y pudimos actuar a tiempo”.
A Lian le esperan dos cirugías más, a los seis meses y a los dos años, para completar su tratamiento. Sin embargo, los pronósticos son optimistas: podrá llevar una vida casi normal, salvo la práctica de deportes de alto rendimiento.
Un equipo dedicado y un enfoque integral
El hospital Tetamanti cuenta con un equipo multidisciplinario de 40 especialistas, que incluye cirujanos, cardiólogos, anestesistas y enfermeras. Además, el servicio de salud mental y trabajo social acompaña a las familias en estos momentos críticos, generando redes de apoyo fundamentales.
Desde la implementación del Plan Nacional de Cardiopatías Congénitas hace 15 años, el Tetamanti ha realizado más de 750 procedimientos cardiovasculares, consolidándose como un centro de referencia.
El cirujano Ramiro Pellicciari resalta el valor de la contención familiar: “Organizamos reuniones entre familias de pacientes que ya pasaron por estas cirugías y las que están por enfrentarlas. Es un enfoque integral que prioriza tanto la salud física como emocional”.
Esperanza para el futuro
Las historias de Pilar y Lian son ejemplos de cómo la detección temprana y el acceso a hospitales especializados pueden marcar la diferencia. Aunque las cardiopatías congénitas no son prevenibles, los controles ecográficos durante el embarazo son clave para reducir riesgos.
En palabras de Maia, la joven madre de Lian: “Sentí miedo, pero estoy agradecida de haber tenido la oportunidad de que mi hijo naciera en un lugar donde podían salvarlo”.
Hoy, ambas familias esperan con ansias el alta médica para volver a casa y comenzar una nueva etapa, marcada por el amor y la esperanza.
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