El proyecto de Milei que puede comenzar a darle forma al escenario electoral bonaerense

El presidente Javier Milei acaba de enviar al Congreso el proyecto para derogar la ley que estableció las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Necesita del acuerdo del kirchnerismo para coronar esa empresa. Quizás deba conformarse con menos: la suspensión de estos comicios para este turno electoral o su transformación en optativos, esto es, que los ciudadanos dejen de estar compelidos a ir a las urnas.

De una u otra forma, la ley que surja, si es que finalmente alumbra algún acuerdo, podría tener un impacto decisivo sobre la Provincia y, en particular, sobre el laboratorio político que montó Axel Kicillof para definir su propia estrategia electoral.

En la Gobernación sostienen que si no hay PASO se despejará un obstáculo para consagrar el plan que pasa por provincializar los comicios bonaerenses y separarlos de los nacionales. Es decir, adelantar las elecciones en la Provincia pese a los deseos de Cristina Kirchner, con quien Kicillof sigue sin hablar.

Con Primarias nacionales en la cancha, la idea de desdoblar se complica, porque los bonaerenses tendrían que ir tres veces a las urnas: en agosto para participar de las PASO, en septiembre supuestamente para elegir cargos provinciales y otra vez en octubre para consagrar diputados nacionales.

Había en la hoja de ruta del Gobernador una idea inicial: si se caían las Primarias nacionales, se avanzaría en esa misma dirección en la Provincia. De hecho, en la Legislatura el sector de Sergio Massa se anticipó y presentó un proyecto para suspenderlas por ese turno electoral. Puede que, en medio de una tensión que no cede con el kirchnerismo, parte de esa estrategia esté en revisión.

En algunos despachos oficiales, en los mismos donde se empuja en forma decisiva el desdoblamiento para tomar independencia del kirchnerismo y evitar una polarización a todo o nada como la que persigue Milei, se está comenzando a rediscutir la conveniencia de mantener las Primarias en la Provincia.

LE PUEDE INTERESAR

Preocupan los bajos niveles de vacunación para prevenir el dengue

LE PUEDE INTERESAR

Kicillof y el desafío de enfrentar a Milei

Observado el escenario a través del cristal del enfrentamiento con Cristina Kirchner y La Cámpora, hay quienes comienzan a analizar que las PASO pueden transformarse en un insumo indispensable para llevar esa disputa interna al terreno electoral. Permitiría, por caso, que el kicillofismo y sus aliados pudieran competir contra el kirchnerismo duro bajo el mismo paraguas.

Todo se movería bajo la lógica a la que se ajusta Kicillof: no romper con la ex presidenta en lo formal, aunque eventualmente desafiar su liderazgo.

Cada 20 años el peronismo suele escenificar estas peleas de poder. Sucedió en 1985 cuando se enfrentaron Herminio Iglesias y Antonio Cafiero. En 2005 la disputa fue entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde. ¿Dará forma este 2025 a esa renovada disputa ahora protagonizada por Kicillof y su mentora política?

Hay algunos dirigentes que suelen rescatar otras coincidencias: el derrotero casi calcado de distanciamiento de los Kirchner con la mayoría de los gobernadores que hicieron consagrar en Santa Cruz.

Todos estos movimientos están íntimamente enlazados con la proyección nacional que ensaya Kicillof de cara a la disputa por la Casa Rosada en 2027. Antes, debe dar la otra batalla: meter gente propia en las listas de candidatos a la Legislatura como forma no sólo de galvanizar su esquema y dotarlo de poder sino además de contar con manos amigas en un territorio que se le ha tornado hostil.

El Gobernador apenas si cuenta con bancas amigas en el propio oficialismo. El kirchnerismo nunca le abrió espacios en un territorio que controla a través de la alianza de La Cámpora con varios intendentes del Conurbano.

Kicillof padeció ese déficit político en el debate por el Presupuesto y la ley Impositiva a fines de diciembre. Hoy ambas leyes parecen haber naufragado bajo el calor de enero. El propio Gobierno hizo caer la reanudación del diálogo con legisladores del PJ y opositores y alimentó las sospechas en el sentido de que se convenció de que sería más práctico trabajar con la prórroga de ambas iniciativas.

El impacto de la eliminación de las PASO supone, además, una enorme complicación para aquellos peronistas no K y sectores del radicalismo que trabajan en la construcción de una alternativa de centro, alejada de los extremos libertario y kirchnerista. Las Primarias podrían albergar a sus varias vertientes bajo el paraguas de un mismo frente electoral que de otra forma sería complejo sintetizar. Y potenciar, acaso, a un espacio que carece de una figura taquillera capaz de terciar en la polarización total con la que sueñan La Libertad Avanza y Cristina Kirchner.