Otra estrategia para las extraordinarias y una Vice alejada del poder de decisiones

Todo parece indicar que esta vez sí Javier Milei tendrá sesiones extraordinarias en el Congreso, algo que no sucedió en diciembre a pesar de los anuncios oficiales.Atípico en enero. Dos datos son importantes en este llamado al Congreso: el temario que estipula el Presidente y el rol que finalmente tenga en el proceso la Vice, Victoria Villarruel, desalojada de todas las decisiones legislativas importantes del oficialismo a pesar de que es la titular del Senado.

Es Guillermo Francos quien ya empezó a actuar de operador de lo que el gobierno espera poder meter en extraordinarias. El jefe de Gabinete está articulando con las cabezas de los bloques aliados y dialoguistas. Léase Cristian Ritondo, del PRO; Rodrigo de Loredo, de la UCR; y Miguel Angel Pichetto, de Encuentro Federal. Con los más duros, como la Coalición Cívica o el kirchnerismo, el diálogo parece imposible. Suelen ser los legisladores antes mencionados los que actúan como nexos no oficiales con ellos. Incluso más que los propios diputados de La Libertad Avanza, con la excepción de José Luis Espert, que es el hombre clave de Milei para las cuestiones presupuestarias.

Se comenta que Francos, seguramente acompañado del titular de la Cámara baja Martín Menem, tendría una serie de reuniones con los capitostes dialoguistas en las próximas horas. Es un trabajo político: el Gobierno no puede darse el lujo de convocar a extraordinarias y que los temas a debatir (sólo se abordan cuestiones que fija el Presidente) fracasen estrepitosamente. Sería leído como una derrota. Por eso hay que ajustar números y pareceres, no sólo para las eventuales votaciones en el recinto sino también para los dictámenes de comisiones.

El temario es más o menos previsible en base a lo que se ha venido conversando, incluso públicamente. El oficialismo aspira a derogar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Parecería ser algo que hasta la oposición quiere para este turno electoral, pero con ciertos matices: algunos pretenden sólo suspenderlas por esta vez; otros que ya no sean obligatorias. Asoma como un tema conversable, incluso con el kirchnerismo duro.

El punto más conflictivo tal vez sea el del proyecto llamado “Ficha Limpia”, aquel que estipula que una persona con doble condena confirmada no puede presentarse a elecciones. El kirchnerismo lo rechaza de lleno y eso sólo puede explicarse porque en esa condición está la líder del espacio, Cristina Kirchner. Condenada en dos instancias a seis años de prisión por manejo irregular de la obra pública. Le esperan, además, otros juicios incómodos pero que demandarán tiempo.

Especulaciones

La Libertad Avanza ya ha quedado “en off side” cuando en las sesiones ordinarias el tratamiento de este proyecto, impulsado sobre todo por el PRO, se cayó porque el oficialismo no aportó el número necesario para poder sesionar. Se vio en ese momento una extraña alianza con el kirchnerismo. Las explicaciones oficialistas fueron endebles. Se prometió desde la Rosada, incluso Milei en persona, avanzar con un proyecto propio. ¿Será esta la oportunidad para demostrar a la opinión pública que no hay connivencia con Cristina? El macrismo presionaría para que eso suceda en las reuniones preparatorias previas.

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La que espera tener su momento en el mes que duren las extraordinarias es la ministra Patricia Bullrich. Es que existen un par de proyectos de ley que le pidió incorporar al Presidente en el temario que incumben a su área: reiterancia, juicio en ausencia -por lo que se podría juzgar a los autores del atentado a la AMIA que ya fueron sindicados por la Justicia, por ejemplo- la ley “antimafia” y alguno más.

Si queda afuera el proyecto de Presupuesto 2025, que no se votó antes de fin de año. El mileismo parece muy cómodo con la lógica de la prórroga del vigente, que es de 2023 pero fue votado a fines de 2022. Otro gobierno, otros números, otro país. Aquella comodidad reside en que, entre la continuidad del actual y algunas facultades delegadas en la Ley Bases, el Ejecutivo puede recurrir a cierta discrecionalidad para decidir sobre partidas de fondos. La excusa es priorizar la recuperación macro económica pero el mundo político general lo ve casi como un abuso. Estaba claro que si Milei metía el Presupuesto en el temario los legisladores opositores avanzarían con modificaciones a su proyecto -principalmente con el reclamo de los gobernadores por más fondos-, muchas de las cuales ya fueron anticipadas cuando la iniciativa entró al Congreso. Y esto le cae pésimo al Jefe de Estado.

Si Milei incluirá el pliego del polémico juez Ariel Lijo para entrar en la Corte Suprema de Justicia, lo que se requiere una mayoría del Senado de dos tercios. Tarea para Francos como negociador, que se encontrará con una oposición dialoguista que lo desaprueba pero un kirchnerismo que sería proclive a respaldarlo. Delicias de la política.

Con malicia, las fuentes de la Rosada vienen avisando que la vicepresidente Villarruel será prácticamente un convidado de piedra en todo este proceso. No la quieren en ninguna reunión y la piensan sólo conduciendo las cuestiones reglamentarias de las sesiones. Incluso para luego de las extraordinarias.

La distancia con Milei es abismal. El Presidente la ha criticado en duros términos. Ella tuvo una nueva diferenciación hace días cuando se quejó por las redes del salario que cobra, mucho menor que el de los senadores: “Chirolas”.

Pero habría más. El Senado aún debe votar sus autoridades internas. En un contexto lógico, el oficialismo debería buscar la continuidad de los actuales nombres. No es el caso. Cerca de la Vice vaticinan una embestida de Karina Milei, su mayor adversaria interna, para despojarla de los resortes del manejo de la Cámara alta. Desde la presidencia provisional al manejo administrativo. Sacar gente de su confianza para poner laderos de los hermanos Milei. En este sentido, habría que ponerle un ojo al senador cordobés Luis Juez, hoy en el PRO, que sería el elegido de la Rosada para reemplazar al puntano Bartolomé Abdala como dos de la Vice. Es un sillón clave: está en la línea de sucesión presidencial.

Luis Juez, hoy en el PRO, sería el elegido de la Rosada como dos de la Vice