Alianza electoral: Milei dejó la pelota picando del lado de Macri

El presidente Javier Milei insistió ayer en que pretende cerrar un acuerdo con Mauricio Macri, titular de PRO, para confluir en las próximas elecciones legislativas. La declaración se da en el marco de una relación muy tirante a nivel de ambas fuerzas por múltiples razones. Las más recientes: la decisión de Jorge Macri de separar los comicios porteños de los nacionales que molestó en el Gobierno y que en verdad llegó luego de que La Libertad Avanza se comportara como una fuerza opositora a nivel distrital; y la acusación del oficialismo a la gestión macrista en la exAFIP respecto a un mecanismo de protección a empresarios y funcionarios kirchneristas con olor a operación política.

Milei remarcó ayer que está dispuesto a “conversar” con Mauricio, con quien tiene un buen vínculo personal pero no político, para llegar a un entendimiento electoral. Fue en una entrevista radial con Luis Majul. Allí dijo, que tiene “vocación activa” de “ir a un acuerdo total en todo el país” con quienes son sus aliados naturales. “Quiero que vayamos juntos y arrasemos al kirchnerismo en las próximas elecciones”, apuntó.

En cuanto al rol que tendría el jefe del PRO, Milei señaló: “Habría que ver qué intenciones tiene de involucrarse activamente en la política partidaria”. De todos modos aclaró que “la discusión de cargos no es interesante”. Lo dijo como si no fuera importante pero sabe muy bien que sí lo es.

Reunión de urgencia

La idea de Milei moviliza al PRO. Anoche la mesa nacional se reunió con “carácter de urgencia”, donde fijó una postura respecto a los últimos dichos del Presidente. De manera remota, el encuentro de casi una hora y media estuvo encabezado por el propio Macri, y trascendió que habría una contraoferta a la propuesta de La Libertad Avanza (LLA) que se dará a conocer durante las próximas 24 horas. Sería con condiciones. Se sabe, por ejemplo, que el expresidente desiste de la designación de Lijo en la Corte.

“Saldrá un comunicado con una propuesta al gobierno”, aseguraron altas fuentes del espacio tras la cita, en donde no hubo participación del ala bullrichista, representada en el diputado Damián Arabia, vicepresidente segundo, que pugna sin miramientos por la unificación con el oficialismo. Desde el PRO dejaron trascender nuevamente cierto desconcierto en las últimas horas sobre “el tire y afloje sistemático” de los libertarios.

Lo que viene es una elección legislativa donde aparentemente la discusión será distrito por distrito. Hay un sector de dirigentes, sobre todo en la provincia de Buenos Aires y el interior, que piden a Macri apurar una alianza con La Libertad Avanza. Creen que los libertarios ya absorbieron los votos del PRO y que no hay margen a diferenciarse. En cierta forma son críticos de Mauricio, que pretende, desde su discurso institucional partidario, preservar como sea la identidad amarilla.

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El expresidente se siente ninguneado por Milei y su mesa chica, luego de ser un aliado clave en el primer año legislativo de La Libertad Avanza. Manda a decir que no ve posible un acuerdo hoy, sobre todo por la condición belicosa de los libertarios en CABA. No colaboraron con su primo Jorge ni para aprobarle el presupuesto. Macri considera además que los interlocutores que le pone Milei empantanan todo. Básicamente la hermana Karina y el asesorísimo Santiago Caputo.

Pero dirigentes amarillos como Diego Santilli y Cristian Ritondo, ambos referentes de la provincia de Buenos Aires, tienen buenos lazos con los libertarios y analizan que el partido debe tender a una convergencia con el espacio violeta para ganarle al peronismo. En cambio, otro sector del macrismo, más ligado a Mauricio, asoma más cauto y exige garantías para la negociación del cierre de listas. Básicamente que sea eso, una negociación, y no una imposición de la Casa Rosada.

Desde Cumelén, donde pasará buena parte del verano en su finca del sur, Macri sigue con atención el panorama. Habla con sus dirigidos, escucha consultores amigos. Analiza con atención el escenario electoral y, hasta ahora, sostiene aquello de que no hay condiciones para un acuerdo electoral. Lo dicho: estima que Milei le baja el precio al PRO. ¿Estrategia para que el Presidente lo llame a negociar todo cara a cara?

El macrismo pone en juego 22 diputados nacionales, decenas de legisladores provinciales y cientos de concejales. Apuestan al acuerdo más potable para sostener esa estructura o perder lo menos posible.

¿Macri senador?

En este contexto, desde el PRO se echó a rodar la versión de que Macri podría ser candidato en este 2025. Que analiza postularse a senador nacional por la Ciudad de Buenos Aires si no hay acuerdo con Milei. Es una estrategia que busca resguardar su pago chico, la CABA, desde la certeza de que el electorado respaldará la “marca Macri” por la historia de gestión en el distrito.

La verdad, dicen los que lo conocen, es que Macri no tiene interés en ocupar una banca en el Senado. Lo aburre la dinámica parlamentaria y eso se vio cuando fue un par de años diputado: casi que ni presentó proyectos. Pero sabe que debe poner el cuerpo para moldear la estrategia electoral de la fuerza que preside y alejar el fantasma de la desaparición de la misma frente al avasallamiento de LLA, que pesca en el mismo lago.

En relación con la Ciudad de Buenos Aires, el dilema por estas horas en el macrismo es la eliminación de las PASO locales. Macri apoya a su primo Jorge en la idea de suspender las Primarias Abiertas. Para concretarlo, el alcalde porteño requiere 40 votos de la Legislatura. No los tiene. Pero los está juntando. El primo Jorge apuesta a convocar a sesiones extraordinarias en febrero para eliminar el sistema. Eso le permitiría despegar por completo la discusión distrital de la pelea nacional. Por eso el gobierno libertario lo rechaza.

Si esa maniobra se concreta, Jorge Macri adelantaría las elecciones porteñas a julio próximo. Eso acelerará la discusión electoral entre el PRO y La Libertad Avanza porque en marzo se estarían cerrando las listas. Ese paso será determinante en el futuro de la relación política entre amarillos y violetas.

Dicen los que lo conocen, que Macri no tiene interés en ocupar una banca en el Senado