El playón deportivo que el intendente Franco Hernandez Berni inauguró en Tartagal en la plazoleta Ciriaco Benitez, fue el último de este tipo de espacios que en 2024 se proyectaron en los diferentes puntos periféricos de Tartagal y que en unas semanas comenzarán con actividad plena organizada por la Secretaría de Deportes. Esta vez correspondió a esa zona, ubicada al oeste de las vías del antiguo Ferrocarril Belgrano y de la vieja estación de trenes. La inauguración tuvo momentos de emoción por parte de los familiares y amigos de Ciriaco Benítez, aquel dirigente político que ocupó cargos en los momentos más convulsionados del norte de la provincia, asolado en esos años por los conflictos sociales después de la privatización de YPF.
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El playón deportivo que el intendente Franco Hernandez Berni inauguró en Tartagal en la plazoleta Ciriaco Benitez, fue el último de este tipo de espacios que en 2024 se proyectaron en los diferentes puntos periféricos de Tartagal y que en unas semanas comenzarán con actividad plena organizada por la Secretaría de Deportes. Esta vez correspondió a esa zona, ubicada al oeste de las vías del antiguo Ferrocarril Belgrano y de la vieja estación de trenes. La inauguración tuvo momentos de emoción por parte de los familiares y amigos de Ciriaco Benítez, aquel dirigente político que ocupó cargos en los momentos más convulsionados del norte de la provincia, asolado en esos años por los conflictos sociales después de la privatización de YPF.
Influencer de los '90
Cuando los términos influencers, youtubers, tiktokers o streaming no se conocían, Tartagal ya contaba con un dirigente político que solo, con su filmadora al hombro, recorría los diferentes barrios de Tartagal, hacía cantar a los chicos, recogía declaraciones y quejas de los vecinos y se filmaba él mismo, no para subir sus contenidos a redes sociales (que tampoco existían), sino a su canal de televisión local, donde cada noche conducía su noticiero.
El informativo de Ciriaco Benitez por la informalidad que lo rodeaba resultaba hasta pintoresco; se sentaba solo frente a la cámara, le hablaba a los televidentes y difundía las imágenes que había conseguido durante el día, mientras su hijo más pequeño jugaba en el estudio o cualquier amigo entraba o salía de plano. Benitez se decía jocosamente a sí mismo "milico y peronista".
Era correntino, se retiró del Ejército con el grado de teniente primero, revistiendo filas en el Regimiento 28 de Infantería con asiento en Tartagal pero se enamoró, se casó y se quedó en el pueblo norteño hasta su temprano fallecimiento.
Era el principal adversario político del 6 veces intendente de Tartagal, Alberto Abraham porque Ciriaco tenía ideas renovadas y otra mirada -mucho más cercana a los tiempos actuales- de la política. Fue presidente del Concejo Deliberante cuando la provincia, después de violentos disturbios y cortes de ruta, determinó la intervención de Tartagal y Mosconi . "Si yo no tuviera responsabilidades institucionales, también estaría en el corte de ruta acompañando a mis vecinos" declaraba en 1997 cuando quedó a cargo del Ejecutivo municipal de Tartagal, mientras el intendente de ese entonces Alberto Abraham permanecía internado en delicado estado.
Se decía que por un gesto de inocencia, dos años antes, Benitez había perdido las elecciones para intendente, un hecho difícil de comprobar en esos tiempos. Cuando se supo ganador con los primeros resultados, salió a festejar a la vuelta de la plaza y dejó por un momento el principal centro de escrutinio que era el correo; pero al volver los resultados ya le daban ganador a su adversario, un viejo lobo de la política que se las sabía a todas.
Benítez, un militar retirado, martillero público, profesor de educación física y muy culto sobre todo en geo política, hacía planteos que muy pocos entendían y que hasta cierto punto siguen siendo adelantados para los tiempos actuales, como el cuidado irrestricto del medio ambiente, las bondades de la alimentación sana y de la actividad física, la potencialidad de la región en materia hidrocarburífera para convertir a Tartagal en la "Dallas" del norte argentino, la necesidad de un corredor bioceánico que uniera a las naciones del cono sur con China, el gigante asiático, entre otros.
A poco de fallecer víctima de una enfermedad que por su crueldad hace que quienes la padecen estén lúcidos hasta sus últimos momentos y que vean de qué manera su cuerpo se deteriora día tras día y deja de responderles sin que ni ellos, ni la ciencia puedan parar esa vorágine de angustia y de dolor, hubo oportunidad de hacerle un último reportaje radial.
A ese hombre alto, esbelto, que caminaba con las manos en sus momentos de actividad física, se lo escuchaba emocionado, lloraba y pedía perdón por algún error cometido. La plazoleta que lleva su nombre está ubicada a pocos metros del centro de la ciudad y sin embargo no dejaba de ser una zona marginada; un poco como la mirada del propio Rubén Ciriaco Benitez que a pesar de integrar una familia tradicional, respetada y acomodada en términos económicos, no dejaba de mirar hacia los lugares más desfavorecidos de Tartagal, la ciudad que lo adoptó como a un hijo más.
