El 28 de este mes se retiró del poder judicial Juan Carlos Maqueda. Se fue por la puerta grande como todo hombre de bien, fue un hombre político perteneciente al Partido Justicialista, que no trepidó un instante poner su hombría de bien cuando el alzamiento carapintada , pretendiendo derrocar al Gobierno de Raúl Ricardo Alfonsín. Desde su Córdoba natal se puso a la cabeza junto a Eduardo Angeloz, a Mario Negri y a tantos otros, en defensa de las instituciones. Reconforta para la política y para los políticos que este hombre en un hecho inusual se fue aplaudido por todos los empleados y miembros del Poder Judicial al son de la banda de la Policía Federal. Se despedía a un hombre al que despectivamente se lo incorporaba a la “casta”. Pobre de quien descalifica sin ningún mérito y antecedentes democráticos, adhiere a ser fundamentalista, anárquico y topo para destruir el Estado. Las actuales generaciones deben aprender lo que es ser político y llegado al poder este no es una ecuación económica, al retirarse dijo: “Temo por los poderes judiciales y legislativos, temo por la institucionalidad”. El periodista Federico van Mameren lo reflejó en su columna del domingo pasado. Al quien le quepa el sayo que se lo ponga.
José Luis Avignone (ex concejal de San Miguel de Tucumán, en diversos mandatos. Dirigente de la Unión Cívica Radical)
Marcos Paz 922