Desde Roma
El Papa Francisco abre este martes 24 de diciembre, en torno a las 19horas de Italia, la Puerta Santa de San Pedro, inaugurando así oficialmente el Jubileo que durará un año. Luego celebrará la misa de la vigilia de Navidad en San Pedro.
La de San Pedro no es la única Puerta Santa que abrirá Francisco. Está previsto en los días sucesivos que abra la Puerta Santa de San Juan de Letrán el 29 diciembre, la de Santa María Mayor el 1 de enero y la de San Pablo Fuera de los Muros el 5 de enero, tres de las iglesias más emblemáticas de Roma. Por primera vez para un Papa y para Francisco, el 26 de diciembre además abrirá una Puerta Santa en la cárcel romana de Rebibbia y luego tendrá encuentros con los detenidos.
El nombre de este Jubileo o Año Santo, el “Jubileo de la esperanza”, hace alusión a los cientos de problemas vividos durante la pandemia del Covid19 que destrozaron y deprimieron a tanta gente y a los problemas creados por todas las guerras y conflictos actualmente en curso en el mundo que él siempre recuerda, en particular Rusia-Ucrania e Israel-Palestina. Según Francisco, que fue quien eligió el nombre, “debemos tener encendida la llama de la esperanza y hacer de todo para que cada uno retome la fuerza y la certeza para mirar al futuro con el alma abierta, el corazón lleno de confianza y la mente visionaria”. Según el Papa además el Jubileo está dedicado “a la cura de la misericordia hacia los más frágiles” de la sociedad.
Se calcula que unos 30.000 fieles participarán este martes de las ceremonias en San Pedro. El Papa recibirá homenajes floreales de diez países de todo el mundo, dos de ellos de Latinoamérica: México y Venezuela.
Seguridad intensificada
Dado el reciente atentado en Alemania, pero no sólo por eso, tanto la seguridad italiana como del Vaticano, decidieron intensificar las medias de seguridad para que los más de 30 millones de peregrinos que se calcula que llegaran a Roma en el año del Jubileo, puedan sentirse tranquilos.
Unos 700 medios o unidades de seguridad ha sido distribuidos en torno al Vaticano, zona que además estará cerrada a la circulación de autos u otros medios. Se han preparado entre otros, grupos cinófilos, es decir de perros amaestrados para detectar explosivos u otras cosas, tiradores especiales puestos en zonas particulares y dispositivos antidrones. Para entrar a las ceremonias o a la basílica, se deberá pasar por detectores de metales, un sistema de control policial para controlar si la persona no está armada, que ya existían en algunas puertas del Vaticano.
El Jubileo tiene un portal Internet en siete idiomas (www.iubilaeum.2025.va). Allí los fieles pueden consultar las actividades, religiosas y culturales, o prevenciones que se sugiere. En ese portal además podrán inscribirse para hacer algunos de los peregrinajes previstos en Roma, el más importante es hacia la Puerta Santa de la basílica de San Pedro y otro hacia las iglesias dedicadas a las mujeres que hicieron historia dentro de la Iglesia.
La historia del Jubileo
El Jubileo tiene una larguísima historia desde los orígenes del cristianismo. Según algunos historiadores, su origen es judío, como sucede con varios de los ritos que el cristianismo adoptó para sí mismo. Para los judíos se trataba de un año de reposo de la tierra, que se celebraba cada 50 años, y cuyo objetivo era mejorar los cultivos.
En el cristianismo, el Papa Calixto II en 1126 fue uno de los primeros que celebró un Jubileo en honor del apóstol Santiago venerado en Santiago de Compostela (España), una de las más importantes metas de peregrinaje católico del mundo. Sucesivamente, numerosos Papas celebraron el Año Santo. Bonifacio VIII en 1299-1300, mediante una bula papal, estableció que el Año Santo concedía la indulgencia plenaria (es decir el perdón de todos los pecados) y se debía repetir cada cien años. Algunos Papas sucesivos redujeron el período a 50 años, a 33 años y luego a 25 años. El último Jubileo Ordinario se realizó en Roma en el año 2000, durante el papado de Juan Pablo II. Ahora hay jubileos ordinarios, cada 25 años, pero también Extraordinarios, que deciden los Papas cuándo hacerlos. Por otra parte durante el año jubilar se celebran pequeños Jubileos de dos o tres días dedicados a los sectores que el Vaticano considera importantes. Este año, entre otros, Jubileos breves serán dedicados a los periodistas, los artistas, los empresarios, los obreros, los niños, los jóvenes, etc, además por supuestos de los dedicados a los distintos sectores de la Iglesia como obispos, sacerdotes, monjas, etc
Dos jubileos ordinarios, el de 1925 y el de 1950, son recordados especialmente porque ambos fueron dedicados a la paz. El primero en relación a la Primera Guerra mundial (1914-1918), el otro a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Y en cada uno de estos Jubileos la celebración más importante es la apertura de la Puerta Santa de parte del Pontífice, una puerta de la basílica de San Pedro que queda completamente sellada con una pared los años que no hay Jubileo. Dentro de esa pared hay una caja con las llaves de la puerta y por eso, para abrir la Puerta Santa en el próximo Jubileo, se debe destruir la pared.
Los últimos Jubileos Extraordinarios fueron decididos por el Papa Francisco. El primero en 2015 para conmemorar los 50 años del Concilio Vaticano II que cambió tanto la Iglesia. Y por primera vez en la historia, a la apertura de la Puerta Santa en ese Jubileo asistieron dos Papas, Francisco y el Papa emérito Benedicto XVI que había renunciado dos años antes. En 2019 se celebró otro Jubileo en ocasión del centenario de la Virgen de Loreto.
Los cambios en la ciudad de Roma
Tanto el municipio de Roma, liderado por el alcalde Roberto Gualtieri de centroizquierda, como el gobierno de la derechista Giorgia Meloni, se pusieron de acuerdo para realizar una serie de obras a fin de mejorar la situación de la capital italiana, sobre todo a nivel de las calles y veredas pero también de puentes, plazas, etc que estaban en mal estado. Algunos trabajos terminarán en el primer trimestre del 2025, se informó.
Pero algunas obras importantes fueron ya terminadas, como la reestructuración de Piazza Pia, una plaza cercana al Vaticano por la que los autos podrán circular ahora a través de un pasaje subterráneo o la restauración de fuentes famosas de Roma como la Fuente de Trevi.
También se han organizado mejoras en las guardias de varios hospitales romanos, a los que se han asignado nuevas ambulancias y otros servicios sanitarios.
Asimismo han sido organizados hospedajes para peregrinos en numerosos seminarios y conventos, fuera y dentro de la ciudad de Roma. Se crearon también lugares de alojamiento y de comidas para los pobres sin casa, que a menudo dormían en las galerías cercanas a San Pedro.