Ponche y parranda son dos ingredientes típicamente mexicanos que remiten a la Navidad. El ponche, una bebida dulce, con toques ácidos y especiados, es ideal para las celebraciones de fin de año, que invita a reunirse en torno a los símbolos navideños un año más.
Si el ponche está totalmente ligado a los Estados Unidos Mexicanos, su nombre oficial, la parranda no se queda atrás. Esta tradición festiva, que se hace extensiva a varios países de América Latina, hace que amigos y familiares recorran las calles y los hogares de sus conocidos entonando villancicos, reafirmando sus acordes con una variopinta selección de instrumentos musicales. Alegría, alegría, alegría son las palabras que resumen el espíritu navideño mexicano.
No se trata de juerga vacía, sino de un verdadero espíritu que quiere compartir con los demás esto que algunos han dado en llamar la festividad más linda del año. Los que participan de una parrando suelen estar acompañados de una bebida, y el ponche es una de ellas. Cantar para ellos es un disfrute, sea que lo hagan en las calles o en la intimidad de sus hogares.

A qué sabe el ponche
«El ponche sabe a ponche», es lo que repiten los mexicanos hasta el hartazgo. Uno de sus ingredientes autóctono es el tejocote, una fruta pequeña, de forma redonda o ligeramente ovalada, con un sabor dulce que presenta un toque ácido, lo que lo hace perfecto para agregar a bebidas como esta.
La fruta tiene una piel fina de color amarillo o anaranjado y una pulpa que contiene una pequeña cantidad de semillas. Su sabor es ligeramente agridulce, y su textura, firme, aunque algo fibrosa, es lo que lo hace muy apreciado en la cocina mexicana, especialmente durante las festividades de Navidad.
Para llegar al ponche, se debe hervir el tejocote con la piña, la guayaba y las ciruelas pasas, aderezado con especias tipo canela o clavo de olor, que le dan calidez y suavidad. El tejocote le da acidez, y las demás frutas aportan dulzura.
Si bien es una bebida que no lleva alcohol, a veces suelen ponerle aguardiente, tequila o ron, para complejizarlo, pero buscando que no sobresalga, simplemente el objetivo es que acompañe silenciosamente, aunque cada familia tiene suele aportar su propia fórmula.
Orígenes de la tradición
Los pueblos índígenas preparaban bebidas frías a base de frutas nativas como el tepicote y la guayaba, a la que le agregaban cítricos como la naranja y tropicales como la piña. Tenían propiedades medicinales.
Más tarde, con la llegada de los españoles ingresaron nuevos alimentos, frutas y especias del Viejo Mundo. La manzana, y los frutos de carozo como la ciruela y el durazno se fueron incorporando a una bebida bastante similar al ponche, tan celebrado hoy en día en México. El plus dulce vino de la mano del piloncillo, una especie de azúcar no refinada.

El ponche y Posadas, otra conjunción infalible
México es conocido por sus tradiciones y en ese contexto podemos citar las posadas, que, como su nombre lo indica hace referencia al refugio o alojamiento que buscaban María y José en Belén. Del 16 al 24 de diciembre, México suma esta celebración en la que representan los momentos previos al nacimiento de Jesús y la negativa que reciben de los posaderos para darles albergue, debido a la alta ocupación de la ciudad de Belén.
Esta fue la simpática manera que encontraron los misioneros españoles para transmitir la historia del nacimiento de Jesús a los indígenas, y así la fiesta cobró fuerza en el territorio, arraigándose hasta el día de hoy.
El ponche tiene una receta base, pero cada región le da su impronta. Así en Jalisco, en Guanajuato, Puebla, Oaxaca, Veracruz y Ciudad de México entre otros estados, el ponche cobra una mayor popularidad. Si de popularidad hablamos, es necesario destacar que se bebe en todas las clases sociales.
En eventos formales o comidas navideñas organizadas, puede incluir ingredientes un tanto más exóticos, acompañados de menúes acordes a la época del año. La temporada de temperaturas bajas en México invita a disfrutar de la Navidad, de sus tradiciones, y de esta bebida tan cara a sus habitantes desde la época colonial.