Señorita Novio: “La música puede ser una buena patadita en el pecho”

Inés Mauri cambia de nombre: ahora es Señorita Novio. “Quería sumarle un poco de fantasía, que trascienda mi individualidad, mi persona”, dice del cambio. “El proyecto tiene un carácter colectivo, construimos desde ese lugar, y quería que eso se materialice”.

Venía con esa idea cuando un amigo le comentó sobre un texto que analiza cartas de las escuelas de señoritas en 1903. “En ese análisis, encuentran a dos lesbianas que se mandan cartas. Una de ellas la Emperatriz de Talismanes, la otra era Señorita Novio, y según ese libro, un libro de criminología, de los que establecieron la normalidad, era la mala junta, algo que nació corrompido. Me gustó ese concepto. Y la sonoridad. Y al mismo tiempo, es la primera vez que se representaba una identidad de esas características en la literatura argentina. Entonces, pensé: ‘Yo con esto tengo que hacer algo’”.

Se convirtió entonces en un nuevo nombre, bajo el cual se presentará el sábado, en La Bicicletería (117 y 40), donde mostrará que detrás del nombre nuevo hay un cambio de sonido, “un sonido más vinculado al post rock, al indie, al post punk”.

Un regreso a sus primeros sonidos, “que tenía que ver con un rock más garayoso”. Había, dice, “una necesidad de decir desde esas sonoridades. Este cambio de sonido es la materialización de un proceso, y me atrevo a decir que es un proceso generacional, de época: los géneros musicales atraviesan modificaciones, experimentaciones, también por lo que pasa socialmente. La música habla por su contexto, no solo por contar con la letra, sino por cómo suena. Las sonoridades más plásticas no alcanzan a representar la realidad cruda que vivimos”.

En ese sentido, sonido y letra se dan la mano en el primer adelanto de su nuevo disco, “Me empujan”, una propuesta que abraza el punk para “decir algunas cosas”. “Me empujan” es carta de presentación de Señorita Novio y “un manifiesto” frente al contexto nacional y mundial, una canción que desde el nombre busca ya sacudir, mover. Eso quiere replicarlo el sábado, en el show que realizará en una Bicicletería “sin mesas”, todos parados moviéndose.

“La música te genera cosas físicas, te puede dormir, pero también puede ser una buena patadita en el pecho. La idea era sacudir un poco”, dice de la canción y del cambio sonoro. Y, también de la propuesta en vivo, todo alineado porque “siento que hace falta un poco más de cuerpo. Recién estamos saliendo de la pandemia, y empezando a darnos cuenta de que no estábamos poniendo tanto el cuerpo, encontrándonos, poner el cuerpo en las marchas, que no nos pensábamos más allá de uno. Poner el cuerpo es ir a un recital y sentir que el otro empuja, sentir el cuerpo del otro y que no te moleste”.

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