Cartas de lectores I: la verdadera vocación

Cartas de lectores I: la verdadera vocación

19 Diciembre 2024

Y finalmente llegamos a diciembre, mes de definiciones, de jóvenes que elegirán su carrera al salir del secundario. Mes de dudas e incertidumbre. A propósito: fue el décimo de 11 hermanos, Ernesto Roque, y había nacido en un pueblito del noroeste bonaerense llamado Rojas. Habiendo terminado en la u de La Plata su doctorado en Ciencias Físicas en 1937 fue becado y recomendado por el Dr. Houssay (Premio Nobel) para hacer trabajos de investigación sobre las radiaciones en el Laboratorio Curie en París. De la mano de Irene Jolliot Curie (también Premio Nobel) fueron años de pura ciencia, pero allí mismo descubrió que en el fondo de su corazón su verdadera vocación no era la física, y sí la literatura: se llamaba Ernesto Roque Sabato. De físico, así como así, paso a ser escritor y literato, disciplinas aparentemente distantes y disimiles. Pero en las letras Sabato encontró su verdadera vocación y su lugar en esta vida. Dejó el laboratorio Curie, “una de las más altas metas que podía alcanzar un físico” y guiado por su orientación literaria tomo la decisión de dejar el camino de la investigación científica que había iniciado tan exitosamente. Decía él: “a comienzos de la década del 40 decidí abandonar la ciencia para siempre” (se sinceraba Sabato en su libro autobiográfico “Antes del Fin”). “Con durísimas críticas de los científicos. Houssay me retiró el saludo. El Dr. Gaviola llegó a decirme: Sabato abandona la ciencia por el ‘charlatanismo’ y el Dr. Guido Beck me dijo que perdía con mi decisión a un físico muy capaz en quien habían cifrado muchas esperanzas”. Pero Ernesto Sabato, convencido de su decisión, llego a lo largo de su vida a ser un gran escritor, una de las mayores plumas de nuestro país. Escribió obras como “El Túnel”, “Sobre Héroes y Tumbas”, “El Escritor y sus Fantasmas” y otros tantos. Conocida fue su militancia política juvenil y su giro ideológico. Presidió la Conadep y la redacción del libro “Nunca Más”. Jorge Luis Borges, en cambio, fue un gran escritor desde la cuna y con vocación definida desde siempre. Sabato y Borges se conocieron. Fueron contemporáneos, pero mantenían una distante relación por diferencias políticas. Un día, en el verano del 75, dialogaron superando la grieta de esa época y fue una gran noticia en todo el país. Finalmente, para los jóvenes (y valga el ejemplo de Ernesto Sabato con el que uno aprende que nunca es tarde para volver a empezar) diremos que: si con la orientación vocacional que es un proceso de aprendizaje de autoconocimiento e identificación sobre nuestros objetivos de vida y a los 18 años no supimos elegir la carrera o el trabajo y tomamos un camino equivocado pensemos y reflexionemos que al igual que Sabato estamos siempre a tiempo para cambiar y sea la edad que sea.

Juan L. Marcotullio                          

marcotulliojuan@gmail.com

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