Se había formado en 1986, producto de un desprendimiento de un borde continental de la Antártida. Se había sumergido en aguas heladas y allí había quedado “anclado”, al amparo de las temperaturas bajo cero. Pero las corrientes de agua más cálida terminaron por horadar ese ligamento submarino y liberarlo de su prisión, para que comience ahora marcha que tiene en vilo al mundo científico. Se trata del iceberg A23a, el más grande del mundo, que pesa 1 billón de toneladas, tiene el tamaño de veinte veces la Ciudad de Buenos Aires y avanza hacia el Atlántico Sur, con destino e impacto inciertos.
La noticia del gigantesco iceberg a la deriva copó ayer los portales internacionales de noticias y provocó decenas de especulaciones. Desde la comunidad científica internacional salieron a decir que no hay ninguna certeza aún de qué puede pasar una vez que la mole de hielo se acerque a las costas argentinas.
“Estamos interesados en ver si tomará la misma ruta que otros grandes icebergs que se han desprendido de la Antártida. Y lo que es más importante, qué impacto tendrá esto en el ecosistema local”, apuntó Andrew Meijer, experto del British Antartic Survey (BAS), que confirmó a través de imágenes satelitales tanto el desprendimiento como el desplazamiento del A23a.
Ni bien se viralizaron las imágenes del iceberg, comenzaron a circular versiones informales que hipotetizaban desastres climáticos, como una elevación repentina del nivel del mar y consecuentes inundaciones en zonas costeras. Pero las voces autorizadas salieron al cruce con celeridad. En general, la mayoría coincidió con BAS en que lo más probable es que el recorrido sea hacía aguas cálidas, donde la isla helada se rompería y luego se derretiría.
De todos modos, por ahora los científicos evalúan el rumbo del iceberg (con vigilancia desde el continente helado a través de barcos, aviones y satélites) para saber si quedará en la zona o seguirá avanzando hacia el norte. Uno de los “destinos” más cercanos son las islas Georgias del Sur. Pero la marea y sus corrientes también lo puede llevar a atravesar la corriente circumpolar y entonces sufrirá grandes cambios al llegar a aguas con mayor temperatura.
Lo cierto es que, más allá de los estudios en tiempo real para seguir el iceberg, en las redes sociales ya se le dio un tono de alerta y algunos hasta citan la película “El día después de mañana”.