La reconocida ensayista y escritora Beatriz Sarlo, una de las intelectuales más destacadas de la cultura argentina, falleció hoy a los 82 años tras complicaciones derivadas de un accidente cerebrovascular (ACV). Estaba internada en el Sanatorio Otamendi desde hacía tres semanas.
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La reconocida ensayista y escritora Beatriz Sarlo, una de las intelectuales más destacadas de la cultura argentina, falleció hoy a los 82 años tras complicaciones derivadas de un accidente cerebrovascular (ACV). Estaba internada en el Sanatorio Otamendi desde hacía tres semanas.
Figura central en el análisis cultural y literario del país, Sarlo deja un legado inigualable a través de una vasta obra que exploró las tensiones entre modernidad y tradición, así como las particularidades de la cultura argentina en el contexto global.
Una vida dedicada al pensamiento
Nacida el 29 de marzo de 1942 en Buenos Aires, Sarlo estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde se graduó a los 26 años. Su carrera estuvo marcada por la rigurosidad académica y el compromiso intelectual.
En 1978, durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983), fue cofundadora de Punto de Vista, una revista que se convirtió en referencia obligada de la resistencia intelectual de la época. Este espacio, años más tarde, se consolidó como un foro de debate clave para la cultura argentina.
Entre sus obras más emblemáticas se encuentran Una modernidad periférica (1988), Escenas de la vida posmoderna (1994) –su primer gran éxito editorial– y La pasión y la excepción (2003). Su capacidad para combinar el análisis literario, político y cultural posicionó sus ensayos como textos fundamentales para comprender la sociedad argentina contemporánea.
Reconocimientos y legado
Beatriz Sarlo fue distinguida con premios de prestigio a lo largo de su carrera, entre ellos el Premio Konex de Platino, el Premio Pluma de Honor de la Academia Nacional de Periodismo de la Argentina y el Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña, otorgado por la República Dominicana en 2015.
En marzo del año pasado, Sarlo había sufrido la pérdida de su pareja, el cineasta Rafael Filippelli, con quien compartió décadas de vida y proyectos intelectuales.
En una de sus últimas entrevistas con el diario La Nación, Sarlo reveló que trabajaba en un libro de memorias, un proyecto que lamentablemente no pudo concluir. Su mirada crítica y su voz, siempre aguda y provocativa, permanecerán vigentes a través de sus ensayos, que seguirán siendo fuente de consulta y reflexión.
Una pérdida irreparable
Con la partida de Beatriz Sarlo, Argentina pierde no solo a una de sus intelectuales más importantes, sino también a una referente ineludible del pensamiento contemporáneo. Sus ideas, plasmadas en papel y en debates públicos, seguirán desafiando y enriqueciendo a generaciones futuras.
Su legado trasciende las páginas de sus libros y se inscribe en la historia cultural del país. Como ella misma escribió alguna vez, “la cultura es el lugar donde la historia encuentra su más profunda reflexión”. Beatriz Sarlo, sin duda, fue una protagonista de esa historia.
