Todos los años, Marcos Peralta peregrina para pedir trabajo y salud para toda su familia. Pero, esta vez, también pidió para que haya menos violencia y más seguridad en todo el país, pensando en sus 4 hijos. Como él, fueron varios los fieles que le hicieron el mismo pedido a María. Fue ayer durante la tradicional procesión a la madrugada que se hace para honrar a la Virgen en su día, y en la que participaron unas 3.000 personas.

‘Nosotras pertenecemos a otra época donde había menos violencia y menos delincuencia. Por esto hemos venido a pedirle a la Virgen que proteja a mis nietos y a todos los niños que están por llegar a este mundo’, dijo Mónica Riveros que como todos los años participa de la procesión del 8 de diciembre junto a su hermana Fabiana.

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Amistad y fe. Desde hace muchos años Raquel Godoy, Mirta Heredia y Mónica Salinas participan juntas de la procesión de la madrugada. Son vecinas, amigas y devotas de la Virgen María.

Lo mismo dijo Luis Sarmiento quien agregó que la gente ‘vive con miedo’ y encerrada. ‘Da miedo salir a la calle porque no sólo te roban, sino que te matan por un par de zapatillas. Por eso esta ve le pedí a la Virgen que nos proteja de la violencia y de la inseguridad’, dijo este vecino de Rivadavia.

Un par de minutos antes de la 5 de la madruga hizo su aparición la imagen de la Virgen ante una multitud de fieles que celebró su llegada agitando pañuelos y banderas, y con un aplauso que retumbó en las calles de la ciudad.

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Fe vallista. Flavia Miranda y su hija Liz, llegaron desde Valle Fértil para caminar junto a María como lo hacen desde hace años. Peregrinaron para pedir por salud, seguridad, trabajo y paz social.

Familias completas, grupos de amigos y hasta personas solas participaron de la procesión que, en esta ocasión, fue un poco más lenta. Es que los peregrinos pararon en diferentes punto del trayecto hasta el Santuario de la Inmaculada Concepción para rezarle un Padre Nuestro y un Ave María a la Virgen. Y en estos momentos fue donde los fieles también hicieron su pedido. ‘Madre, protégenos de toda maldad’, dijo Teresa Escudero, mientras estiraba su mano intentando tocar la imagen.

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Lesionado. José Marinero participó de la procesión a pesar de tener lesionado el tendón de aquiles. Fue junto a sus dos hijos para pedirle a María salud y seguridad para toda su familia.

A medida que avanzó la procesión fue creciendo la multitud. Es que se fueron incorporando los peregrinos que esperaban en las veredas a lo largo del recorrido. Fue así que, llegando al Santuario, la procesión ocupaba unas 4 cuadras en toda su amplitud.

Tras la llegada de los caminantes a destino, se celebró la primera de las 5 misas del día. La última se realizó luego de la segunda procesión en honor a la Virgen María que se realizó a las 19, pero por las inmediaciones del Santuario.

Una angelita. Ana Reinoso tiene 2 años y participó en la procesión junto a su mamá y vestida de Ángel como lo hace desde que nació para encomendarse a la Virgen y pedir su bendición.