Una mujer regresó a casa después de trabajar y descubrió que un inesperado visitante había entrado a su hogar y estaba en su habitación. Era un koala. El animal había ingresado por la puerta para mascotas y estaba revisando los cajones de la mesa de luz.
El episodio ocurrió en Australia y se viralizó después de que la propia protagonista compartiera el video en sus redes sociales. Fran Dias Rufino escuchó que Brunno, su marido, exclamó sorprendido que había un koala en la habitación, pero ella creyó que se trataba de una broma: “No lo creí, fui a ver y quedé estupefacta”, recordó.
Leé también: El restaurante de un exatleta olímpico ofrece estofado de oso pardo en su menú y provocó un escándalo
Su primera reacción fue comenzar a gritar desesperadamente, “pensé: ‘Dios mío, hay un koala en la habitación’, y mi marido me decía: ‘señora, ¿qué está haciendo? ¿Por qué está gritando?’”, contó en una entrevista al medio australiano ABC Radio Adelaide.
Fran dijo que se asustó cuando lo vio, pero su principal preocupación fue que no se pelee con su perro: “Teníamos miedo de que se pelearan, así que guardamos a mi perro y le pedí a Brunno que me ayudara”.
En el video, se ve al koala tranquilo en el suelo de la habitación antes de treparse arriba de la mesa de luz. Luego intentó meterse en los cajones y también se subió a la cama. Fran, brasileña, estaba tan nerviosa que olvidó su inglés y comenzó a hablar en su lengua natal.
Leé también: Encontraron en el sótano el primer cómic de Superman y descubrieron que valía una fortuna
“Brunno intentó sujetarlo con algo de ropa y él agarró la ropa y llamé al rescate de koalas”, relató sobre el momento de máxima tensión. “Yo estaba como, ‘Por favor ayúdenme porque no tengo idea de qué hacer, ayuda, ayuda’”, recordó.
Mientras esperaban que llegara la ayuda, intentaron sacarlo con una manta: “Cerré todas las puertas y dejé la puerta principal abierta, pero él no quería salir de la casa y entonces tuve que asustarlo un poco y estaba corriendo de un lado a otro de la casa”, relató, hasta que, finalmente, lo lograron: “simplemente lo seguí empujando con la manta” hasta que salió y se trepó a un árbol, concluyó Fran.