Argentina fue el único país de las Naciones Unidas en votar en contra de una resolución que reafirma el compromiso internacional con los derechos de los pueblos indígenas. La votación, que tuvo lugar esta mañana en Nueva York, fue la primera desde que Gerardo Werthein asumió como ministro de Relaciones Exteriores. La resolución fue impulsada por varios países, incluidos Bolivia, México, Ecuador y Venezuela, y aborda temas clave como el acceso a la justicia, la protección del medio ambiente y la preservación de las lenguas y culturas de las comunidades originarias.
El documento también destaca la importancia del consentimiento libre, previo e informado para los pueblos indígenas respecto a las decisiones que afecten sus territorios y recursos naturales.
Argentina cada vez más lejos de la agenda mundial
El rechazo de Argentina a la resolución refleja la postura del presidente Javier Milei sobre la política exterior, que se distancia de la Agenda 2030 y algunas cuestiones de derechos colectivos, como los derechos de los pueblos indígenas.
Esta posición difiere notablemente de la administración anterior. En un contexto de tensiones internas, la votación también marca una continuidad en la línea diplomática que Milei ha trazado desde su llegada al poder, alineando la política exterior argentina más estrechamente con Estados Unidos e Israel, especialmente en temas estratégicos y geopolíticos. En cuanto a la resolución sobre los derechos de los pueblos indígenas, Estados Unidos votó a favor, mientras que Israel se abstuvo y seis países más, entre ellos Francia y Rumania, se abstuvieron de manera general.
El contenido de la resolución de la ONU aborda no solo la protección de los derechos de los pueblos indígenas, sino también la urgencia de enfrentar los efectos del cambio climático sobre sus comunidades, remarcando que este fenómeno representa una amenaza para su supervivencia y bienestar. En este contexto, el documento insta a los gobiernos a incluir a las comunidades indígenas en la formulación de políticas ambientales y a fortalecer sus lenguas y tradiciones, esenciales para preservar su identidad cultural. La resolución fue apoyada por países como Bolivia y México, pero fue rechazada por Argentina, lo que subraya la creciente brecha en las políticas exteriores de diferentes naciones en relación con los derechos indígenas y el multilateralismo.