En la madrugada de ayer, dos suboficiales de la división Bicipolicías detuvieron en el microcentro salteño a un conocido ladrón, punguista y arrebatador, habitual de las calles, bares y confiterías de la zona, donde solía aprovechar un descuido para sustraer pertenencias y retirarse rápidamente del lugar.
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En la madrugada de ayer, dos suboficiales de la división Bicipolicías detuvieron en el microcentro salteño a un conocido ladrón, punguista y arrebatador, habitual de las calles, bares y confiterías de la zona, donde solía aprovechar un descuido para sustraer pertenencias y retirarse rápidamente del lugar.
En esta ocasión, su víctima fue un periodista de nuestro medio. El delincuente se acercó solicitando ayuda, argumentando que tenía un familiar en una situación de emergencia. Mientras el periodista intentaba colaborar, el hábil punguista le sustrajo el celular del bolsillo de su camisa y se alejó rápidamente del lugar.
Con el móvil en su poder, el ladrón se dirigió hacia un bar en la avenida San Martín, sin saber que dos bicipolicías, los suboficiales Juan Ríos y Daniel Cayo de la Comisaría Segunda, vigilaban sus movimientos de manera discreta.
Cuando sacó el celular para mostrárselo a un supuesto comprador, fue abordado por los dos oficiales. Para su desgracia, el celular comenzó a sonar y, al no querer responder, reconoció espontáneamente que no era de su propiedad. En un intento por justificar la posesión, afirmó que lo había encontrado; sin embargo, su larga trayectoria delictiva lo delató.
Pocos minutos después, un móvil del 911 lo trasladó detenido. Ya en la sede policial, el propietario fue notificado de la recuperación de su pertenencia.
Horas más tarde, la fiscal de turno ordenó la restitución del aparato.
Es importante reconocer el profesionalismo y la eficacia de estos servidores públicos, guardianes de la seguridad, que patrullan el microcentro salteño y los paseos públicos durante toda la madrugada.