El secretario de Culto del Gobierno, Nahuel Sotelo, fue recibido por el papa Francisco en el Vaticano. Tras el encuentro, le apuntó a “ciertos sectores que partidizan la figura” del pontífice.
“El día de hoy me reuní con el papa Francisco. Es bueno saber que la Iglesia siempre tiene las puertas abiertas a todos y que muchas veces se fogonean conflictos o interpretaciones contrarias a la verdad”, destacó el funcionario del área dependiente de la Cancillería.
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Sotelo, designado por Javier Milei tras la salida de Francisco Sánchez (formuló duras declaraciones contra el Papa), profundizó en su cuenta de X: “Le hace muy mal al país cuando ciertos sectores partidizan su figura y no disfrutan de un Papa argentino”.
La visita del secretario de Culto al Vaticano significó un nuevo acercamiento del Gobierno a Francisco tras las duras críticas del Papa contra el protocolo antipiquetes del Ministerio de Seguridad a cargo de Patricia Bullrich.
Hace menos de un mes, el Papa recibió a dirigentes de movimientos sociales -entre ellos, Juan Grabois- y cuestionó el accionar de la Policía Federal en la manifestación contra el veto a la reforma jubilatoria.
“El Gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta, le convenía”, criticó Francisco. En aquel encuentro también aseguró que “el silencio de la indiferencia habilita el rugido del odio”.
Y fue más allá: habló sobre la corrupción en la Argentina y, sin dar nombres, citó el caso de un ministro que le pidió una coima a un inversor extranjero.
“Me contaba un emprendedor internacional que estaba haciendo en la Argentina unas inversiones de extensión de eso que ellos estaban llevando adelante, y fue a presentar al ministro un nuevo plan de nuevas extensiones. El ministro lo atendió muy bien y dijo ‘dejemeló, ya lo van a llamar...’”, comenzó Francisco aquel relato.
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Sin especificar si el hecho aludido ocurrió durante la gestión actual o una previa, profundizó: “Al día siguiente, el secretario del ministro lo llamó, le dijo si podría pasar ‘en dos días, así le entregamos el permiso’. Pasó, le entregó los papeles y la firma y cuando él (el emprendedor) se estaba por levantar, le dijo: ‘¿Y para nosotros, cuánto hay?’. La coima... El diablo entra por el bolsillo, no se olviden”.
