La postulación de Cristina Kirchner a la presidencia del Partido Justicialista entusiasma al gobierno de Javier Milei, que ve en el regreso de la expresidenta a los primeros planos la posibilidad de reeditar la polarización con el kirchnerismo de cara a las próximas elecciones.
Desde el comienzo de la campaña electoral, pero también durante el transcurso de la actual gestión, la administración libertaria direccionó sus principales críticas al modelo kirchnerista. En la Casa Rosada consideran que este reposicionamiento de la exmandataria les aportará una ventaja en términos electorales.
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El gobierno buscará así una confrontación directa con Cristina Kirchner, convencido de que en esa suma y resta saldrán victoriosos.
En este esuqema, las diferencias entre las distintas líneas internas del PJ son seguidas con atención por el Gobierno. Es que la división del peronismo también ayuda al oficialismo a correr el foco de sus propias diferencias.

Pero además, una oposición dividida es un adversario más débil en términos electorales, pero también legislativos. De hecho, Milei -y sus ministros abocados al diálogo- ha sacado provecho de los cortocircuitos de sus rivales. Y si no los capitalizó más fue por sus propias desavenencias, que derivaron en salidas de su propio bloque en el Congreso.
En esa estrategia de dividir a la oposición, el peronismo es el blanco fácil porque arrastra disputas sin saldar desde la dura derrota en las elecciones presidenciales del 2023. Ya había diferencias profundas en el gobierno de Alberto Fernández y la pérdida del poder aceleró ese proceso. Ahora, el Gobierno busca hacer mella en esas rispideces.
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A su vez, en la Casa Rosada son conscientes de que si bien CFK es la dirigente que más mide en el peronismo, también es la que más divide aguas entre los propios.
Por eso, van a promover cualquier instancia que implique subirla a una contienda electoral. Por ella, pero también porque eso complica las aspiraciones de los caciques provinciales, que no son pocos.
El eje Cristina Kirchner VS gobernadores
Sin ir más lejos, este jueves Cristina Kirchner apuntó con dureza contra un grupo de mandatarios provinciales justicialistas. Aunque sin nombrarlos, cuestionó a los gobernadores peronistas Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Hugo Passalacqua (Misiones), al acusarlos de “transfuguismo político” por respaldar en el Congreso el veto de Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario.
Y envió un mensaje a la interna: “Esta realidad que ya es inocultable, nos obliga hoy, más que nunca, a enderezar lo que se torció y ordenar lo que se desordenó para construir el mejor peronismo posible en una Argentina que se ha vuelto imposible para la mayoría de nuestros habitantes y para que nadie más en nombre del peronismo termine utilizando una banca en contra del Pueblo y la Nación”.

Rápido de reflejos, el diputado nacional misionero Alberto Arrúa retrucó: “Quizás lo torcido tiene muchas causas, entre ellas la forma de construir política de un espacio de dirigentes que hoy la rodean creyendo que se pueden arrogar la capacidad de ‘enderezar’ lo que ellos torcieron. Mejor, hagámonos cargo, de que si hay algo torcido, todos tenemos algo que ver. Porque creer que se puede ‘debatir en unidad’ con el dedo acusador y una regla en la mano es inviable”.
En esa línea, cuestionó: “¿Y si transparentamos? ¿Le interesa enderezar lo torcido o podar al peronismo de las ramas que le molestan y quedarse con un arbolito a la medida de La Cámpora? Lo digo habiendo sido parte fundacional de la orga en Misiones”.

También hay diferencias con el riojano Ricardo Quintela, incluso el mandatario está lanzado como candidato a presidente del PJ y hoy competiría contra la expresidenta en las internas. Parece un escenario improbable, porque además CFK pidió “debatir en unidad”, pero por el momento hay competencia.
Sucede que Quintela es uno de los más opositores a Milei, por lo que el Gobierno no puede acercarse a él. Un caso similar es el del bonaerense Axel Kicillof, que también tiene una interna con La Cámpora, pero es un acérrimo opositor al Presidente.
En este sentido, en la Casa Rosada buscan profundizar la interna con los gobernadores. Ya hubo una ruptura del bloque de Unión por la Patria con los diputados de Jaldo. Y este jueves hubo una reunión del gobernador tucumano con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. También buscaron que Jalil rompa la bancada.