Marcela Llanos, de 51 años, denunció públicamente que desde hace días tanto ella como sus dos hijas casi no pueden salir de su domicilio de villa Rebeca por temor a encontrarse con su expareja, Julio Aspera, de quien se encuentra separada hace tiempo tras haberlo denunciado por una supuesta violenta agresión física. Aseguró que le ocasionó además de lesiones en su rostro, heridas psicológicas que no puede superar.
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Marcela Llanos, de 51 años, denunció públicamente que desde hace días tanto ella como sus dos hijas casi no pueden salir de su domicilio de villa Rebeca por temor a encontrarse con su expareja, Julio Aspera, de quien se encuentra separada hace tiempo tras haberlo denunciado por una supuesta violenta agresión física. Aseguró que le ocasionó además de lesiones en su rostro, heridas psicológicas que no puede superar.
En diálogo con El Tribuno, Llanos relató angustiada que tras haber denunciado en la justicia a su expareja por una violenta agresión física ocurrida el 23 de junio pasado, su vida se tornó casi imposible de llevar adelante en forma normal, ya que a solo sesenta metros de su domicilio habita su expareja, exfuncionario comunal, de quien sospecha la "vigila noche" y día, al igual que a sus dos hijas mujeres.
La mujer indicó que "tras mi denuncia penal, al acusado le pusieron una consigna policial las 24 horas". "Para que los vecinos no vean que está consignado por la justicia, él hace pasar al interior de la vivienda al policía que lo custodia, pero cuando sale (una vez) pasa enfrente de mi domicilio. La otra vez se encontró en un negocio con mis dos hijas. Estos hechos me pusieron al borde de una crisis nerviosa y tuve que denunciar que mi expareja tenía en su poder armas de fuego, al menos dos".
La mujer contó que tras la denuncia hubo un allanamiento que desembocó en el secuestro de esas armas de fuego. "Me atormentaban saber que estaban en su poder", dijo.
"Estamos (por las hijas) viviendo angustiadas las 24 horas del día. Vivimos casi encerradas por temor a encontrarnos y que pase algo que obviamente queremos evitar", agregó.
La mujer aseguró que el día que terminaron supuestamente fue salvajemente golpeada. Dijo que la retuvo y recién a la madrugada pudo regresar a su domicilio particular.
"Me desmayó de un golpe, luego me roció con alcohol y allí me desperté. No me dejaba salir de su domicilio y sufrí entonces todo tipo de amenazas, recordó con dolor Marcela Llanos.
Luego relató que finalmente hizo la denuncia pertinente en la fiscalía de Violencia de Género y desde entonces comenzó su calvario de cohabitar tan cerca de su agresor.
"Mi temor es que en la audiencia que se fijó para estos días le levanten la consigna policial que hoy lo custodia y nosotras quedemos a merced de un hombre violento, porque esa es la verdad actual", dijo con mucha preocupación.
Al describir las agresiones, recordó:"Todo comenzó cuando encontré en su celular fotos de mujeres. Y cuando le pedí explicaciones me contestó con insultos, golpe de puño y amenazas. (SIC) Es por eso que tememos quedar sin protección, y pedimos que no le levanten la consigna", enfatizó la mujer.