Las estrellas del humor se volvieron a unir para hacer reír a la gente con una nueva propuesta. Miguel del Cel y el Chino Volpato llegan a Salta con "Miguel y Chino en Banda", un show humorístico musical junto a un gran elenco de artistas con el sello histórico qué los caracteriza desde hace más de 40 años. Un espectáculo en donde no faltarán los grandes personajes como "La Tota", la imitación de Mercedes Sosa y donde los humoristas averiguarán junto con el público si el humor cambió o si es el mismo de siempre.
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Las estrellas del humor se volvieron a unir para hacer reír a la gente con una nueva propuesta. Miguel del Cel y el Chino Volpato llegan a Salta con "Miguel y Chino en Banda", un show humorístico musical junto a un gran elenco de artistas con el sello histórico qué los caracteriza desde hace más de 40 años. Un espectáculo en donde no faltarán los grandes personajes como "La Tota", la imitación de Mercedes Sosa y donde los humoristas averiguarán junto con el público si el humor cambió o si es el mismo de siempre.
Anticipando lo que será la fecha en la provincia, que será el 3 de agosto a las 21 horas en el Teatro Provincial Juan Carlos Saravia, El Tribuno dialogó en exclusiva con Darío, el "Chino" Volpato, quien dio más detalles sobre este nuevo show, su rol en el escenario, la relación actual con los ex MIDACHI y cómo analiza las nuevas formas de hacer humor.
Vuelven a Salta y con una nueva apuesta...
Estamos recorriendo el país con Miguel y Chino en Banda, un espectáculo que nació este verano en Carlos Paz y fuimos premiados como el mejor espectáculo humorístico musical. Somos seis músicos en vivo, pantalla LED, la cantante panameña Idania Dowman; Zaul Showman, que es un gran humorista así como también Mauricio Jortack, uno de los grandes imitadores. Este show tiene un contenido específicamente de humor pero también musical y en una época complicada como la que se vive, nosotros estamos apostando a un show grande y amplio.
¿Cuánta gente conforma el equipo de este show?
Somos 24 personas que estamos en gira, para el armado incluimos muchos proveedores y eso tiene que ver con el crecimiento de una empresa, el tomar riesgos, hay que unirse con aquellos que saben un poquito de cada área, y si el talento está en los artistas o el contenido es bueno hay que pelearla. No digo que siempre el resultado es positivo, porque hubo y habrá contenidos que son maravillosos. Desde nuestra experiencia digo que si se puede, que el camino está para hacerse si tenés ganas de lucharla y de dar a lo mejor.
¿Cuáles son los desafíos o las expectativas que tienen antes de salir al escenario, a comparación de lo que era su proyecto anterior con MIDACHI?
La gente que va, que gracias a Dios es mucha, va a vernos a nosotros un poco por historia, porque hay empatía con el humor que siempre hicimos y seguimos haciendo, y nuestro desafío era ver de qué manera construíamos algo que no tenga el ida y vuelta que tenía con MIDACHI, que llegaba un momento que la gente ya sabía qué es lo que iba a ocurrir, por supuesto intentábamos sorprenderlos siempre, pero en este caso, la incorporación de estos artistas, tiene una envergadura muy importante. Con Miguel sentimos que también es momento de dejarle espacio a gente que tiene un potencial real, pero lo que le faltaba era público, entonces nosotros podemos generarle esas condiciones con un público masivo. Uno debe dejar lugar a otras personas, utilizando sanamente lo que vos sos o fuiste, para vincular a muchísima gente.
¿Fue difícil el camino de posicionar esta nueva propuesta para el público?
No es fácil en el contexto que vivimos, creo que la gente que le gusta ir al teatro hay veces que no conoce el contenido. El contenido siempre es una expectativa que se genera la gente, pero nosotros entendemos con Miguel que somos un poco la llave para que el público vaya a ver este espectáculo. Depende muchas veces de las posibilidades que la gente tenga para comprar una entrada y nosotros somos los encargados de motivarlos, de decirles que van a pasar dos horas irrepetibles y que realmente el humor está garantizado.
¿Cuál sentís que es tu rol en el escenario?
Desde el comienzo de MIDACHI, un grupo que nace sin ningún objetivo mayor más que divertirse los fines de semana, yo era el músico. La gente sabe perfectamente cuáles son mis cualidades arriba del escenario. Yo entiendo que cuando conformás un grupo cada uno va buscando un espacio que construya, no para competir. Yo me dedico a armar desde cero los guiones, la estructura técnica, audiovisual, la estética, la dirección total de la puesta en escena de un espectáculo que es el que van a ver ahora en Miguel y Chino en Banda.
¿Cómo sentiste el cambio o la evolución del humor en estos años?
El humor en los últimos tiempos se ha cancelado en algunas actividades, nosotros no entendemos mucho por qué ha ocurrido eso. Hay palabras que pueden molestar y que uno lo dice y le molestan a todos, en ese aspecto nadie es hipócrita, pero sí hay cierta hipocresía cuando evaluás toda la línea del humor que existe en las radios, en la televisión o inclusive en los teatros o en los festivales. Hay gente que maneja un humor intelectual, hay gente que maneja un humor más rústico, más popular. En el caso de Miguel y Chino en Banda, somos los primeros en tratar de no ser agresivos, de que lo que estamos brindando en su gran mayoría el público se sienta identificado, no se sienta agredido y que no pase ninguna vergüenza específica.
¿Hablan con Dady Brieva? ¿Qué dice él de este proyecto que llevan a cabo con Miguel?
Él respeta cada acción que hacemos. Nuestra idea hace un año y medio atrás, era festejar los 40 años de MIDACHI y no pudimos por falta de tiempo. Él siguió haciendo sus actividades y cada vez le sumaban más tiempo, entonces preferimos evitar porque no era cuestión de ir al Luna Park y hacer un festejo de un día, un espectáculo es como construir una empresa.
¿Qué opinión tenés del desfinanciamiento de la cultura que está aplicando el nuevo gobierno?
Nos pongo de ejemplo: nosotros nacimos como cooperativa, pusimos nuestra pequeña platita al principio y nunca, en todo el transcurso de nuestra línea de tiempo, hubo algún apoyo cultural hacia nosotros. Lo que pasó con el financiamiento de muchísimos objetivos culturales en diferentes áreas, es que muchas veces se han presentado simplemente proyectos en papel, se les ha dado plata y nunca se generó ningún proyecto, por lo tanto es complicado ser concreto y decidir qué está bien y qué está mal. Esa provisión de dinero que tienen los estados para volcar a la cultura, debería ser para la gente que emerge, que está tratando de emerger, y no para aquellos que somos profesionales. Se ha utilizado a esos organismos para seguir generando riqueza de manera particular o de empresas que no lo necesitaban, inclusive había artistas que tampoco lo necesitaban.