El mercado ganadero de la Sociedad Rural de Jesús María (SRJM), provincia de Córdoba, presenció un significativo aumento en el precio de la carne durante enero y el novillito lideró las subas, con un incremento del 21%. La categoría, clave para el consumo interno, alcanzó un máximo de $1700 el kilo vivo. Este aumento marca un crecimiento del 250% en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando su valor era de $485. El ternero también registró un alza del 11%, cerrando el mes a $2000 el kilo en pie.
En el primer mes del año, Jesús María fue testigo de un constante aumento en los precios de la hacienda. Las cifras revelan una tendencia alcista que despierta interrogantes sobre el impacto en el mercado y el bolsillo de los consumidores.
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En un análisis más amplio, la disparada de precios resulta aún más impactante al considerar el período de los últimos 12 meses. El novillito registró un crecimiento asombroso del 250%, partiendo de $485 por kilo vivo en enero de 2023.
Simultáneamente, el ternero experimentó un reajuste del 312%, demostrando la magnitud de la inflación en el sector ganadero. Estos aumentos, superiores al índice de precios al consumidor de 211.4% durante 2023, plantean un escenario desafiante para los consumidores argentinos.
En la góndola, la situación no es menos preocupante. Un relevamiento del Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) en diciembre reveló un aumento del 36,1% en el precio de la carne vacuna con respecto a noviembre.
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Además, el pollo fresco experimentó un crecimiento del 18,7% en el mismo periodo, con un aumento del 240% en 12 meses.
En este contexto, según datos recientes, el costo de la carne experimentó un aumento del 40,9% durante diciembre, acumula así un 307,3% de incremento en el último año y supera ampliamente la tasa de inflación general.
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Por último, el análisis de los cortes vacunos reveló que los asados, matambres y tapas de asado fueron los más afectados, mostrando alzas del 41,3%, 39,1% y 38,8%, respectivamente, con respecto a noviembre. Es una situación que sucede todos los años, por la mayor cantidad de asados en reuniones sociales ligadas a las despedidas y Fiestas de fin de año, pero esta vez fue potenciado por las reformas impulsadas con el cambio de Gobierno y la liberación de precios.
Así, estos aumentos, que recaen especialmente en cortes populares entre los consumidores, sumaron presión sobre los bolsillos de las familias argentinas en medio de un contexto general de recortes en los gastos por el salto inflacionario.
Mientras tanto, otros cortes como el roast beef, osobuco y falda, experimentaron subas más moderadas, aunque aún significativas, con aumentos del 27,9%, 28,5% y 30,5%, respectivamente.
