La literatura de autoayuda se organiza dentro de la categoría de circulación masiva y tiene diferentes etapas de desarrollo y significantes que se construyen en cada época. A priori podríamos decir que responde a los requerimientos de la existencia contemporánea y que ofrece soluciones a los problemas personales o de la vida cotidiana.
En la última Encuesta Nacional de Consumos Culturales que comprende hasta mayo de 2023 se detalla que en 2022 un 8% de la población argentina leyó este género.
En este artículo analizaremos el fenómeno de los longsellers: los libros que son un éxito en ventas a lo largo del tiempo; libros que traspasan décadas y diferentes momentos sociales, políticos, económicos, culturales, y siguen allí, firmes, dispuestos en las principales mesas de las librerías del país y encuentran sus audiencias lectoras sin importar qué esté pasando.
“Longsellers” de autoayuda
¿Qué se entiende por autoayuda? Vanina Papalini, doctora en Ciencias Sociales e investigadora en la comisión de sociología del Conicet, señala: “La idea clave de la autoayuda es que la solución a los problemas está en la subjetividad. A nivel personal, podemos encontrar la solución a nuestros problemas. Una de las claves que tenemos que entender, y por eso la relación con el individualismo, es que se presupone que podemos encontrar por nosotros mismos o nosotras mismas las soluciones a los problemas que nos aquejan y que tenemos esos resortes para resolverlos”. Y agrega que estos libros se caracterizan por proponer una serie de recetas o prescripciones que son las claves que necesitamos para encontrar estas soluciones.
Plantean, a su vez, una cierta tipificación a las problemáticas, profundiza Papalini, en relación con las problemáticas, los diagnósticos, las situaciones, que se van a ver estereotipadas necesariamente porque es la forma de clasificarlas, sistematizarlas y darles respuestas más o menos homogéneas para todo el mundo.
Para ver la diferencia, Papalini explica que si alguien tiene problemas subjetivos y hace terapia, el camino de resolución de ese problema lo va a encontrar en conjunto con el terapeuta a partir de una cantidad de situaciones que le son propias, es decir, que ese tipo de terapia tiene “esa medida”, se hace para esa persona, con esas características, con esas historias, con esa biografía.
“El libro de autoayuda, que es masivo, no tiene esa posibilidad ni remotamente, ni lo espera. Dice: hay una serie de problemas y estos problemas se pueden resolver de tal forma. Entonces, para identificar un libro de autoayuda, lo primero que tenemos que tener en cuenta es que este elemento de la receta, la prescripción, los pasos simples para resolver un problema, están allí presentes”, dice Papalini, pero no termina allí.
Explica que hay algunos libros que tienen unas aspiraciones más literarias que no tienen estas prescripciones, que intentan orientarnos a partir de analogías, relatos, testimonios, donde tenemos que encontrar por nosotros mismos o nosotras mismas la respuesta o la orientación que nos guíe en ese camino, por ejemplo, el caso de Paulo Coelho.
Profundiza: “A estos libros no los llamamos de autoayuda, sino que están en el espacio de la autoayuda, porque tienen una cierta orientación hacia la resolución de nuestros problemas que se considera que su solución reposa a nivel subjetivo pero lo hacen de otro modo y apuntan a un sentido de la existencia al que se dirigen en términos más espirituales”.
De la timidez a la precisión
El poeta cordobés Nitsuga hace casi 20 años que trabaja en librerías. Recuerda apenas entró el género a la Argentina: “Como un referente de acá en principio fue Jorge Bucay y a eso se le llamaba autoayuda, que eran libros con moralejas, historias con enseñanzas que se centraban en alguna emoción o sentimiento, como duelo o felicidad, etcétera, y lo empezaron a pedir directamente como autoayuda. Luego de eso hubo como una vergüenza para pedir libros con ese término, creo que por eso mismo se cambió después a superación personal o autosuperación”.

Cuenta que la gente, de un momento a otro, empezó a pedir los libros de este modo y ahí se agrandó el catálogo con otros escritores pero que trabajaban los mismos temas, como “depresión, motivación, seducción, duelos”, principalmente. Desde hace tres o cuatro años, explica que este género comenzó a abarcar las finanzas, el desarrollo personal –que, detalla, incluye motivación, manejo de grupos– y de este modo “se agrandó el globo de la autoayuda”, y ahora le van a pedir directamente autoayuda financiera.
“En la mesa de autoayuda ves libros de finanzas personales, cómo superar un duelo, cómo estar activo todo el día. La mayoría de los libros que se ponen de moda o se convierten en bestsellers lo que tienen en común es una promesa de acuerdo a la realidad en que se estén leyendo. Luego hay libros como Padre Rico Padre Pobre (de Robert Kiyosaki y Sharon Lechter), que salió un poco después de la crisis del 30′ (en Estados Unidos), sobre manejos personales del dinero, y todavía lo sigue buscando la gente y es totalmente atemporal, porque ni siquiera se aggiornó a la actualidad pero lo siguen buscando por recomendación”, dice Nitsuga.
En el momento de pedir un libro de autoayuda en la librería, dice Nitsuga que “hay timidez, vergüenza. A veces la gente te cuenta algo que le sucede o que no puede resolver y te pide un libro directamente sobre ansiedades, fobias, miedos. A veces se da un intercambio muy personal en un lugar tan público y se tocan temas importantes y fuertes para una persona y se da esa charla en 10 minutos y la gente se va con algo. Respecto a los libros financieros la gente va directamente a pedirlos, no te pide asesoramiento, creo que van recomendados ya”.
Ya sea de autoayuda financiera o emocional, Nitsuga percibe que las personas siempre buscan los libros de autoayuda de acuerdo a las necesidades del contexto.
Cómo se convierten en “longsellers”
Desde El Emporio Libros, Tamara Sternberg y Pablo Kaplun cuentan su perspectiva. Dice Kaplun: “Este tipo de género se vende más que nada cuando un autor hace conocer su primer libro. Es notorio que un autor saca un libro y se convierte en best seller y ese libro se convierte en long seller porque el autor sigue sacando libros a raíz del éxito del primero, entonces se potencia el libro que saca y los lectores vuelven sobre el primero o manifiestan su bienestar con el libro y lo recomiendan”.
Kaplun repasa casos icónicos de longsellers que se construyeron con esa dinámica: Muchas vidas, muchos maestros, el primer libro del médico y psiquiatra estadounidense Brian Weiss; El poder del ahora, el primer libro del escritor alemán Eckhart Tolle; Historias de diván, el primer libro del psicólogo y psicoanalista argentino Gabriel Rolón.
Sigue: Mujeres que corren con los lobos, de la doctora y analista estadounidense Clarissa Pinkola Estés; Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus, del autor estadounidense John Gray; Las mujeres que aman demasiado, de la terapeuta estadounidense especialista en adicciones Robin Norwood; ¡Viva la diferencia!, de la psicóloga chilena Pilar Sordo; Eso que quiero que me pase, de la autora cordobesa especialista en liderazgo e inteligencia emocional Cris Schwander. Hay algunas excepciones que fracasan, pero en general, dice Kaplun, si el primer libro se vende mucho, se potencian los que siguen y el primero se convierte en longseller.
Vanina Papanlini suma otros clásicos de autoayuda como Los siete hábitos de la gente altamente efectiva, de Stephen Covey, o El monje que vendió su Ferrari, de Robin Sharma, libros clásicos “que están orientados a pensar el tema de la relación con el estrés, con el dinero, con el éxito, con los hábitos que nos hacen más proactivos, más eficaces, más competitivos en el trabajo que se siguen vendiendo muchísimo y en este tiempo siguen funcionando muy bien de cara a que en este tiempo sigue importando la dimensión económica y del éxito de una manera especial “, explica Papalini.
Los significantes de la época y el sentido de nuestra existencia
Uno de los elementos claves, dice Papalini, que hace que la autoayuda sea un género que pueda trascender su coyuntura –como los longsellers que aquí analizamos– es que reciben diferentes claves de interpretación. “Al margen de eso, hay libros que sí necesitan una actualización, por ejemplo, el libro de Carnegie Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, que es uno de los primeros libros que podemos considerar de autoayuda como tal, es un libro de los años 30, en un contexto muy diferente. Ese libro original no es el libro que leemos hoy, que tuvo dos o tres actualizaciones”, dice Papalini. Cuenta que lo tomaron la esposa e hija y lo reescribieron, incluida la posición de género.
Papalini analiza el marco de transformaciones sociopolíticas y culturales donde encuentra un elemento común: “Estos libros están performados por la lógica económica del capitalismo y sus significaciones centrales, por ejemplo, la significación del éxito, que acompaña al capitalismo desde sus orígenes. Entonces, el grueso de los libros de autoayuda, no en su totalidad, hablan sobre cómo obtener el éxito, cómo dejar de ser pobre, cómo ser rico, significaciones consustanciales al capitalismo”.
Explica que en ese sentido, la propia forma que tiene el libro de centrar la clave de la solución de los problemas en el individuo es capitalista: del emprendedor, del selfmade man, de la persona que se hace a sí misma,y que por lo tanto resuelve los problemas por sí mismo, opacando, silenciado y a veces oscureciendo por completo, el peso que las condiciones en las que nos movemos como sujetos que nos preceden y no está a nuestro alcance modificarlas.
Concluye: “Si la autoayuda sigue teniendo una presencia tan fuerte también deberíamos interrogarnos cuáles son las otras agencias sociales que no están dando respuesta, que no contienen a los sujetos, que no orientan existencialmente a las acciones, o que nos ponen en una situación de incertidumbre o riesgo tan grande que necesitamos unos apoyos extras. Antes que interrogar al autor o lectora de autoayuda creo que deberíamos interrogar a las condiciones que nos tienen cada vez más asfixiados y que nos generan cada vez una situación de incertidumbre, ansiedad, inestabilidad”.