Cursos necesarios para achicar la brecha entre el secundario y la Universidad

La enorme brecha de conocimientos existente entre un secundario pobre en enseñanzas y las carreras universitarias ricas en exigencias se tradujo, desde hace años, en graves inconvenientes para los ingresantes en las distintas facultades. Es así como se registra una importante deserción porque los jóvenes no están preparados para las exigencias de los institutos superiores.

En ese sentido, la facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata dio a partir de ayer el puntapié inicial, con la apertura de los cursos destinados a que los ingresantes que iniciarán el ciclo lectivo 2024 comiencen a cursar Matemáticas para Ingeniería (Mate Pi), la primera materia de las trece carreras que se dictan en esa unidad académica.

Tal como se informó, durante la cursada intensiva de verano, que se extenderá hasta finales de febrero, los ingresantes repasarán y profundizarán contenidos de Matemática del secundario.

Además, se desarrollarán actividades que permitirán situar a los alumnos dentro del ámbito universitario.

Más allá de que la iniciativa universitaria resulte oportuna, lo que queda en claro es que la escuela secundaria en nuestro país debe recuperar los niveles de excelencia formativa que alguna vez tuvo y que, evidentemente, ha perdido.

Las clases para los ingresantes serán presenciales, de lunes a viernes, con cuatro horas de duración por día. Habrá 10 comisiones por la mañana y 5 por la tarde.

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En tanto, para los alumnos recursantes la cursada será con modalidad a distancia y evaluaciones presenciales.

Con posterioridad y hasta fines de febrero, tal como se detalló en el informe publicado en la víspera, se iniciarán los llamados cursos nivelatorios de verano para los estudiantes que aspiren a estudiar en las facultades de Arquitectura, Artes, Ciencias Agrarias y Forestales, Ciencias Astronómicas –Astronomía, Geofísica y Meteorología, Ciencias de la Atmósfera-, Ciencias Económicas, Ciencias Naturales, Medicina, Ciencias Exactas, Ciencias Jurídicas, Ciencias Naturales, Carreras Veterinarias, Humanidades, Informática, Periodismo, Psicología y Trabajo Social.

Se ha dicho ya que la situación, que también se traduce en la falta de orientación vocacional y que se ve seguida de un alto nivel deserciones tempranas de los estudios, debiera exigir una atención prioritaria en los máximos niveles educativos del país.

Mejorar la calidad de la enseñanza secundaria, garantizar una formación más sólida en los distintos niveles escolares debería ser, en efecto, un objetivo fundamental.

Si no se apunta a lograr una escuela secundaria de excelencia, cualquier política educativa estará fallando en su base misma. Para eso, los estándares de exigencia deben ser evidentemente revisados y, al mismo tiempo, se debe poner el acento en la capacitación docente. Cuanto menos, ha sido saludable que se admita la existencia y gravedad del problema.

Se ha llegado a una situación de la que no será fácil salir. El deterioro integral del sistema educativo reconoce variables tan diversas como complejas. Pero es necesario que, paso a paso, se inicie un proceso de recuperación con la premisa básica de alcanzar niveles aceptables de calidad.