Del colecho al descarte: el oscuro arreglo de Salazar y Redrado para traer a su hija al mundo

Luciana Salazar hablando mal de Martín Redrado capítulo enésimo y habrá más. Pero esta semana, hubo detalles reveladores sobre cómo fue el oscuro entramado con el que la inocente Matilda llegó al mundo. Secretos, mentiras, peleas, reclamos y dinero, mucho dinero, en danza.

Todo saltó cuando, en la tele, la periodista Estefi Berardi contó una tremenda versión sobre la que la protagonista de esta historia le dio la derecha. Según ella, “había un plan de familia entre Luciana y Redrado en el que él dijo ‘yo no estoy para ser papá biológico’... Muchas veces, (los hombres) prefieren que sea un proyecto de ellas y hacerse cargo económicamente y no biológicamente por un tema de herencia: es una forma de no sacarle nada a tus otros hijos”.

En ese marco, la panelista de “Poco Correctos” y “Mañanísima”, sumó: “Ellos dicen ‘Te acompaño en este plan desde lo económico y no biológicamente’. Entonces, Luciana (aceptó y) le hizo firmar todo antes y ahí se estableció que él se iba a hacer cargo de la nena hasta los 18 años. Eso está firmado ante escribano y, como después él decidió no hacerse más cargo de eso, Luciana lo lleva a la Justicia. Ya le embargaron cuentas a Redrado, viene avanzando la causa”.

Lo que parecía ser una versión más, en tanto Salazar siempre se encargó de sembrar el misterio, se transformó en una verdad casi completa, en tanto, la modelo, como nunca, le dio la derecha a Berardi.

“Caliente, caliente”, dijo, citando las declaraciones de la periodista, y continuó aportando más información: “sumándole varios condimentos más”.

Salazar contó cómo fue el proyecto de traer a Matilda al mundo, entre “impedimentos para tener hijos naturalmente por una de las partes por enfermedad previa, consultas a clínicas de fertilidad en Argentina y USA juntos, un entorno negado que presionaba para que no suceda a toda costa, mentiras, ocultamiento, subrogación”.

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Como si no hubiera dicho suficiente, sumó un guiño a Estefi: “Un proyecto y deseo viciado y manipulado por situaciones por demás injustas. Algunos ya van entendiendo”.

CÓMO VA LA CAUSA

Horas antes de esas declaraciones, Salazar había contado en qué etapa estaba la causa que inició contra Redrado por incumplir un acuerdo que está homologado por la Justicia. “Ya estamos en instancias finales, si Dios quiere, porque hay miles de recursos para alargar todo, como está haciendo él. Pero está todo muy claro: hay firmas, acuerdos, escribanos públicos, abogados, testigos. Es una cosa de no creer, pero es lo que me tocó y por lo que tengo que luchar, así que estoy esperando que ya sean los últimos momentos para terminar con esto de una vez por todas”.

“Muchas madres me escriben que están en la misma situación y también están agotadas. Me parece que la Justicia debería ser mucho más rápida con estos temas de familia, sobre todo con el tema de la cuota alimentaria”, sumó.

“Esperemos que todo se solucione rápido y Matilda pueda recuperar sus derechos”, agregó Luciana Salazar, contundente. El periodista entonces le consultó por su hija y cómo transita su día a día, en medio del escándalo. “¿Ella te dice algo?”, quisieron saber los panelistas.

“Imaginate que ella veía a una persona que la venía a ver a escondidas porque no quería que nadie se enterara porque había muchas mentiras. Siguen habiendo muchas mentiras que creo que las va a terminar esclareciendo ella el día de mañana, si es que quiere, cuando mamá le cuente un día la verdad, pero todavía es muy chiquita”, reveló Luli.

“Al principio preguntaba ‘¿por qué no lo veo más?’, y yo le decía ‘bueno, porque se portó mal’. Y ella me dice ‘¿por qué se portó mal?’, porque para un nene chiquito portarse mal o que alguien le haga daño es algo físico y no es ese el caso”, agregó.

“Ella no entiende y me dice ‘pero a mí no me hizo nada, a mí no me lastimó’. Así que yo le digo ‘mirá Matu, el día de mañana mamá te lo va a explicar y lo vas a entender’. Entonces ella ya sabe que no lo ve porque se portó mal, tanto con ella como con la mamá”, sostuvo.

DE HACER COLECHO, A NO VERLA

En diciembre pasado, Luli Salazar había contado cómo era la dinámica familiar cuando aún estaba en pareja con el economista y cómo dejó de tener contacto con la pequeña.

“Hace casi 3 años que no ve a Matilda. A veces recuerdo cómo era la vida cuando estábamos en pareja y, realmente, él era muy pegado a mi hija: nosotros hacíamos colecho con Matilda cuando ella era bebé pero creo que, para él, los niños son descartables”, disparó.

Asimismo, agregó: “No estuvo bien con Matilda y vulneró -y actualmente vulnera- sus derechos. Algo que me gustaría dejar claro es que Martín asumió compromisos y los firmó: no es que prometió pasarle una cuota de alimentos en una charla informal que tuvo conmigo una noche, mientras cenábamos. No fue así”.

“Él eligió firmar ante un escribano que se hacía responsable de ella y, no sólo eso, también dejamos un documento firmado en el que ambos expresamos cómo el otro se haría cargo de Matilda en el caso de que nos pase algo”, confesó Luciana.

Y remarcó: “¿Entendés el nivel de responsabilidad que asumió con mi hija? Dejó garantías de su patrimonio por escrito: es una locura que ahora niegue esa realidad que está documentada”.

HISTORIA DE UN AMOR

Luli y Redrado están separados desde junio de 2017: los rumores de su relación comenzaron en 2010, pero tras “blanquear” la relación a fin de año, ya en febrero de la temporada siguiente se distanciaron, debido a que Redrado no había cerrado aún su matrimonio con Ivana Pagés, madre de sus dos hijos.

Pero un año más tarde se reconciliaron. La pareja navegó varios escandalitos, pero siempre juntos, hasta que en 2015 se separaron en lo que parecía un final definitivo. Incluso, emergieron fotos de él apenas un mes más tarde, de vacaciones con Amalia Granata, archinémesis de Luli. El economista desmintió que hubiera sido su novia, pero el hecho de haberse relacionado con Granata parecía sellar el destino de su relación con Luli.

No fue así: quizás fueron los celos, quizás la química entre ambos, quizás el hecho de que a pesar de lo novedoso de la relación Granata quería tener hijos... lo cierto es que en 2015 Luli consiguió, tras lanzar todo tipo de piedras contra Amalia, volver con el ex presidente del Banco Central.

En un principio, ambos se mostraron mucho más relajados y prefirieron no ponerle título a su romance: “Disfrutamos el día a día”, dijo Luli, luego de varias idas y venidas en la pareja donde el grado de compromiso había sido un tema de discusión constante. Ahora, los dos parecían, simplemente, haber decidido disfrutarse.

Pero tras un año en pareja a Salazar le volvieron los viejos deseos de formar una familia, y Redrado, todavía, seguía siendo de la idea de cuidar a su familia ya existente. Comenzaron así los resquemores que marcaron una nueva separación que se venía rumoreando desde fines de 2016, cuando Luli, convencida de que Martín nunca querría hijos con ella, habría hasta buscado un abogado para comenzar el proceso de separación...

Tras meses de peleas y rumores de crisis, Martín Redrado y Luciana Salazar decidieron poner fin, otra vez, a su convulsionada relación. El motivo era el deseo de Luli de ser madre, que Redrado, a pesar de algunas falsas promesas largadas en el fragor de la pasión, no compartía: suficientes problemas tenía el economista saliendo con Salazar, desaprobada por sus hijos, como para formar una nueva familia con ella.

Lo cierto es que a pesar de la separación, el economista tuvo un extraño compromiso con Salazar y su hija Matilda, por el que ahora están en batalla legal. Pero esta batalla lleva años: la primera vez que, separados, Redrado no cumplió, Luli estalló. Estalló, claro, de la forma que estalla una madre con el padre de la criatura, y no una mujer con su ex que no quiere saber nada con su hija...

“Cuidarte fue mi error. ¿Cuándo le vas a contar la verdad a la sociedad”, tiró Luli en Twitter, despertando un mar de versiones que iban desde “Redrado en realidad es gay” a “Redrado es el padre del hijo de Luli”. Pero el origen de la recriminación era claro: Redrado no había viajado con ella a conocer a Matilda, lo cual, si no es el padre, no tenía demasiado sentido.

Todo se embarró en 2018 cuando Redrado blanqueó una nueva pareja: Lulú Sanguinetti, con la que luego se casaría. Ese fue el desencadenante de otra temporada de escándalos que incluyó uno todavía recordado: ¿Redrado hacía brujerías?

UN VÍNCULO ENFERMIZO

Justo en coincidencia con el inicio de la relación entre el economista y la empresaria turística Lulu Sanguinetti, Luli Salazar reveló que su ¿ex? le hacía brujerías. La diva comenzó respondiendo a una seguidora que señaló la relación entre Lulú y Redrado: “Es muy enfermo (encima separados) por eso no dejo más que vea a mi hija. Porque no quiero que mi hija tenga una imagen así de un hombre que juega con las mujeres y porque me hace brujerías, que lo descubrí en su casa el domingo pasado. Es un tipo oscuro”, tiró Luli, y picó De Brito, quien le preguntó a Redrado “¿qué brujerías le hacés, Martín Redrado?”. “Ninguna”, respondió el economista.

Luli reveló entonces que había encontrado un vaso congelado con su nombre y fecha de nacimiento en el freezer del economista (“hay testigos”, lanzó), y cuando el periodista afirmó que “esto no pasaría si Redrado no fuera el padre”, la rubia se llamó a silencio...

Pero este turbio ida y vuelta fue solo el primer round.

“Me chateó (Salazar) anoche cuando yo estaba sentado en un avión, acusándome de irme de viaje a una isla acompañado. No es cierto, viaje a Miami por un proyecto de banca digital. Le respondí esto y lamentablemente reaccionó como lo vimos todos. Una pena”, se defendió Redrado, alegando celos de Luli por Lulu, y el comentario hizo estallar, finalmente a Salazar, que subió a Twitter ¡la grabación donde descubre el vaso congelado!

“¿Hay helado?”, se la escuchar preguntar a la mediática. Y, acto seguido, su tono cambia y se vuelve desesperado: “Ay, Martín, por Dios qué hay ahí en la heladera. ¿Qué es eso? Ay, por Dios. ¿Qué es eso?”, dice Luli, con un grado de nerviosismo que asoma algo telenovelesco. “No sé, no sé...”, balbucea en un comienzo el economista.

Sin embargo, tras unos minutos de negación e incertidumbre, Redrado afirma que le va a contar la verdad y le reconoce a Luciana que fue él quien realizó el hechizo por recomendación de una amiga para “que se enfríe la relación, ahora que nos separamos, me dijeron que era la manera”.

Terminante, la modelo ofreció una salida al conflicto: “Te lo soluciono yo, me abro. No me veas más ni a mí ni a mi hija. Vos me buscás a mí, yo no te pedí de venir, vos me escribiste”.

“Tenés razón. Es una contradicción que tengo y no resuelvo. Te pido perdón, no hay ningún interés de perjudicarte o hacerte algo malo. Quiero que te quedes tranquila. Yo tampoco me entiendo. No sé qué es lo mejor para nosotros. No sé qué es lo que me hace bien, Luli”, aseguraba Redrado...

DETALLES DE UN NEGOCIO LLAMADO AMOR

En 2021, en “Los Ángeles de la Mañana” dieron a conocer el polémico acuerdo que fue firmado ante escribano.

“El contrato se firmó en el año 2016 por ambas partes”, comentó Pía Shaw con toda la documentación en mano. Y casi sin preámbulos, la “angelita” leyó punto por punto los compromisos que la actriz y el economista asumieron cuando eran pareja. “El primer punto habla de un pago de 3500 dólares en concepto de vivienda más impuestos correspondientes, sin incluir servicio doméstico. Esta mensualidad comenzará tres meses previo al nacimiento de un hijo hasta los 18 años. Este evento se suspenderá cuando Luciana esté conviviendo con otra pareja. En ese caso, solo se va a proceder al pago de arancel del colegio de primer nivel”, relató la periodista.

El segundo punto hablaba de las obligaciones de Redrado una vez que finalice su vínculo sentimental con la rubia. “L y M (así los llaman en el documento) se comprometen a continuar su relación de pareja en forma privada hasta el nacimiento. Luego de este evento, será opción de los firmantes continuar o no de forma pública o privada con la relación. El contrato ya firmado por cinco años con cuotas mensuales y consecutivas de unos 10 mil dólares comienza a regir desde el día en que se notifique a Ana Roselfeld la finalización de la relación. Hasta ese momento, Redrado deberá comprometerse a pagar 140 mil pesos por mes supeditado a inflación”, continuó Shaw.

Sin embargo, el acuerdo no sólo hablaba de montos sino de los beneficios que Salazar obtendría al lado de Redrado. “Como mínimo deberemos tener dos viajes de vacaciones juntos. Los viajes de MR por trabajo serán acompañados por LS, a menos que sean inferiores a tres días”, agregó la panelista ante la mirada atónita de sus compañeras.

En cuanto a que pasaría cuando la pareja finalizara la relación, el acuerdo sostenía: “Los firmantes se comprometen a una fidelidad absoluta pública y privada. En caso que trascendiera alguna vinculación con terceros deberán desmentirla en forma inmediatamente de su palabra. Ambas partes se comprometen a llevar el mismo estilo de vida, con flexibilidad a cambiar los días por temas hijos. Los hijos de MR estarán al tanto de la situación privada de la pareja”.

Para no dividir su herencia, Redrado se habría negado a ser el padre biológico de Matilda pero aportó el dinero

“Un proyecto y deseo viciado y manipulado por situaciones por demás injustas”