Los veranos cordobeses de Julio Argentino Roca
4 minutos de lectura'


A fines de 1859, tras la firma del pacto de unitarios y federales, un idealista señor Tomás Funes, de fervorosa vocación patriótica, publicaba en El Imparcial de Córdoba, un aviso en el que comunicaba que con motivo de tal acontecimiento, su estancia en Ascochinga cambiaría el nombre de Corral de Piedra por el de Estancia La Paz.
Desde el siglo XIX, Ascochinga fue, por el señorío de sus estancias y la vida social de familias distinguidas, junto al halo histórico que sobrevolaba los campos otrora jesuitas, un centro de la aristocracia. El diplomático Miguel Ángel Cárcano, por ejemplo, recibió al joven John. F. Kennedy antes de convertirse en presidente de los Estados Unidos y años más tarde, a Jackie, su elegante viuda y otros visitantes célebres.
Funes tuvo varios hijos. Entre ellos dos mujeres, Clara y Elisa, que se casarían con dos futuros presidentes: Clara, con Julio Argentino Roca, y la hermana, con su sucesor en el sillón de Rivadavia, Miguel Juárez Celman. Con ese nombre poderosamente simbólico para un hombre de Estado, La Paz quedó en manos del dos veces presidente Roca.
Funes había construido la estancia en 1830. Era una casona enclavada en un paisaje serrano lleno de frescura y serenidad, pero no más que eso: una vieja casona. “El Zorro”, como llamaban a Roca, hizo de ella la residencia de un presidente. La transformó, por gusto y liderazgo, en un punto de encuentro de figuras políticas que proyectaban el sueño de la gran nación.

Una vez suya, ordenó remodelar la estancia y tal como impuso el desarrollo de la Argentina, la condujo a su época de esplendor: hizo construir el casco en estilo neoclásico con columnas y paredes blancas; agregó frente al lago un salón de piano para las tertulias musicales; incorporó establos, un salón de baile, un lavadero donde se fregaban los blancos y una piscina olímpica y otra cubierta; abrió unas imponentes calles de tipas y caminos de plátanos y un parque cuyo diseño encargó a Carlos Thays, el legendario paisajista francés que trajo al país para concebir sus esculturales espacios verdes, incluido este retiro cordobés donde a lo largo del estío se daban cita personalidades como Mitre, Sarmiento, Pellegrini, Avellaneda, Figueroa Alcorta y Juárez Celman entre otros.
Muerto Roca, la propiedad perdió su brillo. En 1994, hundida en el abandono más triste y absoluto, con trepadoras que invadían la casa de ese hombre ilustre, un inversor italiano la compró por sus campos. Se deshizo de ella y tras ventas sucesivas, la sociedad de cuatro familias cordobesas inició una restauración histórica por la cual hoy, convertida en un hotel de lujo con campo de golf, canchas de polo, lagunas, viveros, paseos ecuestres y una playa en el río Ascochinga, recuperó su pasado glorioso, inaugurando una nueva era con dos visitas del expresidente Macri y, tal vez en futuro, del presidente Milei para quien Roca es el prócer máximo.

Durante una estada en la provincia, fui invitada a La Paz. Marisa Gastaldi de Olmedo, una de las actuales propietarias, fue mi anfitriona. Con la guía de su gerente, Antonella Tessarolo, hice un viaje en el tiempo a través de los salones, la emblemática Suite Roca donde se alojaba el general y la Suite de la novia envuelta en un jardín de rosas que evocan a Clara, la hija de Funes, que murió joven, pero prodigó en hijos al conquistador del desierto.
Me contaron que hay huéspedes que van en busca del pasado reconstruido y que al caer la tarde, en la hora melancólica del día, se suelen preguntar ¿qué nuevo camino hubiera trazado aquel visionario para volver al rumbo de un país grandioso? Roca disfrutó de La Paz y de sus otras estancias: La Argentina, adquirida por cuenta propia y La Larga, como premio por sus campañas. Quiso un guiño del destino unir en el juego de esas palabras, lo que quedará de Roca y el amor por esta tierra en el anhelo de su vida: La Larga Paz Argentina.

Otras noticias de Manuscrito
- 1
Jesús Huerta del Soto: El “gurú” de Milei dijo que Adam Smith era un plagiador y Axel Kicillof, un lego en economía
- 2
Poemas que siguen vivos
- 3
Arturo Pérez-Reverte: “Tengo la fortuna intelectual de ver cómo se acaba un mundo”
- 4
El intelectual del mileísmo se suma a la cruzada en contra del periodismo antes de su presentación en la Feria del Libro
Últimas Noticias
Ahora para comentar debés tener Acceso Digital.
Iniciar sesión o suscribite