Si hay una historia que queda por contar en lo que a la Selección argentina se refiere, esa es la de Alejajandro “Papu” Gómez. El volante bonaerense que fue clave para armar el grupo en la Copa América y en la Copa del Mundo y que, tras las coronaciones y los festejos multitudinarios en la Argentina termino siendo apartado del plantel de una manera poco clara y con una situación tensa con sus compañeros.
Tras más de un año de silencio, Papu decidió volver a hablar de la Selección en el programa italiano Cronache Di Spogliatoio (Crónicas de vestuario) y contó detalles de los que fue al camino hacia la tercera estrella desde adentro, pero sin tocar el tema de su salida: “Era nuestro partido contra Holanda y se jugaba el Brasil-Croacia. Íbamos en el colectivo al estadio, gol de Brasil. OK, Brasil gana fácil; ahora tenemos que ganar nosotros. Sabíamos que contra Brasil era el único partido que podíamos perder, que era el partido. Con los demás teníamos confianza para ganar; pero Brasil, obviamente, es Brasil. Llegamos al estadio, gol de Croacia. Festejamos. Ya estábamos todos cambiados para el calentamiento… y los penales. Celebramos la tanda que ganó Croacia como si fuera un partido que ganamos nosotros“, contó entre risas.
Sin embargo, la algarabía fue cortada de cuajo por el entrenador: “Scaloni vino y nos insultó. Dijo ‘¿Qué mierda están haciendo? Vamos concentrados pelotudos, tenemos que ir a jugar’. Y estábamos todos abrazados, porque teníamos tanta confianza porque sabíamos que contra Holanda era imposible perder. Sabíamos que fuera de Brasil íbamos más o menos camino a la final“
Cómo vivió Papu la final contra Francia
El ex Arsenal de Sarandí contó además como fue la experiencia en la ya mítica final contra Francia: “fue una completa locura. Cuando vi la pelota pasar por delante de Otamendi pensé ‘se acabó’. El banco de Francia también estaba dispuesto a celebrar. Pero después hizo esa atajada… sensacional”, dijo sobre el único integrante del plantel que le reaccionó a una publiación post mundial y del que lleva un tatuaje en su cuerpo.
“Les gritábamos a todos ‘Kiricocho’, porque es el grito con el que intentamos traer mala suerte al rival“, contó Gómez que luego agregó: “Después de la final, fue pura locura. Todos estábamos llorando. Hay una anécdota que me hizo reír mucho: estábamos en el campo y allí estaba Salt Bae, el chef que es famoso por cómo echa la sal. Estaba en el terreno de juego y se había llevado la copa. Y nosotros con nuestra familia estábamos esperando para tomar fotos. ¿Pero qué estaba haciendo allí? Todavía no lo sé. Después nos subimos al avión: 25 horas de viaje. Llegamos a Buenos Aires y nos esperaban 50 mil personas. Al día siguiente eran 5 millones. Al final de la fiesta, tomé un taxi a casa con mi familia. Después de tanto tiempo en el vagón abierto, estaba completamente quemado, no podía ni sentarme“.