Hay historias que viven dentro de otras historias. Hay historias inspiradoras e increíbles, hay historias sorprendentes y otras inéditas. Hay tantas historias como se puedan contar como también hay historias invisibles y otras invisibilizadas.
Hay algunas que son irrisorias y no por culpa de sus protagonistas sino de quién cuenta esta historia (mejor dicho, de quién y de sus para qué). En este caso, nos encontramos con el bueno de Hugo Daniel “Toto” Íñiguez, el hincha de Colón que fue premiado como “mejor hincha del mundo” por la mismísima FIFA. ¿El motivo? Darle de comer a su bebé en la cancha. Sí, con eso le alcanzó al bueno de Toto para pegar un viaje a Londres, compartir espacios con fenómenos del fútbol que tanto ama y tener el reconocimiento de los suyos.
La imagen de Íñiguez conmovió a miles y terminó recorriendo el mundo generando una suerte de cascada de suspiros que no pareció detenerse en lo natural de la situación. Pregunto sin absolutamente nada personal contra el fanático sabalero ni con su club ¿Qué es lo destacable del accionar de Toto?, ¿Alimentar al bebé que decidió llevar a la cancha lo transforma – cómo escribieron algunos- en el papá del año?, ¿es el premio a no olvidarse la mamadera?, ¿premio a elegir un partido que le garantizaba que, ante la carencia de goles propios, no haya una avalancha? El premio no debería ser comprendido como tal con semejante naturalidad.
Se entiende que las cámaras no anden buscando a madres que les den el pecho a sus bebés porque aún vivimos en una suerte de Era de Piedra y no hay teta que se pueda filmar porque todo es sexualizado. En este caso, la culpa tampoco es de la teta sino de una sociedad que parece estar porfiada en el hecho de no cuestionarse nada. Todo debate “da paja”, aburre y se politiza de la peor forma posible. “Uh qué hincha pelotas ¿todo van a protestar?”, y la respuesta es… medio que sí, porque así andamos por cuestionarnos tan poco todo.
Viajemos a una realidad paralela. Una donde a Toto la cámara de Roberto “Salta” Rodríguez de Canal 11 lo hubiese sorprendido alentando a los suyos y con el nene llorando. Un escenario absolutamente normal y vivido por quienes no pudieron aguantar ni 6 meses para llevar a su bebé al estadio. En ese marco, en ese cuadro, en esa toma la crítica hubiese caído impiadosa, el hoy premiado sería el irresponsable, el termo, el que no entiende nada. Y eso también hubiese estado mal, tan mal como lo que hace la FIFA al invisibilizar la historia de la inglesa Fran Hurdnall. Tan mal como hace saber que Hurdnall no iba a ganar. Tan mal como hace pensar que un padre que alimenta a su hijo es merecedor de un premio.
Fran Hurndall y la historia detrás de la historia
“Está terminado y he completado mi carrera de 1000 km desde Gold Coast hasta Sydney mientras llevaba una pelota de fútbol durante todo el camino, creando conciencia sobre las mujeres en el deporte “, esto escribía en su cuenta de Instagram – hace ya 21 semanas- Fran Hurdnall, , la inglesa que completaba la terna del sobrevalorado e inocente Toto donde también aparecia Miguel Ángel, un hincha de Millonarios de Colombia que pidió conocer a los jugadores del plantel antes de morir.
Se sabe, la muerte genera algo que no lo genera otra cosa. Las malas lenguas dicen que los muertos se transforman en buenas personas desde el momento de su partida. A decir verdad, desde este espacio no hay nada que decir del colombiano (que en paz descanse) que fue nominado por la FIFA por un hecho que medio que tampoco parece inspirador , pero si tenemos algo que decir de Fran.
Ella buscó ser inspiración para niñas, jóvenes y toda clase de mujeres y minorías que buscan cumplir sueños. Recaudó 15 mil dólares para invertir en la fundación Women Sport en Australia y se metió, de paso, en el libro de los récord Guinness. Pero eso a la FIFA no le pareció destacable, si para ternarla, pero no para premiarla. Infantino y sus amigos no iban a correr el riesgo de un discurso que los pudiese exponer.La no premiación de la inglesa era tan previsible como el descenso de Colón.
Además, ¿cómo una mujer que recorrió 1000 km a pie con una pelota, marcando 150 horas de carrera, haciendo deporte, mandando un mensaje de superación va a ser más sorprendente que un tipo dándole la mamadera a su hijo?. Por favor.