Una usuaria de X, identificada como @AveAveces, contó una impactante anécdota con lujo de detalle de una amiga que se casó por civil y a las dos horas tomó la drástica decisión de cancelar la fiesta porque se arrepintió.

En principio, recordó un tuit del 4 de octubre en el que escribió un mensaje premonitorio: “Mi amiga que se iba a casar en dos semanas dijo que no quiere casarse y nos pregunta si está mal mandar todo atrás”. Aquellas palabras, en apariencia casuales, se convirtieron en un vaticinio de lo que estaba por suceder.


 

En su relato, destacó que no la iban a juzgar más allá de su decisión, pero hasta no saber el veredicto final, la tuitera, cuyo nombre es Alina, explicó que sacó su vestido del placard para ponerlo en condiciones para la fiesta.

El día del casamiento, en primer lugar, se celebraba el civil con una reunión íntima solo para los testigos y padres de ambos lados; luego, llegarían los invitados y, hasta ese entonces, los reparos de la futura mujer parecían quedar en el pasado.

Mientras Alina se arreglaba, dejó su celular de lado y se desconectó para ultimar los detalles. Sin embargo, todo se desmoronó cuando se percató de que su móvil no dejaba de vibrar, por lo que vio las notificaciones y recibió la noticia, a raíz de una charla que tuvo una de sus amigas con la hermana de la recién casada: “No se va a casar. Se fue a la casa de los padres. Se puso a llorar y se fue”.

En resumen, la fiesta del casamiento (el civil ya se había realizado) se canceló. Ante la noticia, las amigas de la novia decidieron ir a verla pero la familia les comunicó que no fueran en ese momento por razones obvias. Pero eso no fue todo ya que, según Alina, “más de la mitad de los invitados no había llegado a ser notificado aún y ya era la hora de empezar con la recepción”.

En ese sentido, se le avisó a la mayoría que se pudo sin dar tanto detalle, mientras que el resto se enteró en la puerta. “¿Te imaginas llegar a un casamiento y que te digan que no se va a hacer?, Bueno, eso pasó”, manifestó la mujer, quien reflexionó: “Mi amiga parece que tuvo que haberse enfrentado al sí para darse cuenta de que era un no rotundo”.

“Y desde ese día, por suerte, sigue convencida de que, aunque ahora le toque divorciarse, a su vida le esperan cosas mejores”, concluyó.