Por obras: una línea de subte reduce su horario y, desde el lunes, cierra hasta marzo
El ramal D, que une Congreso de Tucumán y Catedral, será sometido a trabajos de modernización que obligan a suspender el servicio
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Serán dos meses de cierre, que implicarán a la larga una mejora en el servicio, aunque mientras tanto se complicará trasladarse para quienes usan habitualmente ese ramal del subte. Las obras de infraestructura de la línea D comenzarán el lunes próximo, pero ya a partir de este miércoles la circulación de los trenes se verá afectada y habrá una reducción en el horario de funcionamiento, para que los operarios puedan empezar “trabajos previos”.
Las tareas propiamente dichas empezarán el 8 y se extenderán hasta el 17 de marzo, según informó el Ministerio de Infraestructura de la ciudad de Buenos Aires. Durante ese lapso, la línea D de subtes permanecerá cerrada, debido a una “indispensable obra de infraestructura” para mejorar y modernizar la operación de uno de los ramales más utilizados. Las autoridades porteñas informaron que eligieron esas fechas por la merma que suele haber en el número de pasajeros durante el verano, aunque sin dudas causará una congestión significativa en otros medios de transporte.
“Es necesaria la finalización de la renovación del sistema de señales y el reemplazo de las máquinas de cambio. Esto permitirá mejorar la operación garantizando la regularidad y la eficiencia del servicio con la última tecnología en materia de señalización”, indicaron desde esa cartera. Y agregaron: “Durante enero y febrero hay una disminución del 40% en la cantidad de pasajeros habituales, por eso se seleccionaron esas fechas para las obras”.
En un día hábil, suelen viajar en los trenes que unen las cabeceras Congreso de Tucumán y Catedral unas 200.000 personas, mientras que en enero y febrero esa cifra desciende a 120.000.
A partir de este miércoles y hasta el domingo inclusive, el servicio de la línea comenzará a las 7 y terminará poco antes de las 21.30 para llevar adelante los trabajos previos. Será el paso previo a la suspensión de los servicios durante dos meses y diez días, según el plazo informado.
Las autoridades porteñas recordaron que la línea D “cuenta con el 100% de su flota con aire acondicionado, se está por finalizar su repotenciación y se está reemplazando el sistema de señales actual, de tipo Automatic Train Protection (ATP), por el moderno Communications-Based Train Control (CBTC), el mismo que ya funciona en las líneas C y H, lo que permitirá mejorar la operación, brindando mayor regularidad al servicio. Lamentablemente, es necesario frenar toda la línea porque no pueden coexistir los dos sistemas al mismo tiempo”, aseguraron.
Los de señalización, explicaron, son sistemas de control y protección de las formaciones, cuya función principal es que circulen de forma segura asignando rutas e informando sobre la posición de los trenes para evitar colisiones. Es decir, están vinculados con la seguridad y con la frecuencia del servicio.
Las mismas fuentes resaltaron que el CBTC es un sistema de última generación cuya tecnología es adoptada por los subtes más modernos del mundo. Trabaja mediante la comunicación entre formaciones, permitiendo el máximo acercamiento de forma segura y reduciendo el intervalo entre servicios al mínimo posible. Además, este sistema determina con exactitud la ubicación de los trenes y controla la velocidad de circulación, y en caso de que sea superada se puede detener la marcha. De esta manera, se logra una operación más eficiente, con intervalos más cortos y con mayor seguridad para los usuarios de la red.
“La línea D hoy opera con una frecuencia acorde a la demanda de pasajeros que tiene (3 minutos y medio promedio). Esta obra va a otorgar mayor regularidad en el servicio. El sistema que se va a adoptar va a otorgar mayor confiabilidad a la operación de los conductores. Por ejemplo, midiendo a través de un software la distancia entre trenes para mejorar la frecuencia. Esto va a hacer, por ejemplo, que no salgan dos trenes seguidos y uno con más tiempo de espera”, detallaron fuentes de la cartera que dirige Pablo Bereciartúa.
A su vez, indicaron que el cierre también es necesario para poder avanzar con el reemplazo de las 31 máquinas de cambio, que no podrían operar con el nuevo sistema; verificar que todas las rutas posibles cumplan con los estándares de seguridad, identificar eventuales fallas y finalizar la instalación del nuevo sistema a bordo de los trenes. Además, se aprovechará para terminar las obras de renovación de la estación Facultad de Medicina, que solo pueden realizarse con las instalaciones cerradas, en el marco del Plan Integral de Renovación de Estaciones.
Según informaron, por el momento no está previsto el cierre de ninguna otra línea de subte a lo largo del año.
¿Habrá más colectivos?
Por la presión que estas obras y el consecuente cierre del ramal que van a generar sobre otros medios de transporte, el gobierno porteño afirmó que se le pedirá “colaboración a las líneas de colectivos”. La línea D “empalma” con más de 40 su trayecto y además se cruza con otras de subte: en la estación Pueyrredón, con la línea H; en 9 de Julio, con las B y C, y en Catedral, con las A y E.
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