No existen fórmulas mágicas para sobrellevar el dolor. Bien lo saben en Israel, donde aún resuenan las consecuencias del ataque que Hamas realizó el pasado 7 de octubre en varios kibutzim cercanos a la frontera con Gaza. Los asesinatos y secuestros de miles de ciudadanos conmocionaron al mundo entero. Sin embargo, el deporte puede ser una herramienta para unir y ayudar a transitar estos momentos con un mensaje de paz y esperanza hacia el futuro.
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Hace algunas semanas, se desarrolló una nueva edición del torneo Sha’ar HaNegev, una competencia de fútbol que nació hace una década y que reúne a equipos de distintos kibutzim (comunidades) del sur de Israel, muy cerca de la frontera con Gaza. Después de los ataques del 7 de octubre era difícil que el certamen pudiera hacerse en 2023, pero un grupo de personas se puso al hombro la tarea de organizarlo como una forma de sanar en medio de tanta tristeza.
“Muchos integrantes de los equipos de Sha’ar HaNegev fueron asesinados. Hubo gente joven, soldados, que fueron capturados. Pasaron muchas cosas, muchas tragedias”, contó a TN Dor Hoffman, un reconocido periodista deportivo israelí que se puso al hombro la tarea de volver a poner en marcha el torneo.
Para retomar la actividad de la competencia, Hoffman se reunió con integrantes de los kibutzim. La idea era poner en común ideas para no dejar que el horror los paralizara..
Finalmente, decidieron que solo por esta vez la sede del torneo fuera Kfar Saba, una localidad del centro del país. Participaron ocho equipos, entre ellos uno compuesto por periodistas deportivos, jugadores de fútbol, cantantes y distintas celebridades del ambiente artístico.
“Fue muy lindo y muy emocionante. Desde el fútbol devolvimos algo de alegría a la gente”, destacó el periodista.
Un torneo golpeado por las pérdidas irreparables
El torneo Sha’ar HaNegev llegó a tener diez equipos en su edición más grande. Los locales cuentan que algunos cruces entre los distintos kibutzim se convirtieron en verdaderos clásicos y con humor aseguran que la rivalidad “no tiene nada que envidiarle a un Boca-River”.
El ataque de Hamas en el sur de Israel fue devastador. Los asesinatos y los secuestros perpetrados por el grupo que opera en la Franja de Gaza motivaron una fuerte contraofensiva militar. La guerra aún no terminó y las terribles consecuencias pueden verse de un lado y del otro de la frontera.
En ese marco, todos los equipos del torneo de fútbol sufrieron pérdidas irreparables. “Cada uno de los diez equipos tiene jugadores que fueron asesinados o capturados o que tienen familia que murió”, cuenta Hoffman. El caso más extremo es el del equipo “Shualey kfar aza”, que perdió a cinco jugadores.
Sin embargo, esta nueva edición del certamen no se jugó en un clima de tristeza, sino de esperanza: “Mucha gente vino a ver porque se jugó en el centro del país. Fue muy lindo y emocionante, cantaron el himno y hubo una ceremonia muy bonita”.
Los resultados de los partidos fueron lo de menos: la verdadera finalidad no fue ganar, sino demostrar que el país sigue de pie. “El deporte y el futbol ayudan mucho a la gente de esa zona. Después organizaron más partidos y todos dicen que les hace muy bien”, destacó Hoffman.
Tan reconfortante fue la experiencia, que en la zona de Sha’ar HaNegev ya piensan en volver al ruedo en 2024. “Obvio, el torneo va a seguir”, responden sus organizadores, con la certeza de que su fortaleza es capaz de superar cualquier horror.
