En la Universidad de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), de los Estados Unidos, investigadores desarrolan una opción potencialmente más barata que los tratamientos disponibles. Consiste en una píldora vibratoria que estimula las terminaciones nerviosas del estómago para indicar al cerebro que es hora de dejar de comer. 

En la actualidad, 3.120 millones de personas (el 39% de la población mundial) padece obesidad. En cambio, hace 15 años la tasa mundial de obesidad solo alcanzaba al 23,9% (1.630 millones de personas). Para el futuro, la situación podría empeorar y se están investigando estrategias para ayudar a las personas a bajar el sobrepeso.

En la Universidad de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), de los Estados Unidos, investigadores científicos están desarrollando una opción potencialmente más barata que los tratamientos disponibles. Consiste en una píldora vibratoria que estimula las terminaciones nerviosas del estómago para indicar al cerebro que es hora de dejar de comer. Al usarla, el paciente afectado por obesidad pasaría a consumir menos comida.

Hasta el momento, la cápsula consiguió reducir la ingesta de alimentos en cerdos sin causar efectos secundarios evidentes, según informaron los científicos a través del trabajo publicado en la revista Science Advances.

La cápsula consiguió reducir la ingesta de alimentos en cerdos sin causar efectos secundarios evidentes, según informaron los científicos a través del trabajo publicado en la revista Science Advances.

Funcionamiento del dispositivo

La forma de operar del dispositivo se basa en conocimientos sobre el sistema digestivo. Se sabe que cuando se ingiere una comida copiosa, el estómago envía señales al cerebro que crean una sensación de saciedad. Esto ayuda a la persona para que se dé cuenta de que es hora de dejar de comer. Un estómago lleno de líquido también puede enviar estos mensajes, por eso se suele recomendar a las personas a dieta que beban un vaso de agua antes de comer.

Los investigadores han ideado entonces una nueva forma de aprovechar ese fenómeno, al utilizar una cápsula ingerible que vibra dentro del estómago. Las vibraciones activan los mismos receptores de estiramiento que perciben cuando el estómago está distendido, y crean una sensación ilusoria de saciedad.

El estudio demostró demuestra que tras 30 minutos de actividad de la píldora -que llaman Vibes-, los cerdos comieron de media casi un 40% menos de comida en la media hora siguiente que sin el dispositivo, y engordaron más lentamente.

"La idea de la cápsula es muy buena, pero habría que ver si los pacientes podrían incorporarla como parte de un tratamiento integral de la enfermedad. Se considera que un tratamiento contra la obesidad es efectivo cuando consigue una reducción del sobrepeso del 10% en 6 meses y se puede mantener en 5 años”, comentó el médico Silvio Schraier, vicedirector de la carrera de Especialización en Nutrición de la Fundación Barceló y miembro de la Sociedad Argentina de Nutrición.

El experto aclaró: "Tratar la obesidad implica que la persona necesita diferentes herramientas para abordar su enfermedad. Cambiar la forma de actuar frente al alimento y la forma de vida es lo principal, más allá de que se pueda incluir desde los fármacos ya aprobados o en el futuro la cápsula vibratoria”.

"Es un método creíble e ingenioso. Los datos parecen muy convincentes”, afirmó el neurobiólogo Guillaume de Lartigue, del Centro de Sentidos Químicos Monell, en los Estados Unidos, quien no participó en el estudio en diálogo con la revista Science.

Al hacer la experimentación, los investigadores determinaron que la píldora inducía en los cerdos muchos de los mismos cambios en los niveles hormonales que comer una comida, incluido un aumento de la insulina y una disminución de la hormona grelina, promotora del hambre.

Los científicos también controlaron la cantidad de comida que ingerían los cerdos con una de las píldoras en el estómago. Comprobaron que los animales comían un 40% menos que los controles que no habían recibido la píldora. En comparación con los controles, los cerdos con las pastillas eran menos activos, sobre todo después de las comidas.

En vías de perfeccionar la píldora

Los científicos dicen que esperan perfeccionar la píldora y profundizar en sus efectos sobre el organismo. Por ejemplo, no pudieron demostrar que induce la pérdida de peso porque los cerdos que estudiaron aún estaban creciendo.

Para resolver este problema, los investigadores quieren estudiar la píldora en perros, cuyos estómagos son más parecidos a los de los humanos. Si encuentran financiación para esta investigación, consideran que podrían hacer ensayos clínicos en humanos en 2 o 3 años. Otros expertos que no tienen relación con el estudio plantearon sus dudas sobre la posibilidad de que realmente la píldora vibratoria sea un opción.

Tom Hildebrandt, psicólogo clínico de la Facultad de Medicina Icahn de Mount Sinai que estudia los tratamientos de adelgazamiento, consideró que es probable que la píldora sea de "bajo riesgo”.

La investigación fue financiada por los Institutos Nacionales de la Salud, Novo Nordisk, el Departamento de Ingeniería Mecánica del MIT, una beca Schmidt Science y la Fundación Nacional de la Ciencia de los Estados Unidos.

 

Por Agencia EFE