Jacob Elordi: quién es el galán que hace de Elvis y se la juega en un filme salvaje

“Euphoria” cambió su vida. Jacob Elordi era un galancito más, alto, eso sí (el australiano mide 1,96), de la factoría Netflix, tras el éxito de “El stand de los besos” (filmó tres, aunque hoy las critica), cuando la serie de HBO le golpeó la puerta para encarnar al odiable Nate Jacobs. Desde entonces, a Elordi le llegan proyectos mucho más interesantes, como demuestra la doble función que se presenta desde esta semana en las pantallas: encarna a Elvis Presley en la biopic de su ex pareja, “Priscilla”, dirigida por Sofia Coppola y estrenada ayer en cines, y protagoniza la muy picante ”Saltburn”, dirigida por Emerald Fennell y disponible en Prime Video. Dos con aroma a nominación al Oscar.

Elordi dice que no es casualidad, que es lo que siempre quiso: metódico, enfocado en su carrera, anota todo en un cuadernito donde va delineando de manera artesanal sus personajes. No quiere decir (finge demencia) lo que dice el dedicado a Felix, otro ricachón con ínfulas como Nate, protagonista de “Saltburn”. En la película, Elordi es un joven aristocrático y perverso que invita a un estudiante de Oxford (interpretado por Barry Keoghan, ya nominado al Oscar por “Los espíritus de la isla”) a la mansión de su excéntrica familia para pasar un verano. La película ha sido definida como una suntuosa y excéntrica mezcla entre “Parásitos” y “El talentoso Sr. Ripley”... en clave homoerótica.

“Emerald aludió a que todos los personajes eran muy humanos en la peor y la mejor manera posible. Esa fue una premisa realmente intrigante”, recuerda el actor en una charla virtual de la que participó EL DIA.

Elordi contó que le emociona que las escenas sexuales ya sean comentadas en todos los rincones de internet: define a “Saltburn” como una película ”salvaje” y le agradece “empujar los límites” en el cine. “No vemos cosas así en las películas convencionales, así que es genial que (esta historia) se haya permitido superar esos límites y exponer a personas así, así que definitivamente me encanta la reacción de la multitud”, dice.

“Para Elvis hice un promedio de medio kilo de tocino al día. No se nota tanto porque soy bastante largo, pero era más grande que nunca”

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Y también ha corrido en la película los límites propios: “En mi vida encarné muchos personajes algo rígidos, solemnes, y yo no lo soy en mi vida, así que fue bueno encarnar un personaje así, más despreocupado, más desfachatado”, comenta el actor, que para preparar el personaje vivió un mes en Chelsea, una zona en Londres que es conocida por sus residentes adinerados, y exploró en su personalidad más relajada. “Hay una especie de naturaleza relajada en la gente que no tiene que trabajar para nada, así que traté de encontrar esa soltura en Felix y en mí, me deshice de esa tensión que podríamos tener naturalmente y fue maravilloso”.

VESTIRSE DE ELVIS

Elordi también presenta esta semana en cines “Priscilla”, biopic sobre Priscilla Presley donde él encarna al Rey del Rocanrol. El intérprete cuenta que uno de los mayores atractivos del proyecto de Sofia Coppola para él fue interpretar a Elvis y que éste fuese un personaje secundario.

“Era algo totalmente único, de lo que nunca había oído hablar. Y estaba emocionado de poder estar al servicio de la historia de Priscilla, lo que es bastante raro. Creo que cuando interpretas a Elvis Presley, no piensas en ello como estar al servicio de otra persona, pero esa fue la parte más estimulante para mí, poder encontrar la manera de dar un paso atrás y formar parte de la historia en lugar de ser la historia”, destaca.

El actor cuenta cómo fue el proceso para meterse en Elvis. “Hubo un breve momento de miedo”, reconoce, y cuenta que convirtió su habitación “en una especie de santuario a Priscilla Presley. Tenía fotos suyas pegadas por todas las paredes y me pasaba la noche en vela viendo las películas, escuchando la música, leyendo los libros, y me metía de lleno en la película, lanzándome al vacío y apostando por ella”, relata. “El vestuario fue sin duda una parte crucial de todo el proyecto. La película es de bajo presupuesto y todos unieron esfuerzos. Todo el equipo, cada persona estaba allí porque quería estar allí. Nunca había vivido algo similar, fue realmente hermoso”.

Elordi agrega un dato de color: cuenta que parte de su preparación para la cinta incluyó comer varios kilos de cerdo al día. “Hice un promedio de medio kilo de tocino al día. No se nota tanto porque soy bastante largo, pero era más grande que nunca”, se ríe el actor de raíces vascas.

La carrera de este actor, que reconoce que no sabía nada de Elvis salvo por “Lilo & Stitch”, parece haber despegado definitivamente: los días de “La cabina de los besos”, que para él, hoy, “son películas ridículas, un escape” que “no quería hacer”, quedaron lejos. De hecho, fue elegido para hacer de Superman... y rechazó el papel. “En esta etapa de mi vida”, dice, “no me veo teniendo ningún interés en eso. Me gusta hacer lo que yo vería, y me inquieta mucho ver esas películas”.