Armados y con “voces de niños” desvalijan una casa

Melchor Romero se convirtió en las últimas horas en el epicentro de un feroz asalto que, además de importantes pérdidas materiales, dejó al dueño de la finca en un profundo estado de shock producto de las agresiones perpetradas por una banda de ladrones cuyas edades, en principio, no superarían los 18 años.

No obstante, el caso se destacó por la solidaridad y la interpretación que tuvo un vecino que si bien no llegó a evitar el atraco sacó a la víctima de la difícil situación que estaba viviendo.

Según fuentes oficiales, pese a su corta edad, los intrusos demostraron tener una basta experiencia en el mundo del hampa ya que además de robar y destrozar el inmueble, el damnificado fue sometido a una feroz golpiza.

De forma coordinada, mientras unos registraban el lugar, otros se encargaron de atar de pies y manos al hombre, otros “con voces de niños” lo interrogaban.

Luego, los delincuentes huyeron con un monto cercano a los 300 mil pesos, una camioneta, una motocicleta y varios dispositivos electrónicos, entre ellos dos televisores y una notebook. Pero antes de apoderarse de este botín, los intrusos lanzaron un despiadado ataque contra el morador de la vivienda.

Según pudo averiguar este diario, el hecho tuvo lugar alrededor de las cinco de la mañana en 151 entre 520 y 521 , cuando los primeros rayos del sol comenzaban a asomarse.

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La víctima se encontraba en su casa descansando. Probablemente, el sueño profundo le impidió oír cómo estos sujetos, dueños de un altísimo nivel de atletismo y elasticidad, se colaban por una ventana que había olvidado cerrar.

De este modo, luego de recorrer con total libertad la morada los sujetos desembarcaron en la habitación del damnificado.

La víctima recién tomó conciencia de la presencia de intrusos en su hogar cuando sintió zamarreos y palmadas en el rostro.

Sin mediar palabra, uno de los integrantes del clan le advirtió al propietario, con un arma de fuego en la mano, que si hacía algún tipo de ruido o movimiento extraño “iba a terminar muerto”.

Fue en ese momento que decidieron atar al hombre mientras le exigían que entregara “dólares”. Para obtener la ubicación de los ahorros de la víctima, los ladrones agredieron en varias oportunidades al hombre con culatazos. Todo, con el objetivo de “ablandarlo”.

Finalmente lograron su cometido y el dueño de casa descubrió para ellos el lugar en el que guardaba su dinero. Sólo así pudo ponerle fin a la feroz golpiza.

Al ver que todo estaba saliendo según sus planes, los sujetos se envalentonaron y decidieron continuar hurgando entre las pertenencias de la víctima con el objetivo de agrandar el botín. Pero la operación resultó abortada cuando se escuchó un fuerte estruendo proveniente del exterior.

Aparentemente, un vecino no dudó en relacionar el alboroto que había en la casa con una situación de inseguridad y decidió realizar un disparo al aire. La inesperada detonación terminó poniendo a los ladrones en fuga.