Litigio por “La París”: reclamo por el uso de la marca

En la últimas horas se generó una fuerte polémica en La Plata, a raíz de la inminente reapertura de la tradicional confitería ‘París’ de 7 y 49. Mediante redes sociales, la nieta de quien fuera el fundador del comercio en 1969 se presentó como hija del actual titular de la marca y expuso que estarían siendo estafados por los nuevos empresarios que van a reinaugurar el espacio gastronómico.

A través de un comunicado en su cuenta personal de Facebook, en donde se habla de “apropiación indebida de la marca”, la mujer se identificó como “Alana Pérez Muñoz, nieta de Roberto ‘Coco’ Pérez e hija de Francisco Pérez Muñoz (titular de la marca registrada como Gran Confitería París)”.

Según planteó, “lamentablemente el negocio familiar y la tradición se suspendieron durante la pandemia. En esos meses tan duros para nuestra familia, se nos acercó un grupo empresario, liderado por dos hermanos, con la intención de reabrir la tradicional esquina”, dijo.

“Para ello, tuvieron largas negociaciones con el propietario del inmueble y luego comenzamos las charlas para ver cómo se podía reabrir la confitería con la misma esencia. Nuestra familia siempre en el rol de dueños de la marca y negociando con el grupo inversor una licencia de uso de marca. Durante muchas charlas, les contamos de buena fe las costumbres de nuestros clientes, los productos que más se vendían y algún que otro secretito de nuestras elaboraciones”, describió.

La mujer sostuvo que “lo único que pretendíamos era que se nos abonara un canon por el uso de nuestra marca (repito, registrada correctamente en el IMPI)”.

Al respecto, enfatizó que “sin embargo, mi padre aún sigue sin tener nada firmado y se niegan a abonar el canon acordado. Es por este motivo, por la memoria de mi abuelo y por el honor de mi padre, ambos trabajadores incansables, que quiero dejar muy en claro que la familia Pérez y Pérez Muñoz no autorizó ni contrato con el grupo para el uso de nuestra marca”.

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En respuesta a la denuncia de Alana, el empresario gastronómico Carlos Leuzzi, uno de los dueños del proyecto de la nueva confitería, explicó a este diario que “la semana que viene vamos a presentar documentación de forma pública para aclarar este tema. La confitería París existe ahí desde la década de 1940. El local, que es comprado en 1954 por los Orasi y ya en esa escritura figura que se tiene que respetar el alquiler a la confitería hasta 1956. Hubo varios inquilinos en esa esquina que siempre trabajaron bajo el nombre de Confitería París hasta que la familia Pérez tomó el mando y registró la marca, pero el uso comercial de esa esquina existía de la década del `40. La propiedad tiene el derecho de uso del nombre. Quizá no se pueda abrir en otro lugar con esa marca”.

“El local estaba vacío, ya habían cerrado hace cuatro meses, a nosotros nos llamó el propietario del inmueble, a quien nosotros ahora le alquilamos y el propietario tiene una marca registrada, que no es la de ellos” remarcó Leuzzi.

En cuanto a las recetas de las preparaciones, contó que “de lo que era, es todo distinto, quedó de la tradición un 40 por ciento y todo lo demás es todo nuevo. Estamos felices de devolverle a la Ciudad un emblema histórico” sumó Leuzzi.

Finalmente, sobre las charlas que nunca se cerraron, según la familia Pérez Muñoz, Leuzzi precisó que “hubo negociaciones, pero no nos pudimos poner de acuerdo, porque tampoco tenían recetas para ofrecernos”.

Este diario también pudo conversar con Francisco Pérez Muñoz. Acongojado por la situación contó que se siente “moralmente estafado”. Pero además, el hombre dio detalles de cómo fueron las negociaciones con los empresarios que ahora abrirán la confitería. “Hace unos meses que ellos dejaron de comunicarse con nosotros, nunca más nos atendieron el teléfono y ahora nos encontramos con esta situación. Por ahora queremos que esto se solucione de forma pacífica, pero nuestros abogados ya están evaluando las posibles situaciones porque la apertura de la confitería es inminente”, precisó.

“Tengo mi palabra y además documentos y chats con fechas que pongo a disposición para que se sepa la verdad. La primera reunión que tuve con los hermanos Leuzzi fue organizada por un amigo en común y sucedió el 27 de agosto del 2020, apenas tres meses después que la confitería suspendiera sus actividades por la pandemia. Allí le expliqué que si bien yo era el propietarios de la marca, no lo era del inmueble. Por eso, le propuse presentarle al señor Orasi y para ello organice una reunión que se concretó una semana después”, expuso Pérez Muñoz.

Sobre las indicaciones de las preparaciones, el hombre agregó: “ellos afirman que no tenía recetas ni nada para ofrecerles, sin embargo cualquier persona entiende que las recetas y el Know How se traspasan una vez que hay un contrato firmado y no antes”.

Y respecto al tema de la marca, destacó que “es imposible que ellos estén alquilando la marca al propietario del inmueble ya que no existe ninguna marca registrada. Solo se puede encontrar en el registro público del INPI, una petición de marca con oposiciones, lo que quiere decir que no está otorgada ni se la van a otorgar. Está petición, además, fue hecha el 11 de marzo del año pasado, copiando exactamente logo de mi marca. Esto que afirmo lo puede ver cualquier ciudadano entrando en el registro público del INPI”.