Los adultos deben instruirse de manera responsable para poder evacuar todas las preguntas de los hijos con respecto a la sexualidad.

 

En artículos anteriores dijimos que la educación afectivo-sexual comienza desde la "cuna", es decir, es un proceso ininterrumpido desde el nacimiento, que tiene lugar constantemente.

¿A qué edad se ha de comenzar a hablar a los niños de la sexualidad? ¿Quién debe hacerlo? ¿No existe el riesgo de adelantarse a responder las preguntas de los hijos? ¿Es una responsabilidad exclusiva de los padres o conviene que la escuela también lo haga? ¿No es contraproducente dar información a tan corta edad?

Con el desarrollo del lenguaje, los niños están en condiciones de preguntar y recibir respuestas. Ellos están motivados y tienen muchas inquietudes y preguntan por curiosidad natural.

Primeros años de vida

Podemos decir que los primeros años de vida constituyen un período privilegiado a la hora de educar integralmente a los niños, y en ese marco, la educación afectivo-sexual cumple un papel fundamental. Y las instituciones educativas tienen hoy la misión de sumarse a ese desafío, mediante recursos adecuados y adaptados a cada edad, como los textos "Aprender a Amar".

Con el desarrollo del lenguaje, los niños están en plenas condiciones de preguntar y recibir respuestas. Ellos están motivados y tienen muchas inquietudes y preguntan por curiosidad natural y no con malas intenciones. Es la edad de los "por qué", de 3 a 5 años. Cuando un niño pregunta es importante que la respuesta sea integral, que atienda a resolver no solamente los aspectos anatómicos, fisiológicos, higiénicos o sanitarios, sino también, y fundamentalmente, los valores humanos, y, por tanto, afectivos y espirituales. Educar es, entonces, ayudar al hijo a introducirse en la realidad, y entender el valor y el significado que encierra.

Lenguaje claro

"¿Por qué yo tengo pene, y mi hermana no?, ¿de dónde vienen los niños?, ¿por qué engorda tanto la mujer embarazada?, ¿cómo entró el bebé a la panza de la mamá?, ¿por dónde salen los niños de la barriga?, ¿por qué las señoras tienen senos y los hombres no?, ¿por qué se besan en la boca?, ¿qué es hacer el amor?…", y tantas otras preguntas que formulan a sus padres.

Daremos una respuesta apropiada para su edad. Nada de evasivas como: "ahora no tengo tiempo", "después te lo digo", "vete a jugar por ahí", "pregúntale a tu papá o mamá", "no entiendo por qué se te ocurren esas cosas" o "después te lo digo". Para ellos es muy importante que sus padres les contesten con un lenguaje claro, verídico, positivo, integrado y oportuno, de manera natural, gradual y cotidiana, en sintonía con valores y creencias de los padres como modelos de vida.

La educación afectivo-sexual cumple un papel fundamental para asegurar el desarrollo de todas las dimensiones de la persona. Si en la infancia tomamos una actitud activa en su formación en valores, la tarea será mucho más fácil y productiva en adelante.

 

Por Ricardo Sánchez Recio
Orientador Familiar; Licenciado en Bioquímica y profesor