
Cartas de lectores: Necesitamos una tregua, ni en la Cuba de Fidel, autodestrucción
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Carta de la semana
Necesitamos una tregua
El gobierno recién electo asumió con una herencia muy pesada: una pobreza que escandaliza, una inflación galopante, una inseguridad que nos mata, un déficit nunca antes visto y lo peor de todo, una corrupción enquistada en todas las esferas. Sabemos que la corrupción es la madre de todas las tragedias. La mayoría de los argentinos eligió el cambio para salir del abismo al que nos habían arrastrado. Se necesita tiempo, paciencia, confianza, valentía para lograr algún cambio. Es por eso que les pido al sindicalismo, al kirchnerismo, a los medios que andan poniendo palos en la rueda y a todos los que están tirando leña al fuego que nos den una tregua.
Los argentinos merecemos algo de paz. Queremos vivir en paz. Necesitamos una Navidad en paz. “No hay camino para la paz, la paz es el camino” (Mahatma Ghandi).
Mercedes Moreno Klappenbach
mechimorenok@gmail.com
Ni en la Cuba de Fidel
La ley de abastecimiento (20.680), que fue sancionada hace 45 años, sigue siendo una espada de Damocles que tienen la producción, el comercio y el crecimiento del país sobre sus espaldas. Tan aberrante es esta ley que ni en la Cuba de Fidel la hubieran puesto en vigencia. Establece para cualquier etapa del proceso económico precios máximos, márgenes de utilidad, como disponer la propia administración por parte del Estado de las empresas de los particulares. Como si fuera poco esta ley permite fijar precios mínimos y máximos; dirigir la comercialización, la intermediación, distribución y producción de los particulares. De nada servirá “sancionar nuevas leyes en defensa de la producción, el comercio y la industria si permanece vigente esta ley. Su abrogación fue presentada como proyecto en 1984 por el diputado nacional del Partido Liberal doctor Ricardo Balestra, sin suerte alguna.
Juan Carlos Raffo
DNI 5.711.637
Autodestrucción
Hace menos de una semana que asumió el nuevo gobierno elegido por el pueblo. Es difícil entender cómo algunas personas están empecinados en que fracase, que le vaya mal. Critican, arengan a la gente para que haga piquetes, para que sigan pensando que trabajar es injusto. No consideran al prójimo una persona digna. ¿Podemos seguir siendo tan autodestructivos?
Cristina Pano
DNI 18.456.689
Jubilaciones
Bajo el título “El plan anti-Milei ideado por Milei”, el señor Carlos Pagni ha analizado con precisión en este diario los primeros días del gobierno actual. Como profesional jubilado quisiera agregar que he votado por este gobierno para terminar con la perversidad K y sus mentiras, que, entre otros oprobios, convirtieron las jubilaciones en miserables, ajustándolas con decretos y su ley de movilidad desde diciembre de 2019 a noviembre de 2023 un 651,44% contra una inflación del 876,75%. Usaron nuestros aportes como una caja fácil para sus políticas y hoy los jubilados representamos un gasto del Estado cuando la única verdad es que somos desde hace años acreedores del Estado argentino, que nos debe un enorme resarcimiento económico y moral. Es sustancial derogar la ley de movilidad y recomponer nuestros haberes. Los jubilados trabajamos aportamos y confiamos en la Argentina y para mí, en esta dramática actualidad, libertad se me hace sinónimo de justicia y vaya que el país se la debe a los más viejos.
Matías Aníbal Rossi
matiasrossi2014@gmail.com
Recuperar los valores
Felicito al señor Luciano Román por su artículo: “Yo juro como quiero”. Deseo se le dé amplia difusión, merece ser interiorizado por cada argentino. Recordé, al leerlo, lo que le oí decir a un diputado radical, cuando Arturo Frondizi ganó la presidencia: “Ahora es la nuestra”. Ya entonces el gobierno era considerado un botín, aun cuando a la sazón, los sueldos de legisladores no eran jugosos como hoy, tampoco sus prebendas.
Leyendo las cartas de lectores percibo lo que ansiamos casi todos los argentinos: recuperar valores morales, respeto, dignidad de ciudadanos. A lo que escribió el señor Linares sobre el costo de vida de 1942 agrego que el kilo de pan, que tenía una sola pieza, costaba $0,05 m/n c/l (moneda nacional, circulación legal, con respaldo oro). Perón, después de dilapidar el superávit que encontró y quitar el respaldo oro a la moneda, aumentó el kilo de pan al doble, iniciando la inflación y se terminó emitiendo el billete de $1000. Hasta entonces, el de más alta nominación era de $100. Añorar el pasado es inútil. Sí vale aprender de sus cualidades y de los errores cometidos, para mejorar el futuro.
Los ciudadanos deberíamos tener el derecho de expulsar a los malos funcionarios, una vez comprobada su ineptitud. Haber permitido que el ministro de Economía funcionara a la vez como candidato presidencial fue un suicidio.
Marta Bonfanti
DNI 1.760.166
Reclamo en Quilmes
En avenida Calchaquí y República del Líbano, Quilmes Oeste, a dos cuadras de donde mataron a una persona para robarle la moto, hay terrenos usurpados, lo cual se encuentra judicializado en tribunales de Quilmes. Ocurre que desde que asumió la intendente Mayra Mendoza, ultra-K, se permitió que en esos terrenos se instale una cooperativa de reciclados y una compraventa de metales que estimo no debe estar habilitada, ya que están sobre una propiedad usurpada. Arrojan y acumulan todo tipo de residuos. Se hicieron reclamos en el municipio, vinieron los inspectores, miraron y se fueron: no hicieron nada.
Jorge Oquendo
DNI 12.759.609
Venganza
El 14 de diciembre pasado un editorial de la nacion se refirió a la situación del doctor Jaime Lamont Smart, cuya impecable y patriótica trayectoria fue bien descripta, así como su cautiverio, cuya única causa se encuentra en la venganza. Smart es motivo de venganza por parte de quienes fueron justamente condenados luego de procesos ejemplares, respetando todas las garantías de un debido proceso. Smart sufre cautiverio por procesos judiciales que, como bien se señala en el editorial, no respetan los más elementales principios de legalidad. Confío en que este reconocimiento expresado en el editorial no caiga en el vacío y aliente a quienes tienen la responsabilidad de administrar justicia, lo hagan pronto y conforme a derecho.
Juan Pablo Chevallier-Boutell
jcheva1001@gmail.com
Doctor Barceló
Líder, visionario, comprometido, de conducta intachable, humanista, emprendedor, humilde, amable, generoso, apasionado, perseverante, luchador, padre de familia y marido ejemplar son algunas de las palabras que utilizaron para describirlo los cientos de mensajes que llegaron desde que mi padre, el doctor Héctor A. Barceló, falleció el pasado 4 de diciembre. El día anterior se celebraba el Día del Médico. Para él, ser médico era un apostolado, una entrega total al prójimo, guiada por la compasión, la ética y la empatía. Su mayor dedicación estaba al servicio de los más débiles. Creía firmemente en el poder transformador de la educación y en su capacidad para cambiar el destino de las personas. Por eso creó, desarrolló y lideró la Fundación Barceló, Facultad de Medicina, y fue premiado y reconocido numerosas veces por la comunidad científica.
Como docente, ponía todos sus esfuerzos en aquellos alumnos que más lo necesitaban, aquellos a quienes les costaba llegar. Los demás, los brillantes, llegarían solos. Siempre se preocupaba y ocupaba de todos, sin importar quiénes fueran, la hora, el día o el momento. Siempre encontraba tiempo para escuchar y siempre, sin importar lo complicado que fuera, él encontraba la manera de ayudar, de buscar soluciones incluso en las situaciones más difíciles. Fue un soñador apasionado que amaba profundamente su patria. Siempre creyó que esta era una tierra de oportunidades y nunca bajó los brazos en su empeño por construir un país mejor. Sin lugar a dudas, fue la persona más perseverante y tenaz que conocí. Luchó incansablemente por sus sueños y, con su determinación, logró llevarlos a cabo. Todo lo que aprendí de mi padre fue a través de sus acciones, de sus ejemplos, nunca a través de la teoría. Tal como lo expresé en el libro de su vida, mi padre me enseñó que lo más importante que se puede transmitir a las generaciones futuras para mejorar como sociedad es la capacidad de soñar. Soñar en grande. Hoy, a pesar de la profunda tristeza de lo acontecido quiero celebrarlo a él, por todo lo dicho en esta carta, quien ha transformado la vida de cientos de personas que tuvieron la dicha de conocerlo. Y quiero agradecer especialmente a todos los que lo han acompañado y apoyado a lo largo de su vida.
Axel Barceló
DNI 26.952.186
Celestino Rodrigo
En un todo de acuerdo con el lector Roberto M. Cid, la sociedad debería reivindicar al señor Celestino Rodrigo como un hombre que solo se limitó a decir la verdad económica en la que vivían los argentinos por aquellos años, y derrumbar la mentira edificada (una vez más y para variar) por un gobierno peronista.
Cualquier parecido con la situación actual no es pura coincidencia.
Cristián A. Bengolea
cbengolea@gmail.com
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