La permanente suba de los precios especialmente en los comestibles obliga a la población a recorrer los supermercados en busca de ofertas.

 
Muchos argentinos se preguntaban cómo sobrellevar a una inflación superior al 150% anual, aunque mantenían la esperanza de que el flamante presidente Javier Milei, que pronosticó que los próximos meses serán muy duros, pueda estabilizar la economía.

Argentina enfrenta una profunda crisis económica, con una pobreza del 40%, una deuda multimillonaria con el Fondo Monetario Internacional, déficit fiscal y una galopante inflación.

"Yo veo que todas las cosas están subiendo casi todos los días y no sé hasta cuándo vamos a aguantar porque si los sueldos son bajos y siguen aumentando las cosas, no va a alcanzar ni para comer", dijo María Cristina Coronel, una jubilada de 63 años.

"Veo una oportunidad para que cambien esto de una buena vez, porque la gente está a favor de que cambie. Ojalá sea así y los políticos acompañen".

El presidente Javier Milei, un economista ultraliberal de 53 años recién llegado a la política, afirmó en su discurso inaugural que prevé una inflación mensual del 20-40% entre diciembre y febrero, que podría dispararse a una hiperinflación del 15.000% anual si no se aplica un fuerte recorte del gasto.

"No hay plata", dijo Milei repetidas veces, una especie de mantra que ya ha sido replicado en camisetas que venden vendedores ambulantes en las calles.

Para mantenerse a flote, los argentinos recorren mercados en una frustrante carrera a contra reloj para encontrar los mejores precios, que se actualizan día a día.

"Fui a la carnicería la vez pasada y vi gente comprar un cuarto (kilo) de carne picada o una pechuguita de pollo, jamás lo vi, jamás vi eso", dijo Beatriz Núñez, una comerciante de 62 años, sobre la modalidad de compra para el día que adoptaron muchas personas. "Pero hay que tener fe, esperemos que cambie todo".

Milei llegó al poder en parte gracias al enojo popular con el Gobierno peronista saliente, que no logró controlar la crisis económica, y muchos tienen esperanza de que pueda mejorar la situación, a pesar de que no cuenta con mayorías en el Congreso ni gobernadores propios.

"Veo una oportunidad para que cambien esto de una buena vez, porque la gente está a favor de que cambie. Ojalá sea así y los políticos acompañen", afirmó Ricardo Soccola, un comerciante de San Fernando, en las afueras de Buenos Aires, donde la gente también tiene muchas esperanzas de que la actual situación económica financiera de la argentina cambie después de varios años de desaciertos en cada una de las medidas con las que se ha pretendido corregir el rumbo económico del país.

 

Por Lucila Sigal
Agencia Reuters