Sumidos en la pobreza, la inseguridad, la falta de trabajo, el abuso de poder, la innegable corrupción de Estado, los argentinos en la última elección a eligieron un cambio, cambio no sólo en lo político, sino también en lo que realmente necesitamos como república, que es tener una administración de justicia, totalmente independiente al sector político.
La ONG Fores (Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia) presentó un informe, totalmente lapidario, ante la OEA (Organización de Estados Americanos), donde sitúa a la Argentina como un país donde se le da "vía libre" a la corrupción, no por falta de legislación o mecanismos de control, simplemente por el alto nivel de connivencia que existe entre funcionarios que ocupan cargos en el gobierno de turno y aquellos que dejaron de ocuparlos. Fores también señala la lentitud con que la justicia argentina avanza en causas de corrupción señalando que una denuncia por corrupción, como existen actualmente, demora unos 12 años, tiempo suficiente, para que muchas prescriban, fallezcan testigos, o desaparezcan o no se encuentren fácilmente pruebas en expedientes escritos en papel, que muchos organismos estatales archivan y se deterioran con el paso del tiempo.
Lentitud judicial
Fores menciona otro ejemplo que marca la excesiva duración de las causas judiciales. Citando como ejemplo la causa N¦ 9423 por enriquecimiento ilícito iniciada en el año 2009. En ese expediente la Unidad de Información Financiera solicitó ser tenida por parte querellante y recién el 8 de febrero de 2019, es decir 10 años después de haber comenzado la investigación, se resolvió si la UIF podía ser parte en el proceso, también indican como ejemplo de la lentitud judicial existente en todo el territorio nacional la investigación de los hechos vinculados a la construcción de la represa Yacyretá, que tuvieron lugar entre 1990 y 1999. Ese expediente se inició en 1998 y dictándose la sentencia en 2021. Como resultado de más de 21 años de proceso todos los imputados quedaron liberados de la causa.
Lo que también se necesita del nuevo gobierno es que investigue concienzudamente no sólo la gestión anterior, sino también los últimos diez años de los gobiernos y analice si efectivamente existieron gastos y obras racionales en cuanto presupuestos, con los costos vigentes al momento de su ejecución, o los incumplimientos y hechos de corrupción en los gastos administrativos o de personal, de manera que partamos de un sinceramiento ajustado. Además de un inventario de todos los bienes y deudas que entregan, para que no haya dudas sobre nuestro pasado.
Por un verdadero cambio
Poniéndolo en palabras simples, no basta ganar una elección, si como argentinos debemos estar dispuestos a producir un verdadero cambio, no sólo en lo político, económico, en nuestra estructura social, en el cumplimiento irrestricto en las leyes, en recobrar valores, en definitiva, en cambiar nuestra cultura mediocre y permisiva, instalada en nuestro país a partir del 25 de mayo de 1946.
A todos nos debe quedar muy claro que: "Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada" y todo debe ser, "por un país mejor".
Por Jorge Reinoso Rivera
Periodista