El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, firmó a última hora de ayer los seis decretos que representan un plan de incorporación del Esequibo al mapa político de Venezuela, en un anuncio formulado menos de una semana después de un referendo sobre el territorio en disputa con Guyana y poco antes de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU que terminó sin pronunciamientos públicos sobre esta crisis. Venezuela aprobó el domingo mediante un plebiscito la anexión del Esequibo, una zona rica en petróleo de cerca de 160.000 kilómetros cuadrados que Caracas reclama desde 1844, sin haber tenido nunca posesión de ella. Unos días más tarde, el presidente de Venezuela presentó ante la Asamblea Nacional (Parlamento) una Ley Orgánica para la creación del estado de Guayana Esequiba tras los resultados del referendo, no reconocido por Guyana, pero que para Caracas tuvo carácter vinculante. En ese marco, el presidente de Guyana, Irfaan Ali, instó por su parte Maduro a respetar el derecho internacional y a evitar cualquier posible "paso en falso", al advertir además que las Fuerzas Armadas guyanesas están ya en "máxima alerta" y, a nivel político, hay contactos tanto con la ONU como con Estados Unidos.

> Un conflicto con historia
Durante muchas décadas Guyana fue el segundo país más pobre de Sudamérica, después de Bolivia. Hoy es la economía que más crece en el mundo. Guyana es quizá uno de los mejores ejemplos de cómo el hallazgo de hidrocarburos puede transformar un pequeño país. Casi una década después del descubrimiento de grandes yacimientos de petróleo en las costas del Esequibo, un territorio administrado por Guyana pero que Venezuela reclama como suyo, los proyectos de infraestructura y la inversión extranjera en este país situado en el norte de Sudamérica están en su punto máximo.
Las expectativas son grandes. Se espera que Guyana se una, tal como hicieron Qatar y Emiratos Árabes Unidos, a aquellos países que cuentan con algunas de las rentas per cápita más altas del mundo. Pero esto no siempre fue así en el único país de habla inglesa de Sudamérica continental.
Tras independizarse de Reino Unido en 1966, la economía de Guyana era una de las más subdesarrolladas de todo el continente. "Con la independencia, los guyaneses pudimos tomar el control de la economía, pues hasta ese entonces eran los británicos quienes la controlaban", dice Sydney Armstrong, profesor de economía de la Universidad de Guyana.
"Era una economía principalmente basada en la agricultura, en particular las plantaciones de azúcar que quedaron del periodo de esclavitud y de servidumbre por contrato", prosigue.
La servidumbre por contrato, también conocido como trabajo no abonado, fue un sistema que prevaleció en la mayoría de las colonias europeas en América tras la abolición de la esclavitud, en el que se contrataba a empleados jóvenes que trabajaban durante años sin remuneración para pagar el pasaje que los había trasladado a su lugar de trabajo o a cambio de comida y hospedaje.
En el año 1992, la política del país dio un vuelco cuando el socialdemócrata Partido Progresista del Pueblo (PPP) llegó al poder y abrió la economía. "El PPP tuvo un enfoque un poco más capitalista y empezamos a ver más inversión privada", explica por su parte Sydney Armstrong. Pero una serie de acontecimientos cambiaron el rumbo de la historia del país en 2015. Aquel año comenzaron a descubrirse decenas de yacimientos de petróleo en áreas costeras del Esequibo, una región que alberga seis de las diez regiones de Guyana. Desde entonces, la multinacional ExxonMobil y sus socios han realizado 46 descubrimientos que han elevado las reservas de petróleo de Guyana a alrededor de 11.000 millones de barriles, lo que representan cerca de 0,6% del total mundial. Esto le cambió la vida a los 800.000 habitantes del país.
Por BBC Mundo